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Entrevistas

Pedro Muñoz: 'El ego te lleva arriba y te deja solo'

Figura de la peluquería española, traspasa fronteras. Experto de la peluquería, masculina y femenina, Pedro J. Muñoz es una estrella polifacética que lo mismo pone en pie a las gradas en un 'show' como cruza el charco en una gran gira


26/05/2020

Pedro Muñoz, desde la cabeza y hasta los pies con los que pisa, todo entero, por dentro y por fuera, es y nos gusta de hecho decirlo, y mucho, con todas las letras, 'Enfant Terrible' de la peluquería. Con el ADN de la tijera corriendo por sus venas, ya le pusimos este título, por obra y gracia de una de sus últimas apariciones en escena antes de la pandemia, Upp the Show, en el marco de Expobelleza y sobre las tablas y fantástica pasarela de Fibes Sevilla, bajo la experta batuta organizativa de Urbiola.

Y a pesar de lo que mucha gente piense, porque le haya visto al frente del cabello masculino, Pedro dice y avisa, nos adelanta: "Yo no soy barbero, soy peluquero. Peluquero de toda la vida" (serio y convencido).

Creador de Cubic, su salón de Calvià, Mallorca, Islas Baleares, los mares no le son ni suponen a Pedro Muñoz frontera. Poco antes de la crisis de la Covid-19 partía para las Américas, en la cuarta edición de una gira multitudinaria en cuanto a países recorridos y público congregado a la cita, junto a Recamier Professional. Allí, el coronavirus le pilló a él, y al resto de participantes, compañeros, ayudantes, productores, maquilladores, diseñadores y otras dos grandes estrellas, Antonio Calvo (director) y Almudena Martín. Así que, y ante la evolución del virus, Recamier lógicamente decide suspender la misma. Y todos regresan, no sin cierta aventura, a España, en esos momentos, en estado de alarma y confinamiento.

“Sin duda va a haber un antes y un después del Covid-19, cuando haya pasado por completo esta crisis sanitaria, con retos y nuevos modos y maneras. El primero ha sido y está siendo afrontar la seguridad en cuanto a la higiene y el protocolo de Sanidad, que transforma las rutinas de trabajo de forma radical", adelanta Pedro Muñoz.

Yo, para trabajar en Estados Unidos, para convalidar la licencia tardé más casi que en que me dieran el visado. Una licencia de trabajo, la americana, que además cada tres años se renueva, certificando cierto número de horas en un centro específico del estado.

Beauty Market: ¿Es éste, Pedro, el momento entonces del cambio en la peluquería?
Pedro Muñoz: Sí, esta crisis nos lleva a la necesidad de reinventarnos y dar lo mejor de nosotros para sacar las peluquerías adelante. Por otro lado, tras la controversia generada al principio de la entrada del estado de alarma que dejaba abiertas a las peluquerías considerándolas como servicio esencial, si somos de primera necesidad deberíamos luchar y todavía con mayor razón por un IVA justo.

B.M.: ¿Optimista ante el futuro?
P:M.: Siempre, es una de las bases del éxito. Eso sí, siempre usando nuestra sensibilidad y trabajo para devolver la sonrisa a nuestros/as clientes/as, a través de lo que mejor sabemos hacer: peluquería, y sacar lo mejor de cada uno de ellos y ellas.

B.M.: Toda una aventura vuestra gira por Latinoamérica, junto a Antonio Calvo y Almuedena Martín, tu tercera vez junto a Antonio. ¿Cómo se mantiene este idilio y relación y se repite una y otra vez, una experiencia que por otro lado debe ser muy dura en lo referida a trabajo, desplazamientos, modelos, escenarios, países...?
P.M.: Con la gestión de las emociones, lo que pasa es que con Antonio es muy fácil trabajar, convivir y compartir, y cuando tienes un objetivo en común y hay generosidad, la de quien ama a la peluquería, es muy fácil. También es verdad que es como un Gran Hermano a lo bestia, pero se lleva bien. Se trata de un equipo unido, nos apoyamos unos a otros e insisto, se lleva bien, y por eso, disfrutamos, y mucho.

B.M.: Una gira por otro lado, repleta de 'egos', de grandes estrellas, vosotros sois tres personalidades y tres grandes dento de la peluquería, ¿cómo se lleva eso de casar tres formas y puntos de vista distintos?
P.M.: Precisamente por eso, por ser tres personalidades distintas, es la base de nuestra relación o de nuestro éxito, al final el ego es lo menos importante porque el ego te lleva arriba y te deja solo.

