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Entrevistas

David Rodelas: 'La vida no es eterna, y yo quiero ver lo mejor que puedo llegar a ser en ella'

¡Imparable! Lo de David Rodelas es una apuesta continua por la peluquería y las cosas bien hechas. Optimista y entregado, con un don, el de revolucionar lo que toca, como un Rey Midas, David, nos cuenta en primera persona su periplo, vida y obra


06/07/2019

Lo primero que le pregunto, es cómo está. Es sin duda un referente de la profesión y una pieza clave de la industria. Por eso, le vemos frecuentemente y siempre que nos lo encontramos, presume de sonrisa afable. Grande, en todos los sentidos, físicamente también lo es, a veces impone, por su dimensión, humana que le llega al exterior desde lo más profundo, anclado en el mismo centro del corazón. Y nos contesta: "Bien, pero ¡algo nerviosol, la verdad, para qué te voy a mentir". (Ríe, tiene esa sonrisa franca y serena con el poder por otros deseado, de cautivar, desde el minuto cero, cautivar tan solo con su presencia.) "Nervioso ante esta entrevista, sí, pero..., ¡muy bien!", reitera. Y nos parece que en realidad, David, David Rodelas, siempre está bien. Cuando habla, trabaja, conversa o le saludas y le das un abrazo y un beso en un evento o presentación, o justo antes, en la antesala de la entrega de unos premios o cualquier otra convocatoria referida a su trabajo y su pasión, el centro, el eje que le guía, la peluquería.

Ha sido uno de los nombres incluidos en la terna de pre nominados a Peluquero Español del Año en los premios Club Fígaro, lo que ha supuesto para él, sentirse valorado y reconocido. "¡Con una nominación de este calibre solo puedo sentirme contento, feliz y satisfecho!", exclama. "Y lo agradezco infinitamente porque también ayuda a que cobre sentido el esfuerzo y la dedicación a mi trabajo y a la profesión que diariamente hago junto a todo mi equipo".

Rodelas dirige un total de 12 salones con su nombre en el área metropolitana de Barcelona

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Una profesión de años. Décadas. David Rodelas, sorprendente y sorpresivo, cada vez que se sube a un escenario, le da la vuelta, es hijo de barbero, vamos, peluquero desde el nacimiento, acunado por los filos de navaja y brochas de espuma de jabones llenas. La tijera le hacía de comba, con la que jugó desde pequeño. Tanto lo hizo y tan bien hecho que ahora, Rodelas dirige un total de 12 salones con su nombre en el área metropolitana de Barcelona.

Beauty Market.: ¿En qué momento se encuentra David y en cuál Rodelas peluquería?
David Rodelas.: Cuando pienso y echo la vista atrás, reflexiono y valoro, me parece muy grande y muy bonito lo que estoy haciendo. Lo vivo con total normalidad y humildad, los amigos son los mismos y soy el David Rodelas de siempre. Lo que evidentemente ha cambiado a lo largo de este periplo es mi visión, he aprendido mucho en toda esta evolución.

Cuando pienso y echo la vista atrás, reflexiono y valoro, me parece muy grande y muy bonito lo que estoy haciendo. Lo vivo con total normalidad y humildad.

B.M.: Al frente de una docena de salones, empezando desde los cimientos, la barbería de tu padre.
D.R.: Mi trabajo antes era la barbería en su día a día, sí, desde la cuna, como decías. Hoy, me he convertido en el CEO de Rodelas, la empresa. Esto significa mucha gestión, invención, resolución de ideas y desarrollos nuevos para los equipos, educación... Y además sigo por supuesto sin abandonar la faceta artística de la peluquería que, por otro lado, ¡me encanta!, he de confesar. Eso sí, siempre atento al negocio, a la empresa, y también, al aprendizaje, la enseñanza, el perfeccionamiento, que considero fundamental, un pilar para el talento y el desarrollo. De hecho, acabo de poner en marcha el primer Master de peluquería diseñado para formar encargados de salón. Un sello que garantizará que la persona que lo curse estará completamente cualificada para ello. Por otro lado, una manera de poder volcarme, volcar lo que sé, lo que he aprendido a lo largo de estos 30 años de gestión en todos los sentidos en algo productivo y, principalmente, que sirva a los demás, al resto de la profesión o a quienes aspiran a formar parte de ella.

