La motivación permite cumplir la premisa de lograr el mayor rendimiento al menor coste. Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra motivación deriva del latín motus, que significa "movido" o "movimiento". Podemos, entonces, entender la motivación como la suma de estímulos para realizar determinadas acciones y persistir en ellas hasta su culminación.

En los salones de belleza, estilismo o estética, así como en todas las demás actividades, la realización de tareas rutinarias suele provocar aburrimiento y apatía en los empleados. Existe un límite para el desempeño satisfactorio de una labor repetitiva y allí es donde el empresario y/o gerente tienen que preguntarse si es posible hacer algo para enriquecer el trabajo y hacerlo más interesante.

Hoy en día los empleados no sólo aspiran a trabajar por dinero sino que también quieren disfrutar de lo que hacen. Trabajar a gusto es un valor agregado de la calidad de vida.
La ausencia de satisfacción puede afectar la productividad y producir un deterioro en la calidad del entorno laboral. Se dan algunos casos en los que el deseo frustrado puede repercutir en el rendimiento, aumentar las quejas o incluso motivar a los empleados a buscar otro trabajo. Si las personas disfrutan y están a gusto mientras trabajan, los resultados en la productividad son más notorios en todos los ámbitos.

Motivar es generar en el trabajador deseos de superación que reviertan en beneficios para la empresa.

Se busca activamente la implicación del trabajador. En el caso de los salones de estilismo, se apunta al trabajo en equipo. Una mayor comunicación entre los coloristas, estilistas y ayudantes evita el desinterés y la apatía. El aporte de la motivación laboral es conseguir que surja en el trabajador un espíritu de superación que consiga dar los máximos beneficios a la empresa. El secreto está en dar y recibir.

La retribución económica

Un nivel inadecuado de compensación económica puede ocasionar dificultades, sentimientos de ansiedad, descontento y desconfianza por parte del empleado, así como la pérdida o disminución de la rentabilidad y competitividad del salón. Además, el escaso interés que suele producir una función compensada pobremente puede llevar al absentismo y a otras formas de protesta pasiva.
Es fundamental encontrar el equilibrio entre la satisfacción por el trabajo realizado y el salario recibido. Un salón no puede esperar que el trabajador dé el cien por cien de sí mismo si las condiciones salariales son deplorables.

Calidad de vida

En la actualidad el trabajador exige poder compatibilizar su trabajo con la vida social. Es a través de ciertos acuerdos como la flexibilidad logra del trabajador mayor motivación y, por consiguiente, un mayor rendimiento y que el trabajo se realice mejor y más rápidamente.
La motivación es básica en cualquier empresa. Cuando el trabajo es satisfactorio y las compensaciones equilibradas, el trabajador cumple su jornada sin mirar el reloj y sin sentir que el trabajo es un obstáculo que interfiere en el resto de su vida.

El caso Google

La política del gigante de Internet es la motivación llevada a su máxima expresión y se resume en la frase: 2Empleado contento, empleado creativo"; y por ende, y a largo plazo, empleado más productivo.

Con una plantilla de 300 informáticos, no duda en consentirlos: juegos, gimnasio, masajes, biblioteca y chill out para el estrés. Ésta es la filosofía de Google, una experiencia a tomar en consideración, ya que aumentó sus beneficios en un 30%.









Recomendamos