Magnetoterapia: la polaridad de la salud

La magnetoterapia es la disciplina que trata del tratamiento de determinadas lesiones y enfermedades mediante la aplicación de campos magnéticos. Una terapia magnética, natural y sin efectos secundarios.

La aplicación de campos magnéticos o corrientes eléctricas para el tratamiento terapéutico de las enfermedades ha atraído la atención de la humanidad desde hace miles de años. Y es que tanto el cuerpo humano como la misma Naturaleza utilizan el magnetismo natural para su funcionamiento.

En la antigua Grecia, Aristóteles fue la primera persona que destacó las propiedades terapéuticas de un imán natural. Aunque otras muchas civilizaciones antiguas utilizaban imanes para la curación de enfermedades.

Es importante destacar que a veces existe confusión sobre los conceptos de Biomagnetismo y Magnetoterapia:

El Biomagnetismo es una de las ramas de la Biofísica, que estudia los efectos del magnetismo en los organismos vivos. La Magnetoterapia forma parte del Biomagnetismo, es la aplicación terapéutica de esta disciplina.

Según el Biomagnetismo, a cada uno de los polos de un imán permanente le corresponde una forma de energía magnética distinta, y por tanto sus efectos son distintos. El polo norte, para estos terapeutas, significa detención y relajación, y el polo sur, avance, aceleración, vida y energía.

El polo Norte (negativo): Produce una reducción del contenido ácido, detiene las infecciones, ayuda a cerrar heridas y aliviar distintas dolencias. En el polo Norte de un imán permanente, tenemos un remolino de electrones girando en sentido contrario a las agujas del reloj, con una carga magnética negativa.

El polo Sur (positivo): Transmite energía y vigor a los organismos vivos, refuerza los componentes ácidos, estimulando la producción de proteínas, y acelera el proceso de maduración. En el polo Sur de un imán hay un remolino de electrones que gira en el sentido de las agujas del reloj, con una carga magnética positiva.

La forma más sencilla de tratamiento consiste en aplicar el imán directamente sobre la zona requerida, teniendo especialmente cuidad en seleccionar el polo adecuado. Normalmente en Magnetoterapia se aplica el polo negativo de un imán, aunque en algunos casos particulares se utiliza combinado con el negativo.

Otra forma de aplicación terapéutica es la magnetización de líquidos: el tratamiento del agua potable con campos magnéticos potencia la actividad iónica del hidrógeno del agua, y puede estimular la actividad mental, producir un efecto calmante, aliviar la tensión muscular, hipertensión arterial, palpitaciones, cefaleas, insomnio...

Según la magnetoterapia, la polaridad correcta del cuerpo es la siguiente: el lado izquierdo es negativo, el derecho es positivo y el centro es neutro. Se basan en que como sistemas electromagnéticos, nuestros cuerpos existen en equilibrio entre y bajo la influencia de fuerzas magnéticas positivas y negativas.

Los magnetos se clasifican según su polaridad, el material del que están hecho, y la fuerza que tienen.

La polaridad es la característica más importante de los imanes. Todos los imanes tienen dos polos: norte y sur, o negativo y positivo, respectivamente.

Pueden estar hechos de distintos materiales, aunque los más comunes son los de Hierro o Ferrita. Los usados en Magnetoterapia generalmente son delgados y de base circular, pues las puntas redondeadas y grosor hacen más fácil su uso al estar pegados al cuerpo. También se usan los de base rectangular, pero como magnetos de diagnóstico.

Efectos de la Magnetoterapia:

• · Relaja los músculos
• · Regulación de la función endocrina
• · Mejora del sistema inmunitario
• · Normaliza el sueño
• · Estimulación del sistema circulatorio
• · Alivia y evita el reuma.
• · Acelera la cicatrización de los tejidos

Pruébala, la atracción es irresistible.

Esta entrada fue publicada el 24-04-15 a las 18:45.
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