Compaginar tantas facetas, 'shows', giras; estar en la peluquería, dirigirla..., se consigue reciclándose, estando atento y poniendo al día a tus equipos.

B.M.: ¿Crees que sobra ego en la peluquería española?
P.M.: Sí (No lo duda).

B.M.: ¿Y qué le falta?
P.M.: Un poquito más de humildad, de compañerismo y pasión por la profesión. También ciertos aspectos técnicos, creo que carece más que nada de educación, formación, sobre todo en España

B.M.: No obstante ha habido un 'boom' de formación por parte de personas que en realidad ellas mismas, valga la paradoja, no están lo suficientemente formadas.
P.M.: Exacto, por eso lo digo, y es que la base no es buena. Un biólogo, dada su formación y título universitario, te puede hablar de moléculas, pero un peluquero desconoce en muchas ocasiones la parte técnica de su trabajo. A lo que se une el que la formación no está reglada, falta un título oficial, cualquiera puede abrir una peluquería, ese es el fondo, el problema, la base del problema de la peluquería en nuestro país. Yo, para trabajar en Estados Unidos, para convalidar la licencia tardé más casi que en que me dieran el visado. Una licencia de trabajo, la americana, que además cada tres años se renueva, certificando cierto número de horas en un centro específico del estado.

B.M.: Y tú que has pasado tanto tiempo en Estados Unidos, viviendo la peluquería en primera persona, ¿qué diferencias consideras hay entre el profesional de la peluquería norteamericano y los españoles y la clienta de ambos países?
P.M.: Allí la peluquería se valora, lo digo, lo reitero y no me canso de repetirlo. Porque al final, la peluquería es arte. Y así debe ser vista y considerada por parte del cliente que acude a los salones.

B.M.: Algo que tú haces muy bien, el arte, no solo en cuestión de tijera, sino también sobre el escenario, tal y como demostraste en tu actuación en el último Upp the Show.
P.M.: Sí, así lo hice en este show, considerando a la peluquería como arte. Creo que en España a los peluqueros les falta todavía, creer, creer que hacen arte; creérselo. Es lo que tenemos además que inculcar a nuestros clientes, como te decía antes, que lo que nosotros hacemos es arte. No nos pagan por cortar el pelo, sino por lo que creamos, que es imagen. Necesitamos precisamente que los clientes nos entiendan y vean así, como artistas, no 'cortapelos', una mano con tijeras. Eso en Estados Unidos, eso no ocurre. A la peluquería se le considera una profesión artística, una rama del arte como el diseño o las pasarelas, por ejemplo.

En Upp the Show me centré en la peluquería masculina más contemporánea y de manera dinámica y así la acompañé en lo referido a espectáculo.

B.M.: Pero Pedro Muñoz, no es solo artista, es también empresario, con múltiples facetas, formador, técnico, protagonista de shows, miembro de una gira como 'ForeverIn'... ¿Cómo se compagina esto y cómo fuiste capaz de convertirte en empresario?
P.M.: Me convertí en empresario porque mi padre era peluquero también, quizá lo heredé, efectivamente. Desde pequeñito sabía lo que era la peluquería y también llevar un negocio. Sí, quizá por eso me convertí en empresario, y quizá también por eso me resultara más fácil que a otras personas, porque lo tenía en casa. Compaginar tantas facetas, shows, giras; estar en la peluquería, dirigirla..., se consigue reciclándose, estando atento y poniendo al día a tus equipos. Para nosotros, en nuestro salón, los encuentros formativos, que organizamos y ponemos en práctica cada martes, son sagrados, porque la peluquería es una profesión en constante evolución. Y aparte, eso sirve para que tus empleados tengan esa motivación siempre necesaria y sepan tan bien como tú llevar el salón, en todos los sentidos, cuando tú no estás. Eso es lo más importante. Crucial, diría yo.

B.M.: ¿Es muy difícil estar conectado desde las islas?
P.M.: Bueno, a veces puede parecer que te aíslas un poco, sobre todo del formato de los grandes eventos y convocatorias en la península. Pero hoy en día, ha quedado demostrado, estar conectado con el mundo, es muy fácil, a través de RR SS y lo digital. Lo difícil es lo contrario, no estar conectado.

