Por Eni Gómez Grau, Centro de Tecnología Capilar (CTC).

Nuestro cutis, siempre visible, disfruta del privilegio de recibir en mayor o menor medida cuidados de hidratación, nutrición, tratamientos antienvejecimiento, etc. Sin embargo, no hemos de olvidar que nuestra piel no termina en la frente, sino que se prolonga hacia la parte posterior de la cabeza. Oculta entre los cabellos, la piel que forma nuestro cuero cabelludo tiene una estructura particular y poco conocida. A menudo su cuidado no ha sido siempre el acertado.

Esta piel tiene una estructura particular que la hace especialmente vulnerable: escaso grosor, abundantes sustancias grasas que forman la emulsión superficial, temperatura propia, presencia de microorganismos, etc. Las agresiones a las que se ve sometida, tanto interna como externamente, desestabilizan su metabolismo, reducen su capacidad de defensa y disminuyen su resistencia. No es extraño entonces que la elaboración del cabello se vea perturbada y tienda a perderse.

Responde a los cuidados y cuando tiene una atención profesional especializada, productos adecuados y de calidad y cuidados específicos, podemos obtener resultados excelentes de regeneración, volumen, densidad y cuerpo.

Cada vez son más las personas que presentan problemas capilares como alopecias, caspas, picores y seborrea, entre otros. El cabello es especialmente sensible a las alteraciones nerviosas, ansiedad, vida acelerada y falta de sueño. Nuestro sistema nervioso impacta sobre el ritmo de regeneración del cabello, acelerando su caída. Durante mucho tiempo, el papel del cabello en nuestro organismo quedaba relegado a una mera función de protección de la parte alta de nuestra cabeza. Sin embargo, recientes investigaciones han demostrado que estas estructuras tienen un papel solidario en nuestro organismo:

  • Contribuyen a la desintoxicación de nuestro cuerpo eliminando a través de ellas sustancias tóxicas, medicamentos, contaminantes, etc.
  • Además, permiten la detección de determinadas enfermedades y ponen de manifiesto carencias orgánicas.

No es de extrañar por tanto, que cada vez más el cabello humano adquiera mayor importancia y las investigaciones en torno a él se multipliquen.

Nueva ciencia: Biotricología

La Biotricología aparece hoy como una nueva ciencia que nos ayuda a entender cada vez mejor el cabello y cómo ayudarlo en su función. En definitiva, nace con el objetivo fundamental de mantener la salud de nuestros cabellos.

Gozamos de un período excelente en la investigación de nuevas moléculas. Cada vez son más perfeccionadas en su mecanismo de acción y dirigidas a los centros “diana” de las células, por lo que ofrecen una eficacia excelente frente a los problemas que presenta la piel: antioxidantes, bloqueantes hormonales, antirradicales y estimulantes del crecimiento se cuentan entre los numerosos activos que la actual industria cosmética ofrece en este sentido.

El cuidado del cuero cabelludo es cada día más fácil, además de ser una necesidad. Él es agradecido -puedo asegurarlo tras años de experiencia-. Responde a los cuidados y cuando tiene una atención profesional especializada, productos adecuados y de calidad y cuidados específicos, podemos obtener resultados excelentes de regeneración, volumen, densidad y cuerpo.

Se trata, sin duda, de un nuevo reto para los profesionales de la peluquería.









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