B.M.: En estos momentos, entonces, ¿con cuántos salones propios y adheridos cuenta el sello Rodelas?
D.R.: 12 salones propios, como decía, de Rodelas y 10 salones adheridos. Sé que lo que estoy consiguiendo, no es algo normal y es además, muy difícil, pero simplemente vivo la aventura con total normalidad día a día y estoy muy agradecido de poder vivirlo en primera persona.
¡Rodelas está en crecimiento! 12 salones y con proyección a expansión en 2020. (Está entusiasmado y no lo disimula, nos alegramos.) Nos gustaría poder abrir ya algunos salones en el resto de España. Tenemos incluso propuestas propias de personas que al conocer nuestro sistema están interesadas en abrir su salón con la marca Rodelas, sin ningún contacto previo por nuestra parte. Yo diría que hemos creado un estilo de peluquería muy atractivo y dinámico, consolidado tras 17 años en funcionamiento.

Acabo de poner en marcha el primer Master de peluquería diseñado para formar encargados de salón. Un sello que garantizará que la persona que lo haga esté completamente cualificada para ello.

B.M.: Empresario sin miedo, ¿cómo decide Rodelas ser peluquero y cuándo y por qué abrir sus propios salones?
D.R.: Soy el pequeño en casa, el menor de 8 hermanos y ¡todos peluqueros! Mi padre, ¡peluquero...! ¿De verdad piensas que tenía otra opción? (Y se le escapa una sonora carcajada, y un guiño, Rodelas es un hombre divertido, y positivo) Es broma... ¡Lo elegí!
A los 17 años ya tenía mi propia butaca en la barbería de mi padre en Barajas (Madrid).
En el año 2002 me vengo a Barcelona con 23 años. Y a los 25 monto mi primer salón, era una pequeñísima barbería en un barrio desconocido que en aquel entonces no salía ni en Google. Ahora, la gente del barrio de Terrassa presume de ver a su peluquero pre nominado a Peluquero Español del Año, me sonríen y todos recordamos los inicios. Que, por otro lado, fueron muy divertidos, y con muchísimo trabajo y esfuerzo. Los que me conocen saben que soy un trabajador nato.

Yo diría que hemos creado un estilo de peluquería muy atractivo y dinámico, ya consolidado tras 17 años en funcionamiento.

B.M.: ¿Qué significa llegar a ser Peluquero del Año?
D.R.: Es el premio de máximo reconocimiento que en España se otorga, no sólo a una colección, es a la dedicación, al trabajo global que durante al menos ese año has dedicado a tu empresa, a tu trabajo. Es un premio que reconoce y engloba tu visión como peluquero, tu aportación al sector desde diferentes puntos de vista, a nivel empresarial, a nivel formativo, artístico... Cómo influyes en el sector a través de la prensa y un largo etcétera.

B.M: ¿Y qué representan estos premios en tu opinión para la industria de la peluquería en general y para el peluquero en particular?
D.R.: Para la industria de la peluquería generan prestigio, reputación, y esto conlleva generar ventas si se comunica debidamente en prensa y sobre todo entre los clientes. Si tú consigues estar presente en los premios es posible que una persona que busca una peluquería en tu zona se decante por probarte, lo cual es muy bueno.
Para el peluquero se trata de un escaparate fantástico donde, además, poder expresarse. Mi equipo, por ejemplo, yo les animo a que se atrevan a hacer colecciones porque con ellas cumplirán sus sueños, vivir la experiencia de crear la colección, trabajar con un fotógrafo, hacer el make up, decidir el vestuario, los estilismos… Te abre la mente más allá de los resultados y eso te hace aprender mucho y nuevo. Te saca de tu zona de confort y le pone distancia a la queja.
Cuando creas colecciones tomas conciencia de lo difícil que es organizar y sacar adelante algo así, y eso te hace ser mucho más humilde y respetuoso con toda aquella persona que lo hace. ¡Es algo increíble, increíblemente fantástico!

