¡Feliz año para todos!

Hoy en día se habla mucho de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y más aún en el terreno profesional. Pero aún estamos lejos de convertirlo en una realidad, a pesar de que comencemos el 2014, en pleno siglo XXI.

Seguimos teniendo profesiones que se asocian más a hombres o más a mujeres, y lo que más nos está llamando la atención es que como clientes o pacientes, sigamos prefiriendo elegir el sexo del profesional que nos atiende.

Ese es el caso de terapeutas y masajistas, un gran porcentaje de pacientes prefieren que los terapeutas sean mujeres, olvidando que eso es discriminación a los trabajadores por su sexo, y que se trata de profesionales cualificados.

Estos terapeutas, independientemente de su género, han estudiado durante años diferentes técnicas de masaje, de fisioterapia y tratamiento termal. Se limitan a hacer su trabajo, sin pensar ni juzgar a quienes tienen en la camilla, intentando aliviar sus molestias lo mejor posible.

Nosotros también deberíamos olvidar el género de quien nos está tratando. ¿No es absurdo el que nos importe si nuestro dentista es hombre o mujer?, ¿o de qué sexo es nuestro médico de cabecera? Se trata de profesionales ante todo, y lo que debe primar es si hacen bien su trabajo o no.

Es muy infantil el incorporar el sexo en una terapia. El profesional lo es porque es competente en su trabajo, está cualificado, es eficaz y tan sólo ve en la camilla músculos doloridos, estrés, contracturas, artritis... no piensa en que le está tocando las piernas a una mujer o a un hombre. Hoy en día el olvidar eso es de un puritanismo extremo e inmaduro.

¿Nos parecería justo que se nos discriminase en nuestro trabajo por el hecho de ser hombre o mujer? ¿No es lo más importante el hecho de que seamos profesionales cualificados?

Con esta reflexión empezamos el año. Y sería un gran paso hacia un mundo libre e igualitario el que estas diferencias y prejuicios se fueran eliminando. Ese es uno de nuestros deseos para este 2014 que ahora comienza, que prime la salud, no la intolerancia.

Esta entrada fue publicada el 10-01-14 a las 19:31.
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