Los expertos han hallado una relación entre el sistema inmunitario -la defensa del cuerpo ante organismos infecciosos y otros invasores- y la regeneración del pelo. Parece ser que los macrófagos, células localizadas en los tejidos y responsables de fagocitar los cuerpos extraños que se introducen en el organismo, contribuyen a la regeneración capilar en ratones. Así se desprende de los estudios llevados a cabo por diversos investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

El vínculo entre las defensas del organismo y el crecimiento capilar se descubrió por azar. El equipo de Mirna Pérez Moreno, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), descubrió que los ratones tratados con antiinflamatorios tenían más pelo que el resto. Y a partir de ahí, empezaron a investigar hasta llegar a la conclusión mencionada. El proceso ha durado cinco años de trabajo. Cinco años plasmados en un artículo que publica la revista Plos Biology. En el reportaje, el grupo de Perez Moreno, que lidera las investigaciones del grupo de biología celular epitelial del CNIO y ha coordinado el artículo cuyo primer autor es Donatello Castellana, explica cómo los macrófagos ejercen un papel clave en el crecimiento del cabello. Los macrófagos no se limitan a regenerar el cabello sino que inducen el crecimiento capilar.

La clave está en las células madre del folículo piloso

Los expertos del CNIO estaban seguros que el efecto crecepelo del tratamiento antiinflamatorio tenía relación con el sistema inmunitario, ya que la inflamación es una respuesta del organismo frente a una agresión. E investigó diversas posibilidades entre las células que se hallan en las defensas que contribuirían al crecimiento del cabello. Tras varias pruebas de selección y descarte, los investigadores descubrieron a los macrófagos.

Estas células inmunitarias ejercen varias funciones, aunque la principal es la de fagocitar (rodear con su membrana citoplasmática partículas sólidas e introducirlas en el interior de la célula) bacterias y sustancias de desecho de los tejidos. Básicamente, engullen cualquier cuerpo patógeno detectado en el interior del organismo. Tras ingerir células muertas del anfitrión, los macrófagos participan en la reparación de tejidos dañados tras la reacción inmunitaria.

Sin embargo, los macrófagos también influyen en el crecimiento normal del cabello, según los investigadores. En concreto, activan las células madre del folículo piloso responsables de iniciar la cadena de procesos que genera el crecimiento del pelo. Para ello, los macrófagos secretan unas proteínas, conocidas como Wnt, que avivan las células madre causantes de la formación de pelo nuevo. Una función que comprobaron al rasurar el lomo de varios ratones. Los investigadores estimularon de forma artificial la presencia de macrófagos en algunos ratones. En cuanto al resto, se limitaron a no intervenir. Posteriormente, observaron que los primeros mostraban un crecimiento acelerado del pelo.

Aunque el hallazgo haya tenido lugar en ratones, los macrófagos humanos también segregan las proteínas Wnt. El trabajo podría facilitar el desarrollo de nuevas estrategias contra la calvicie humana, en opinión de Pérez Moreno. Para otros expertos como Ramón Grimalt, especialista en alopecia de la Academia Española de Dermatología y Venereología, la investigación del CNIO tiene valor aunque solo es un paso más en la cadena que regula el ciclo de vida del cabello.

Evitar el molesto trasplante de folículos

En la lucha contra la alopecia, el gran desafío consiste en incentivar las células madre para estimular las señales bioquímicas que fomentan el crecimiento del pelo. El propósito es el de evitar tratamientos como el trasplante de folículos. El siguiente paso del equipo de expertos consistiría en reproducir los descubrimientos en humanos. También tratarían de determinar qué tipo de macrófagos estimula las células madre de la piel.









Recomendamos