El sentido del humor siempre ha sido un gran aliado de los empresarios, políticos, comunicadores y profesionales más brillantes, desde el dicharachero verdulero del mercado, hasta los grandes genios creativos, pasando por los conciliadores líderes de grandes equipos corporativos. La pareja formada entre la diversión y el trabajo no están en absoluto reñidos, sino todo lo contrario: forman una pareja perfecta.

No obstante, por causa, o más bien, por costumbre de la cultura empresarial del trabajo “duro y gris” que hemos heredado, existe una serie de temores y mitos infundados que hacen que muchas personas sigan evitando el humor en su entorno laboral, ya que a menudo se relaciona con falta de trabajo o de ganas. Los recientes descubrimientos científicos sobre los múltiples beneficios del humor están cambiando todo esto, convenciendo incluso a las organizaciones más tradicionales a optimizar el uso que hacen de este recurso interpersonal.

En EE UU el humor ya se toma muy en serio. Los libros y cursillos sobre el humor en el trabajo se multiplican, y empresas de primera fila ya integran el humor en sus programas de formación, o incluso retribuyen a sus managers en parte según lo divertido que resulta trabajar con ellos. Y es que potenciar el sentido del humor de una organización proporciona una ventaja competitiva muy seria.

El humor positivo en la empresa atrae y retiene a los recursos humanos más valiosos, reduce el estrés, potencia la salud y las capacidades del empleado, fortalece la motivación individual y colectiva, estimula la innovación, optimiza la comunicación interna, favorece el aprendizaje, cohesiona los equipos humanos, potencia el impacto persuasivo de los mensajes de venta, fortalece las relaciones con los clientes y crea un entorno más agradable y humano para trabajar. En definitiva, miles de características positivas que deben tenerse en cuenta en el entorno laboral.

Tal y como dice Eduardo Jáuregui, uno de los autores: “Muchas personas creen que para hacer el trabajo bien hay que sufrir, y que la risa no tiene lugar en la empresa. Pero la realidad es que cuando mejor trabajamos es cuando estamos disfrutando”. El libro viene a demostrar con diversos estudios científicos los numerosos beneficios del humor para la salud, el bienestar, las relaciones personales y la productividad. Según estos estudios, el humor reduce el estrés, estimula la motivación, potencia la creatividad, cohesiona los equipos humanos, potencia el impacto persuasivo de los mensajes de venta y fomenta un clima laboral más agradable.

El concepto de positivismo empresarial que destila Alta diversión se refleja en las palabras de Jordi Trias de Bes, escritor y economista, que recoge su portada: “El mundo empresarial ha vivido alejado del humor. No en vano, negocio proviene de “negación del ocio”. Craso error. Sin humor no hay ilusión y sin ilusión no hay empresa”.









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