El American Journal of Clinical Dermatology publicó este pasado enero los resultados de un estudio realizado en 269 personas y tras cuatro ensayos clínicos, demostrando la eficacia y seguridad del uso del láser de baja potencia para tratar la pérdida de cabello tanto en hombres como en mujeres.

Confirman de esta manera los datos de estudios realizados con anterioridad, en los que tras un tricograma se comprobó que los pacientes sometidos al tratamiento se beneficiaban de un aumento del crecimiento capilar en el 92% de los casos, que el calibre del cabello aumentaba en el 78,4% de los casos, y que la densidad se incrementaba en un 55%.

El láser de baja potencia, o LLLT (Low-Level Light Therapy), se convierte así en una alternativa apropiada para aquellos pacientes que no responden a la finasterida o al minoxidil, o que no son aptos para someterse a un microinjerto capilar. Este láser trabaja sobre los folículos favoreciendo su oxigenación, aportando nutrientes, eliminando las toxinas y ayudando a la queratinización, crecimiento y renovación del pelo, con resultados visibles a partir de las tres sesiones.

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