Ser Peluquero del Año es un premio que reconoce y engloba tu visión como peluquero, tu aportación al sector desde diferentes puntos de vista, a nivel empresarial, a nivel formativo, artístico...

B.M.: ¿Es difícil ser empresario?
D.R.: No, a mí me gusta este estilo de vida, es exigente y requiere mucha atención diaria, eso sí, has de estar dispuesto a pagar el precio... ¡O mejor aún!, como en mi caso, que no tengo la sensación de estar renunciando a otras cosas. ¡Me encanta ser empresario!
Tener empresa es tan creativo como ser peluquero, te imaginas una cosa, una empresa que haga más felices a las personas, a los clientes, a los profesionales que allí trabajan, una formación más divertida, un show que se recuerde... ¡Y lo creas!
Es increíble. Ser empresario ha dado sentido a mi vida.

B.M.: ¿Es ser empresario más difícil que ser artista?
D.R.: No, porque como te decía, me parece increíblemente creativo ser empresario. Lo que sí es cierto es que noto que los días en los que trabajo en gestión, la creatividad visual no existe, desaparece literalmente... ¡Algo incompatible en mi cerebro!, por otro lado. Por lo que cuando estoy en modo artista, esos días necesito crear, como cuando estoy con el piloto de empresario encendido, haber creado gestión artística. A Rodelas le llegan como en bombardeo, a cualquier hora y en cualquier lugar, y esté lo que esté haciendo, las ideas del artista. Pienso en formas, en colores y en mis locuras con mis clientes, esté haciendo gestión o no.

B.M.: Por cierto, ¿la peluquería es arte?
D.R.: Desde el punto de vista creativo lo es, saber ver e interpretar la belleza de una persona y crearla en su pelo… ¡Es arte, claro que sí!

Cuando creas colecciones tomas conciencia de lo difícil que es organizar y sacar adelante algo así, y eso te hace ser mucho más humilde y respetuoso con toda aquella persona que lo hace.

B.M.: Y sin parar de hacer colaboraciones, shows, presentaciones, formaciones, colecciones… ¿De dónde se saca el tiempo?
D.R.: La peluquería es mi estilo de vida, trabajando bien la agenda y separando lo importante de lo urgente se llega a todo.
Sobre todo se trata también de escucharte a ti mismo, la sociedad continuamente te comenta que no trabajes tanto. Sin embargo, yo a muchas cosas no las considero trabajo, las considero una experiencia notable. Y mi semana está llena de cosas con las que en algún momento soñé poder hacerlas.

B.M.: ¿Y de dónde llega la inspiración y la fuerza?
D.R.: ("Oye, ¡me encanta esta entrevista! Se me han pasado los nervios, estoy metido de lleno en las respuestas", nos dice David en un breve 'impasse'. Lo que no sabe, o sí, es que a nosotros nos pasa lo mismo, nos encanta debatir y argumentar con Rodelas.) La inspiración se encuentra en cualquier momento y en cualquier lugar. Se trata de estar receptivo, abierto a la observación de manera tranquila y disfrutando de ello. Yo ni pienso ya, tengo la total certeza que viviendo tranquilo soy capaz de observar los pequeños detalles que me llevan a la inspiración, y esto podría proceder de cualquier cosa, objeto o situación.
La fuerza es otro tema, para mí las 74 personas que componen hoy día Rodelas son un ejemplo de fuerza, cada día se levantan y trabajan en algo que les gusta y dejan lo mejor de sí en sus puestos de trabajo.
Cuando estoy cansado, pienso también en ellos y eso me proporciona aún mayor entereza. David Rodelas es compromiso, sobre todo eso. Así que si estoy cansado elimino ese pensamiento y simplemente hago lo mejor que sé en cada momento. Con los años he aprendido a ser la mejor versión de mí mismo en cada momento y eso me hace ser feliz, la verdad.
Tengo un amigo que dice: “Si hay algo que puedes hacer hoy mejor, y no lo haces, estarás peor que ayer“.
La vida no es eterna y yo quiero ver qué es lo mejor que puedo ser.

