Cualquier lector al cual este título y artículo, "Cafeína, de la taza al pelo", le haya llamado la atención y que padezca de tensión baja, sabrá que para él el café es un milagro de vida. Le anima y le pone en forma, renovándole las energías.
Pues he aquí que al parecer, la cafeína actúa igual con el pelo, detiene su caída e incluso engrosa el que es fino.
Estudios epidemiológicos
Recientemente un estudio científico realizado por la Universidad de Lübeck, Alemania, y publicado en el International Journal of Dermatology, reveló que la cafeína puede estimular el crecimiento del cabello y prolongar su ciclo de vida. Esta sustancia, la cafeína, es la responsable de bloquear los efectos de la hormona DHT, que actúa dentro de los folículos pilosos provocando la muerte de las células que producen los cabellos y por consecuencia provoca la caída de las mechas.
Además, y tras el estudio se concluyó también que los folículos pilosos femeninos son más sensibles y responden más rápidamente al tratamiento con cafeína que los masculinos. "Cuando hicimos el experimento de aplicar la solución de cafeína en los folículos pilosos frágiles, observamos que la velocidad del crecimiento se incrementó en un 25%", explicó Tobias U. Fischer, dermatólogo de la Universidad de Lübeck.
La cafeína también promueve el flujo sanguíneo al interactuar con los folículos pilosos, lo que mejora la distribución de los nutrientes en las hebras. Por lo tanto, el estimulante ofrece un beneficio adicional al hacer que el pelo crezca mucho más fuerte y saludable, y también evita que se rompa. Las propiedades antioxidantes de la cafeína, a su vez, ayudan a combatir el envejecimiento prematuro de los cabellos.
Estudios al respecto, hay muchos, y desde hace tiempo. Uno de ellos, de los primeros, realizado en 2007 por la revista "Dermatología", liderado por el Dr Tobias Beecher, determinó que las muestras de folículos pilosos que fueron expuestas a diferentes dosis de cafeína, manifestaron una tasa de crecimiento significativo en las 24 horas posteriores a la exposición. Un efecto que se prolongó durante al menos 8 días en un porcentaje estimado del 33% y 40% de los casos.
En su justa medida y formato
Las dosis terapéuticas de cafeína empleada en los estudios anteriormente mencionados equivalen a unos 6.000 miligramos. Por supuesto, ingerir estas dosis por vía oral resulta prácticamente imposible para cualquier persona porque requeriría beber entre 50 y 60 tazas de café diarias. Las consecuencias para la salud serían nefastas. El modo de utilizarse la cafeína es la cosmética capilar, en champús de cafeína o soluciones tópicas basadas en la misma.
Las soluciones tópicas capilares de cafeína y los champús con dicho compuesto se han popularizado en el mercado como tratamientos complementarios en la caída del cabello. La cafeína se absorbe así rápidamente por vía tópica actuando directamente sobre el folículo piloso y estimulando el crecimiento del cabello sin los efectos secundarios derivados de su ingestión oral, que inciden negativamente en nuestros órganos cuando se toma en exceso.
Ha de quedar claro que, "tomar una taza de café cada mañana no tiene ningún efecto sobre el crecimiento del cabello", como apunta L'Oreál. La mejor opción es efectivamente utilizar "productos que contengan cafeína, como el shampoo, acondicionador, tónico o leave-in, elaborados con la citada sustancia y masajear el cuero cabelludo durante su aplicación sobre el cabello".
En resumen, la cafeína en presentaciones tópicas como soluciones capilares y champús de cafeína, podrían postularse como un tratamiento coadyuvante complementario para frenar la caída del cabello y contribuir a la estimulación de su crecimiento.
Además de todo ello, los expertos enumeran el global y añadido de otros efectos destacados del café para el pelo:
- Previene la caída.
- Estimula el crecimiento.
- Fortalece el cabello.
- Oscurece y disimula canas.
- Da suavidad.
- Aporta brillo.
- Exfolia el cuero cabelludo.
- Fragancia agradable.
Por eso, pasarse al café en cuestión de champú y tratamiento es un seguro de vida para el cabello. Algo a tener en cuenta cuando se trata de salones y profesionales peluqueros que desean ejercer su labor prescriptora, de tratamiento y recomendación de compra en su establecimiento.