B.M.: ¿Qué aportan las redes sociales y canales por ejemplo como Instagram y YouTube, a la profesión?
P.M.: Compartir, que tú puedas compartir lo que haces. Y aprender; siempre aprendes algo de o con ellos. Sirven para comunicar, incluso para ganar clientela y mantenerte en contacto con ella. Contribuyen a tu visibilidad y posicionamiento, por supuesto. Hoy, alguien llega a Magaluz y busca en su móvil qué peluquerías hay, como hace con cualquier otro servicio o tienda.

B.M.: Nos sorprendiste muchísimo en Upp the Show, no nos cansaremos de repetirlo, ¿cómo se da forma y cómo se concreta un espectáculo como el tuyo y por qué este tipo de puesta en escena, supervisual, con música, ritmo, bailarines, y en el centro o epicentro, tú cortando?
P.M.: Yo tengo una idea, siempre; eso lo primero. Y depende de si se trata de una formación al uso o un espectáculo u otro formato, la proyecto de una manera u otra. Pero cuando me dicen que tengo que hacer un show, pienso en él como tal, porque es lo que la gente que acudirá pide del mismo, demanda y necesita. Y en un show, efectivamente, los peluqueros quieren, queremos ver peluquería, pero también disfrutar y pasarlo bien. Con una parte lúdica y artística, sin olvidarnos por supuesto, de la técnica. En Upp the Show me centré en la peluquería masculina más contemporánea y de manera dinámica y así la acompañé en lo referido a espectáculo. De hecho, el arte contemporáneo surge de la libertad y movimiento. En eso me centré. Y así concebí el todo de mi actuación, en cuanto al cabello y la escena. En lo referido a la técnica, utilicé solo tijera, dando forma, y para aprendizaje del público, exclusivamente con esta herramienta. No podemos olvidarnos de las reglas básicas de la peluquería, insisto, de ahí esta elección y demostración. Y lo que nunca, nunca hago en un show, lo tengo claro, es repetir. Siempre presento algo distinto, porque creo que quien viene, la persona que se desplaza hasta tu show, merece llevarse algo único y especial; exclusivo.

En España tenemos y disfrutamos de peluqueros increíbles, a un nivel extraordinario, sin nada que envidiar al resto. Y concursos e iniciativas como Fígaro, lo demuestran y lo muestran al mundo.

B.M.: Has abogado en tu respuesta y demostraste en Upp the Show el uso del peine y de la tijera como piezas básicas y esenciales del corte y el peinado, por distintos motivos que nos has explicado. ¿Piensas que el movimiento Barber asociado sobre todo a rapados y efectos sobredimensionados ha llegado a su zénit y por tanto a su descenso como 'boom' y preferencia o moda? ¿Hacia dónde va la tendencia en moda para el hombre en peluquería?
P.M.: Depende de distintos factores, tan dispares y diferentes incluso como el clima. En las zonas costeras y durante el verano siempre va a estar presente el degradado y los rapados. Pero lo que es efectivamente más moda y tendencia en cuanto a hombre, son los cabellos ligeramente más largos para esta temporada. Y en cuanto al movimiento Barber, el que la gente hable de peluquería y que la peluquería esté en boca de la gente, nos hace falta y a mí me alegra mucho. El movimiento Barber lo consigue. Eso sí, vuelvo a repetir, lo que no debe suceder es que cualquiera pueda hacer uso de una herramienta cuando no está cualificado para ello, la asignatura pendiente de nuestro país, y que nos perjudica a todos enormemente. La incultura nos lleva al fracaso, hay que conocer cuáles son las medidas correctas y definitorias de un degradado y cómo hacer la transición, un rapado lateral no es coger la maquinilla, no, es emplear la técnica y el conocimiento para un resultado perfecto, que además muestre lo mejor de nosotros como profesión.

B.M.: ¿Cómo te has formado tú, Pedro?
P.M.: Con mi madre, y con mi padre, crecí con la tijera en la mano. Pero luego, efectivamente por la inquietud y necesidad de entender lo que estaba haciendo, eso me llevó a estudiar en Barcelona con Miguel Griñó, uno de los mayores aciertos de mi vida y carrera como profesional de la peluquería. Por supuesto, he viajado, me fui a Italia, Estados Unidos, distintos países, buscando perfeccionarme e inspirarme desde otras culturas, códigos y percepciones de la peluquería y el cabello. Y también, estando en contacto con las marcas que te posibilitan la formación y el reciclaje.