La sociedad continuamente te comenta que no trabajes tanto. Sin embargo, yo a muchas cosas no las considero trabajo, las considero una experiencia notable.

B.M.: ¿Cuál es y por qué se diferencia el sello Rodelas?
D.R.: Rodelas es sinónimo de que todo va a salir bien. Sabes que aquí no se falla y eso es garantía. Llevar un Rodelas en el pelo se reconoce en las zonas donde estamos.
La misión en el equipo es clara: "Hacer felices a las personas a través de la imagen", nuestro lema.

B.M.: Cuando protagonizas o participas en un show o actuación para la profesión, siempre nos sorprenden tus propuestas y performances, muy características y solo tuyas, ¿existe entonces y también un ‘sello’ Rodelas en todo lo que tocas?
D.R.: ¡Claro! Un show de Rodelas ya sabes que va a ser un espectáculo distinto de lo habitual.Tengo mi cabeza llena de ideas, de imágenes increíbles para hacer que en un show, además de aprender que es lo principal, la gente que asista se lo pase muy bien. Que sea una fiesta, y arte, y que el público se emocione con él.

B.M.: Shows, espectáculos, galardones... ¿Repercuten lo que debieran en el público final, el cliente o posible cliente?
D.R.: Generan reputación para el peluquero, lo cual es muy importante en nuestro sector para aumentar las ventas y la confianza con el cliente. Ser peluquero del año, por ejemplo, como decía, puede dar pie a una persona a venir a conocerte en tu salón, lo cual siempre te beneficia. Aunque es solo una minoría. Yo creo que los premios aún no llegan a influir en las grandes masas, en la gente de la calle, siguen siendo principalmente para peluqueros y para generar reputación de marca. Que, por otro lado, es sumamente importante. Aunque estaría genial captar la atención de los medios de comunicación en masa, algo en lo que por ejemplo trabaja Club Fígaro.

Con los años he aprendido a ser la mejor versión de mí mismo en cada momento y eso me hace ser feliz, la verdad.

B.M.: ¿La peluquería hoy en España atraviesa un buen momento?
D.R.: Para mí en la mujer es donde se centran ahora las oportunidades y donde habrá un cambio de modelo porque las nuevas consumidoras buscan cosas diferentes. Para muchas chicas jóvenes el proceso de la peluquería es lento y el resultado no termina de gustarles mucho. El buen peinado hecho a cepillo de madera no está de moda en la gente de entre 15 y 25 años, por ejemplo. Y prefieren una peluquería mucho más dinámica y actual. Nosotros ya estamos trabajando en esta dirección.

B.M.: ¿Y la barbería? Porque Rodelas lo mismo trabaja el cabello femenino que el masculino.
D.R.: Mira, mis inicios, ya sabéis, fueron en barbería. Durante mis primeros 10 años al frente de mi 'pelu' éramos barberos, entre 2003 y 2013 aproximadamente. Y la verdad, ¡nos fue fantástico! Éramos unos pececillos nadando solos en el océano. No había barberos y aún menos, barberos jóvenes. A partir de entonces fuimos unos cuantos los que empezamos a hacer ruido a través de varias plataformas y el 'boom' de la barbería dio comienzo.
Empresarialmente sigue siendo un negocio rentable pero yo hace años, decidí emprender un camino nuevo: la mujer. Ver cómo podíamos ofrecer alternativas a la peluquería convencional femenina y crear nuestro sello al igual que lo habíamos creado en el hombre. De ahí que en los últimos años, las colecciones que lanzamos sean mayoritariamente femeninas e incluso este año hemos confeccionado la primera colección de novias Rodelas.

