En mi calidad de Presidente de la Junta Directiva de Club Fígaro, y en nombre de ésta, manifestamos nuestra sorpresa y desagrado por la insinuación que el peluquero Carlos Oliveras lanza en la entrevista publicada en su portal el pasado viernes día 8 de abril.

En concreto, aunque lo disfrace de pregunta retórica, afirma que los premios Fígaro se adjudican por la marca Revlon Professional a profesionales que consumen sus productos.
Dicha afirmación supone una agresión a los tres pilares fundamentales de Club Fígaro: por un lado, al mérito de los premiados, al atribuirlo al mero hecho de ser clientes de la firma. Por otro, a la limpieza y transparencia de nuestros métodos de votación. Y por último, a la finalidad que persigue nuestro principal (que no único) sponsor, al insinuar que su objetivo no es potenciar una peluquería de calidad, sino premiar a sus buenos clientes.

La citada insinuación demuestra que, por desgracia, son ciertas sus afirmaciones previas sobre "celos, envidias, ego y apuñalamientos por la espalda". Sin embargo, lo más lamentable, pero al mismo tiempo cómico, es la absoluta ignorancia que demuestra sobre lo que es Club Fígaro.

Evidentemente, Club Fígaro no pregunta a sus socios (cada vez más numerosos, por cierto) qué productos usan. Y si se accede a las bases del concurso, que son públicas, se podrá constatar que ninguno de nuestros patrocinadores tiene participación alguna en las votaciones de los premios, pues los jurados son plenamente independientes.

Por cierto, que también Movistar patrocina los premios Fígaro. ¿Habrá que analizar a qué compañía telefónica están abonados nuestros socios...?

Atentamente,

Mikel Luzea Elduaien
Presidente del Club Fígaro

Véase comunicado/respuesta de Carlos Oliveras referente a este tema.









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