B.M.: ¿Por qué se te vincula prioritaria o fundamentalmente a la peluquería masculina? Porque Pedro Muñoz, también hace, y muy bien por cierto, peluquería femenina.
P.M.: Sí, es curioso, y de hecho, me gusta más la peluquería femenina. Aunque me encuentro muy a gusto en las dos. Quizá se me identifica con la peluquería masculina por haber ganado el American Crew Face Off 2013, peluquería masculina en estado puro, aunque como te digo, me inclino más por la femenina porque soy un defensor acérrimo del total look y hoy por hoy y en ese sentido, la mujer te permite mucho más recorrido, te da mayor juego y posibilidades en materia de peluquería, imagen y cabello.

B.M.: Tras tu experiencia en EE UU y en lo referido a la mujer, la americana, muy distinta a la española, imagino.
P.M.: Sí, pero en el fondo no hay mucha diferencia en realidad, quizá allí existe mucha más teoría, está todo muy estudiado, pero poco más en cuanto a diferencia. Eso sí, menos salones que aquí en cuanto a número.

Lo que no debe suceder es que cualquiera pueda hacer uso de una herramienta cuando no está cualificado para ello, la asignatura pendiente de nuestro país, y que nos perjudica a todos enormemente.

B.M.: ¿La mujer española se gasta lo que debería en peluquería?
P.M.: Sí y no. Al final, tú eliges a tu clientela. Aunque sí que es verdad que si paseas por la calle, te encuentras mucha gente con necesidad de que le recomienden o le aconsejen. Pelos muy castigados, faltos de proteínas o necesitados de tratamientos especiales. Nos falta tratamiento en el salón, ya no hablo de venta, sino de consejo profesional que ayuda a aumentar el ticket medio del salón.

B.M.: ¿El cliente y la clienta españoles son receptivos a los tratamientos personalizados en el salón: hidratación, contra la caída, reestructuración... O no existe esta cultura?
P.M.: Aquí yo creo que la clave está en el diagnóstico que nosotros hagamos. Y vuelvo a lo mismo, todo esto está en nuestra educación como profesionales, el problema de base; el que sepamos hacer y hagamos un buen diagnóstico en el salón de peluquería. Ésta es la plataforma para el éxito en peluquería como negocio y como atención al cliente, por supuesto, siempre sobre la base de una buena técnica.


B.M.: ¿La peluquería española a la altura de otros países? P.M.: Sí, rotundamente sí. En España tenemos y disfrutamos de peluqueros increíbles, a un nivel extraordinario, sin nada que envidiar al resto. Y concursos e iniciativas como Fígaro, lo demuestran y lo muestran al mundo. Es además, muy importante, considero, presentarte a este tipo de competiciones, simplemente por salir de tu zona de confort y experimentar. De hecho, en mis formaciones animo a todo el mundo que quiera a hacerlo.

B.M.: ¿Y cómo es la peluquería latinoamericana a la que conoces muy bien tras tus giras por el continente con Recamier y SalonIn?
P.M.: Como la española hace 15 años. Pero con una visión global y esfuerzo, importante y a destacar. Con profesionales ávidos de aprender y que se fijan mucho en nosotros.

B.M.: Pedro, si te tuvieras que definir, ¿cómo lo harías?
P.M.: Yo soy peluquero, así empiezo todas mis formaciones. Apasionado y enamorado de mi profesión.

Me he formado por la inquietud y necesidad de entender lo que estaba haciendo, eso me llevó a estudiar en Barcelona con Miguel Griñó, uno de los mayores aciertos de mi vida y carrera como profesional de la peluquería.

B.M.: ¿Con qué te quedarías de la peluquería, tijera, color, styling...?
P.M.: No me puedo quedar con nada, de tanto que me gusta todo. Aunque en Estados Unidos tuve que elegir y elegí la tijera.

B.M.: ¿Lo mejor que te ha dado la peluquería?
P.M.: El levantarme cada mañana y hacerlo con alegría. Eso no tiene precio.

B.M.: ¿Qué se siente cuando una grada entera se pone en pie a aplaudirte tras un show o espectáculo?
P.M.: ¡Objetivo cumplido!

B.M.: Tú próxima meta.
P.M.: Que mi salón termine despegar, asentarnos y si podemos abrir otro salón, mejor. Sí, apuesto por la expansión, por qué no.

B.M.: Un sueño.
P.M.: Seguir haciendo peluquería. (Y ríe, abiertamente, la rúbrica perfecta a esta entrevista, el final y el principio de la peluquería, la nueva peluquería).

Créditos imágenes que acompañan a esta entrevista, de la colección Lollypop.
Peluquería: Antonio Calvo & Pedro J. Muñoz.
Fotografía: Antonio Calvo.
Vestuario: Conchi Silvent.

 
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