B.M.: ¿Qué opinas entonces y en concreto, del 'boom' de lo 'barbershop'?
D.R.: Pues como todo 'boom' que sube rápido es peligroso, al crecer, algunas cosas se han desajustado. Mientras la moda siga vinculada a los degradados no hay problema, pero creo que hay que ir buscando nuevas vías en el color, las barbas y servicios que permitan mantener el mercado aunque la frecuencia de visita baje.
La frecuencia de visita en la barbería es un dato sumamente importante, si yo tengo 100 clientes que se cortan el pelo cada 40 días está muy bien, pero aún está mejor 100 clientes que se corten el pelo cada 20 días, es como tener el doble de clientes.
Se han abierto muchas peluquerías, la frecuencia es básica para el mantenimiento de este auge.
Otro factor para diferenciarte es la calidad, barberías hay muchas, pero en calidades, la diferencia es muy grande entre ellas. Apostar por la calidad, históricamente ha dado buen resultado casi siempre.

B.M.: David Rodelas, eres un hombre polifacético, sin duda, al que eso de los anclajes, los bloques de cemento, las boyas de amarre, no le van, imaginamos.
D.R.: La peluquería no es como los restaurantes, que me como una pizza y luego ceno en el japonés. Si me corto hoy el pelo tardaré al menos entre 15 y 20 días en volver. Tener un negocio tan definido, apostando a un solo palo, a mí no me gusta mucho. Prefiero varias fuentes de entrada: peluquería, barbería, estética, nails, tatoos... Todos servicios englobados bajo la óptica de la belleza y que conviven en el negocio. Esta diversificación ha hecho posible que comprobemos y que disfrutemos de cómo en los dos últimos años, el sello Rodelas ha crecido exponencialmente más en el mercado femenino. Si nos hubiésemos anclado en un solo servicio, quizá esto no hubiera sucedido.

Barberías hay muchas, pero en calidades, la diferencia es muy grande entre ellas. Apostar por la calidad, históricamente ha dado buen resultado casi siempre.

B.M.: En todo este amplísimo panorama de actividades y actuaciones que llevas a cabo, ¿dónde te encuentras más a gusto?
D.R.:( "Sigo diciendo que esta entrevista me encanta", reímos juntos.) Me encuentro bien siempre que aprenda, siempre que me dé a mí mismo un nuevo revulsivo que me haga vibrar y emocionarme. Actualmente mi foco principal es Rodelas, después ha llegado la formación y a día de hoy hago muchísima formación, que me gusta mucho. Compartir mis experiencias, dónde me he equivocado y lo que aprendí con mi equivocación. Tratar de ayudar a las personas hace que me sienta muy contento con mi trabajo. Cuando veo a compañeros de profesión crecer me alegra muchísimo y cuando además me quieren dar las gracias por lo que les he ayudado... Eso, para mí, como persona, ¡es increíble! ¡Ayudar a otro compañero! Me encanta.

B.M.: Con dos proyectos apasionantes en lo referido a la enseñanza.
D.R.: Sí, al hilo de esto han surgido dos proyectos, como muy bien dices, apasionantes. Por un lado, he creado una estructura para ayudar a los salones que necesitan apoyo en la gestión y además lo hemos conseguido hacer a un precio 'humilde', para que todo el que lo necesite pueda contar con nosotros. Lo llamamos salones adheridos y ya son 10, la cifra y sello que te comentaba anteriormente.
Y de todas estas necesidades que he detectado durante los dos últimos años llega MBP (Master Beauty Practice), el primer Master avanzado de peluquería donde aquellos profesionales que estén dispuestos a ir más allá de las tijeras, aquellos que quieran aprender todo lo necesario para poder dirigir un salón de peluquería, gestionar un equipo, saber hacer campañas, fidelizar, aumentar, analizar datos y tomar decisiones..., absolutamente todo, lo aprendan. Sin olvidar "Formación. Más allá de las Tijeras", libro del que justamente acabo de lanzar la segunda parte.

