Dátiles para sonreír

Desde la antigüedad los árabes solían comer dátiles en grandes cantidades, seguros de que con ello, recuperaban el buen humor y la salud. Hoy día, el descubrimiento de que esos frutos contienen un alto contenido de triptófano les han dado la razón.

Desde la Edad Media, las frutas secas formaban parte de la cocina tradicional. Ciruelas, melocotones, uvas pasa, higos, dátiles... se secaban para conservarse y acompañar multitud de platos.

En Turquía, Irán, o Arabia Saudí sigue siendo tradicional el cordero con ciruelas, albaricoques, almendras, miel y especias, y el pollo todavía se guisa con membrillos, dátiles o pasas.

En concreto el dátil siempre fue un alimento básico entre los pueblos del desierto, como fuente de energía y minerales. Aún quedan pueblos en los que su dieta se basa en cereales, leche y dátiles.

Debido a que se trata de una fruta desecada, el valor nutricional de los dátiles es altísimo y se convierten así en el reconstituyente más indicado para los grandes esfuerzos físicos e intelectuales, fuerza fundamental que se necesita para aguantar la fiereza del desierto.

Y es por ello que los deportistas los incorporan a su dieta, pues les ayuda a recuperarse más rápido tras un gran esfuerzo. Es un alimento de gran valor nutritivo, rico en fructosa y vitamina B5.

Entre sus beneficios, encontramos además que su riqueza en sustancias mucilaginosas, ablandan y suavizan las vías respiratorias en caso de dolor de garganta, bronquitis o faringitis.

Además, su alto contenido en fibra los hace el remedio ideal en casos de estreñimiento.

La medicina natural de muchos países los utiliza con frecuencia. Su inusual contenido de vitamina B5, magnesio y triptófano ayudan a conciliar el sueño, recobrar el apetito, y levanta el ánimo.

Y esa es su mayor virtud, el contener triptófano en tan grandes cantidades, la sustancia precursora de la serotonina u "hormona de la felicidad". La serotonina es la sustancia que segrega nuestro cerebro cuando sentimos felicidad, amor y bienestar, con lo que consumir alimentos ricos en triptófano es una eficaz y natural manera de recobrar el buen humor.

El triptófano es un aminoácido esencial para que el cerebro segregue además norepinefrina y dopamina, transmisores que estimulan la actividad física y mental y que actúan como antidepresivos naturales. Otros alimentos ricos en esta sustancia son los garbanzos, el requesón, la leche, las almendras los cacahuetes.

No es de extrañar que los pueblos del desierto consumieran tantos dátiles desde hace siglos. Los dátiles son originarios de Oriente Medio y el Norte de África, y su gran variedad se clasifica sobre todo, en dátiles blandos, semisecos y secos.

Entre los más comunes y comercializados se encuentra el dátil tunecino Deglet Noor o "dátil de la luz" de piel lisa y brillante, o el Medjool, de piel arrugada y parecido a un toffee.

En nuestro país tenemos poca costumbre, y son escasas las recetas en las que se incorporan los dátiles. Pero las posibilidades son inmensas: como aperitivo, en confituras, rellenos, como salsa para carnes y verduras, en el tofu, con arroz, con patatas...

Delicioso, sano y fuente de alegría y buen humor, la mejor receta en nuestros platos estas navidades.

Hoy día además, se está empezando a utilizar el extracto de hueso de dátil con fines cosméticos, ya que tiene siete sustancias con propiedades antienvejecimiento: fitoesteroles, fitoesteroides, ácido ursólico, isoflavonas, policosanoles, provitamina A y vitamina E.

Tras estos estudios, se nos ocurre que si queremos empezar el día con buen pie, quizá debiéramos acompañar el café un puñadito de dátiles.

Esta entrada fue publicada el 16-01-15 a las 20:31.
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