Desde hace pocas semanas se está produciendo una revolución a través de los foros de Internet a causa de un nuevo producto para el tratamiento del cabello basado en la carbocystina o también llamada carboximetilcisteína.
Sin embargo, este aminoácido hace años que está entre nosotros y lo ingerimos habitualmente cuando llega la época del frío.

Efectivamente, pocos de nosotros leemos los prospectos de los fármacos que tomamos, pero la carboximetilcisteína es uno de los ingredientes de la mayoría de tratamientos contra los resfriados. Al tratarse de un aminoácido dibásico, es un potente mucorregulador en los transtornos de las vías respiratorias cuando existe un aumento en la producción y la viscosidad del moco. Tiene la capacidad de destruir las distintas estructuras quimicofísicas de la secreción bronquial anormal, consiguiendo una disminución de la viscosidad y, de esta forma, una más fácil y pronta eliminación.

Se prescribe, por tanto, en procesos bronquiales donde al paciente le sea difícil expulsar la flema, en afecciones como bronquitis, enfisema pulmonar, neumonía, tuberculosis, otitis y fibrosis quística, entre otras.

Su comercialización habitual es en forma de administración oral a través de cápsulas, grageas, sobres o jarabe en productos tan populares como el Actithiol, Anatac, Eduprim, Fluidin Mucolítico, Iniston, Pectodrill o Pectox.


La carboximetilcisteína y su aplicación en el cabello

Al igual que otros derivados de la cistina, la carboximestilcisteína produce la ruptura de los enlaces disulfuro y por eso ha sido empleada como aditivo en el tratamiento de la seborrea, cabello graso, alopecia seborreica, dermatitis exofoliativa o fragilidad de uñas. Es muy normal que entre los complementos antiseborreicos que recete un dermatólogo se encuentre este aminoácido.

Hace años que existen en el mercado varios productos capilares con carboximetilcisteína en tratamientos preventivos contra la caída del cabello, al recuperar la actividad capilar de los bulbos y combatir la carencia vital del cuero cabelludo.

La carboximetilcisteína estimula el riego sanguíneo, previene la caída del cabello y también reduce el volumen del mismo, de ahí su función de sustituto del formol en tratamientos de alisado.

Recordemos que el formol actúa rompiendo los puentes cistínicos o de disulfuro, que son los que dan forma al cabello, para conseguir un alisado más permanente. La carboximetilcisteína provoca también esta ruptura de los puentes de disulfuro, aunque en un proceso más lento que el producido por el formaldehído.









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