B.M.: ¿Es la gestión la asignatura pendiente de la peluquería?
D.R.: Hay peluqueros extraordinarios en España pero la gestión está..., ¡así, así!
El MBP (Master Beauty Practice) es el primer sello que va a garantizar que aquella persona que lo haya conseguido aprobar estará totalmente cualificada para dirigir un salón de peluquería. Un peluquero que lleva ya unos años en el oficio y quiere subir un escalón diferenciado en la profesión tendrá la oportunidad de conseguirlo con este master. Este certificado será garantía de confianza para un propietario.
Existirán tres certificados diferenciados. MBP para personas en academia o con menos de tres años de experiencia en el sector. MBP para encargados de salón y oficiales con más de 3 años de experiencia y propietarios más noveles. Y 'Executive MBP', para propietarios con experiencia, franquicias y oficiales con mucha trayectoria demostrada. Será un sello exigente y duro, tengo que insistir, no será un mero certificado de asistencia. Vamos a llevar a la peluquería a otro nivel empresarial en no mucho tiempo y los peluqueros y empresarios más inquietos podrán dar un nuevo paso y avance muy importante y significativo.

La peluquería no es como los restaurantes, que me como una pizza y luego ceno en el japonés. Si me corto hoy el pelo tardaré al menos entre 15 y 20 días en volver.

B.M.: Y como profesional peluquero, en concreto, tras un sillón o silla de peluquería, ¿qué es lo que prefiere hacer Rodelas?
D.R.: La peluquería masculina es donde más seguro me siento, y también en el corte femenino. Me gusta cada vez más escuchar al cliente, interpretar y ayudarle a construir su imagen. Trabajar en salón me encanta, aunque dado el resto de mis tareas, ocupaciones y proyectos, estoy pocos días en ellos.

B.M.: Desde que empezaras hasta ahora, ¿cuál ha sido la evolución de la peluquería en general en nuestro país?
D.R.: La barbería ha dado un giro absoluto, de hecho está en su mejor momento, con el peligro de retroceder de tanto éxito, como ya he explicado acerca de lo que supone cualquier 'boom'. La peluquería, sin embargo, necesita de una renovación. Necesitamos generar noticias curiosas para la gente. No estamos en la mente de las personas, lo que me da mucha rabia. Tú le das 500 euros a alguien y éste se irá de viaje, al spa; se dará un masaje; se irá a cenar, a comprar ropa..., muchas cosas por delante e incluso sin plantearse ni si quiera ir a la peluquería. Creo que hemos de mejorar, por una parte, la experiencia en la peluquería, y eso es cosa nuestra. Y por otra, las grandes empresas en la industria de la belleza, las marcas de productos, son las que realmente deberían encabezar las grandes campañas, las grandes acciones que hagan posible finalmente que la peluquería esté de moda. Y creo que no estoy tirando balones fuera, generar la influencia mediática necesaria en las grandes galas y premios al igual que las genera la industria de la moda es tarea de las multinacionales y más importantes marcas.

B.M.: ¿Y cómo ha sido el camino y desarrollo del propio David?
D.R.: (Se oye su risa de nuevo y se ve, traspasa, su satisfacción, plenitud, diría yo). David ha hecho un cambio tan, ¡tan grande! Con 22 años tenía unas ideas, algunas me acompañan aún hoy, otras ya no existen o se han renovado, porque llegué a ellas y fije las nuevas. Me he tenido que ir adaptando continuamente a los cambios, a las circunstancias en cada momento. Cuando creces, la empresa siempre está en construcción, creando equipos y estructuras para soportar lo nuevo que ha llegado. Mi jornada laboral es ahora otra. Ya no voy al salón todo lo que quisiere, vuelvo a repetir, pero trabajo igual o más. Lo mejor de esto es que siempre estoy aprendiendo y eso para mí es un valor. No quiero dejar de aprender en el camino, no soy perfecto, me equivoco muchos días y eso me hace ver que aún tengo mucho por delante que andar para mejorar.

