Al rico espárrago

Chefs y nutricionistas recomiendan consumir los espárragos entre abril y mayo, cuando son de temporada, ya que por sus aportes nutricionales y delicioso sabor son inconfundibles y no pueden faltar en nuestra mesa.

Deliciosos, naturales y llenos de vitaminas y minerales… ¿No sabes qué cenar hoy? ¡Espárragos!

Cuentan algunas historias que durante el S. XV el espárrago fue identificado como afrodisíaco, motivo por el que se prohibieron en la mayoría de conventos. En nuestros días sigue habiendo quien le atribuye estas cualidades y lo incorpora con cierta frecuencia a las cenas en pareja.

Muchos cocineros recomiendan quebrar la parte dura de la base empleando las manos y no con cuchillo, para lo cual basta con doblarlos delicadamente, procurando no afectar la parte blanda, que es la que se come. Las partes que se han separado se pueden usar para elaborar cremas o sopas con verduras.

En cuanto al aporte vitamínico, destaca la presencia de ácido fólico, que colabora en el buen desarrollo en general del organismo, la salud del cutis, protege contra parásitos intestinales y evita la anemia.

Además contienen provitamina A o beta-caroteno, responsable del buen estado de ojos, piel, cabello y uñas, y vitaminas C y E, también localizadas en este vegetal, que fortalecen la piel y el sistema inmunológico, evitan la fatiga y la formación de coágulos sanguíneos, retardan el envejecimiento celular y proporcionan oxígeno al organismo.

En los espárragos abundan los minerales: principalmente potasio, hierro y fósforo, y en menor proporción, calcio y magnesio, necesarios para la formación de tejidos y hormonas, participan en la mayor parte de reacciones químicas en las que intervienen enzimas y tienen acción diurética favoreciendo la eliminación del exceso de líquidos del organismo.

Se reconocen dos principales variedades:

1. Blanco: Crece bajo tierra, por lo que al no recibir la luz solar y no desarrolla clorofila, pigmento natural responsable del color verde de los vegetales.
2. Verde: Crece en contacto con la luz del sol y tiene clorofila. Es el tipo más solicitado por su inconfundible sabor y aroma.

Normalmente se hierven durante 5 ó 10 minutos, se añaden enfriar en el caldo de cocción; este mismo toma un delicioso sabor y se puede refrigerar para hacer sopa o cocer verduras.

Otras formas de prepararlos son a la plancha, fritos, gratinados o acompañando a platos de carne, pescado, marisco, arroz, pasta u otros vegetales.

Las posibilidades son ilimitadas, tantas como permita nuestra imaginación. Tan sólo cierra los ojos, y saborea... ¡Que aproveche!

Esta entrada fue publicada el 05-05-15 a las 15:35.
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