B.M.; ¿Vislumbras un buen futuro para el sector en general?
D.R.: Estamos en la era de la imagen y la comunicación, el pelo es imagen y comunica mucho. Si llevas el pelo largo o corto dice de ti, si es rubio o azul, dice de ti.
Creo que éste es un sector en el que los propios profesionales hemos de adaptarnos, estar muy atentos a los cambios, al cual hay que profesionalizar y mucho de cara al futuro, vivimos una revolución de los propios cimientos de esta profesión. Cambian los hábitos, las costumbres, el modo de vida y los clientes también. Adaptarse lo más rápido posible a este cambio constante y gigante es vital para la nueva evolución de negocio. Creo que en breve habrá cierta recesión en el número de peluquerías, lo que dará paso a una subida de precios, lo cual es necesario para la profesionalización de la peluquería. El mercado laboral está cambiando, la gente valora más tener tiempo libre, no quiere hacer horas extras y por supuesto exige un sueldo digno. Esto puede provocar varias cosas, una es la subida de precios, como decía, y la otra es el trabajar con objetivos claros de productividad para que todas las partes, empleados, empresarios y clientes satisfagan sus necesidades.

Las grandes marcas de productos son las que realmente deberían encabezar las grandes campañas, las grandes acciones que hagan posible finalmente que la peluquería esté de moda.

B.M.: Colaborador habitual de algunas firmas de cosmética profesional, ¿qué opinas de la actual situación de esta industria frente a competidores como Amazon que desvirtúan el carácter eminentemente profesional del mismo?
D.R.: Lo que yo opino es que la gente, el ciudadano, prefiere comprar y compra más producto profesional. Amazon y el e-commerce, las web, el comercio online en general, han ganado muchas ventas, pero resulta también que nosotros, Rodelas en concreto, en los salones, en 2018, hemos cerrado con un +7% sobre el ejercicio anterior en lo referido a venta de producto.
Más que lo que pueda o deje de hacer internet, me ocupo y me centro en que podemos mejorar en el salón. Existen dos factores clave, uno es que se aconseja muy poco al cliente acerca de cómo debería cuidarse o mantener el cabello en casa. Si nos interesamos por el estado del cabello del cliente y actuamos como prescriptores, eso hará que compre en un elevado número de ocasiones.
El segundo son las continuas faltas de stock en nuestras estanterías, eso no es profesional, el cliente en muchas ocasiones va a reponer el producto gastado y le decimos; lo tendrás aquí en 15 días, porque vamos a esperar para hacer el pedido mínimo, claro, Si con suerte lo recibimos en 15 días, eso para mí ya es tarde. Teniendo en cuenta que hoy, y en online, compro en Europa y a las 48 horas lo tengo en casa. Si yo le hago esperar al cliente 25 días, esto no funciona. Es fácil quejarnos de internet, pero a la peluquería hay muchas personas que van a comprar sus productos y lo van a seguir haciendo y hay que conservarlas. Creo que estamos tirando la toalla sin luchar lo suficiente. Nosotros tenemos lo más valioso: el consejo profesional al cliente.

B.M.:¿Con qué sueñas, David?
D.R.: Con hacer una empresa de peluquería innovadora, una profesión digna, un gran oficio para las personas que se suban a este tren.

B.M.: Lo mejor de tu carrera ha sido...
D.R.: Han sido muchas cosas. Hasta ahora, sin duda, el trabajar con personas, aunque a veces nos enfadamos todos (sonríe), es lo más maravilloso del mundo. Crear equipos. Los premios, crear tu sello, la marca... Llevar el apellido de mi padre... ¡Hay muchas cosas! (Es un torbellino).

B.M.: ¿Imaginaste llegar hasta aquí?
D.R.: No lo pienso. Sé que no es normal lo que estoy haciendo, pero en realidad, lo único que sí hago es tomármelo todo con absoluta normalidad, incluido el día a día, sea como sea. Tengo la suerte de estar viviendo en primera persona muchos momentos increíbles que he sido capaz de crear yo mismo. Las personas que me conocen saben que estoy donde siempre he querido estar. Estoy muy agradecido, la verdad. El vértigo y el miedo a coger altura está ligado a la inseguridad. Cuando creas una buena estructura para soportar la empresa todo se vuelve estable, sigues creciendo, y cuando regresa el vértigo, creas más estructura. (Vuelve a reír, sonoramente, no podía dejar de hacerlo al cierre de esta entrevista) ¡Es así, no hay más!

 
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