No es nada nuevo. La feria Salón Look lleva en caída libre desde el año 2017, registrando año tras año menos empresas que apoyen el evento y la convocatoria es cada vez menor, más irregular, con público de calle mezclado con el profesional, y con altibajos en el flujo de asistentes; tardío en su presencia a primera hora y que marcha mucho antes del horario de cierre de la misma como norma general.
Un viernes destacado por ser posiblemente el más débil en visitas de los tres, con la presencia acostumbrada de alumnas que visitan la feria especialmente por la mañana. Una tarde destacadamente decaída que alentó a que ciertos expositores incluso se vieran tentados a abandonar su stand algo antes de la hora de cierre. A pesar de ser el día destinado a los distribuidores la presencia de éstos ha vuelto a ser mínima, tanto que algunas empresas que focalizan su presencia en este sentido han valorado su presencia muy negativamente.
El sábado el mejor día de los tres que a pesar de que el público tardó en llegar. Ha sido la jornada con mejores resultados para los expositores y el de mejor calidad de público. Un domingo más débil de lo habitual con menor asistencia incluso en horas punta y que registró la mínima presencia después de la hora de la comida haciendo del domingo un día largo para los expositores. Ya el año pasado se redujo el horario del domingo pero sigue detectándose como un día tedioso para el expositor. Una jornada donde la asistencia de público final es también mayor en detrimento del profesional.
Tres jornadas, las de Salón Look, que nos han dejado variadas opiniones y una conclusión final. Salón Look 2025 decepciona y no cumple con las expectativas que se espera de un evento nacional que ya no es desde hace tiempo, y en el que las empresas hacen un gran esfuerzo económico, empresarial y de personal para poder estar presentes y ofrecer sus mejores galas. Las empresas que nos confiesan haber tenido mejores resultados nos reconocen que a pesar de ello no es en la medida en que confiaban generar. Otras empresas de relevancia como Indiba y Wonder no asistieron en esta edición así como otras que ya dejaron tiempo atrás como LPG y Tormamed, entre otras que decidieron no asistir. Incluso este año se realizaron actividades paralelas a Look de empresas que dejaron de asistir.
Reducción del tamaño de la feria año tras año
El número de expositores de este año ha llegado a 164 empresas entre los dos sectores, registrándose un total de 88 empresas aproximadamente en estética y 76 en peluquería según datos que aparecían en su web, y tras comprobación por este medio in situ, ya que han habido empresas que a pesar de estar en el directorio de la web oficial de Salón Look 2025 e incluso tener estand montado no han asistido en el último momento.
Hay que recordar que esta feria llegó a tener 407 expositores en ediciones anteriores y que en el 2024 el registro fue de 180 empresas expositoras, 188 en el 2023 y 219 en el 2022, por poner un ejemplo.
Ambos pabellones, tanto el 12 como el 14, se han redimensionado perimetralmente a la baja, es decir se ha reducido su superficie para albergar a un número menor de expositores que además como norma general reducen su espacio expositivo. Este año se detectaron muchas "calvas" de espacios no ocupados, aumentaron el número de zonas de descanso y servicios de restauración que en este sentido al menos ofrecieron un servicio positivo al visitante. Los pasillos entre estands también se vieron aumentados.
Un programa de actividades reiterativo e insuficiente
Para poder captar el interés de los profesionales es necesario invertir en conferenciantes de calidad, temática actual y de vanguardia que anime a los profesionales a acudir y a justificar su presencia. Sobre todo de un evento que se denomina de carácter nacional donde cada vez es más complicado alentar a los profesionales a iniciar un viaje fuera de su comunidad y que le va a resultar un coste cada año más elevado si ha de sufragar además hotel en Madrid con precios cada vez más altos y viajes de tren o avión más caros.
Sólo hay que comparar los conferenciantes de los programas de años anteriores de este evento para detectar que siempre son los mismos conferenciantes salvo contadas excepciones. Además los que hay tienen demasiadas implicaciones con las marcas y las empresas con lo que les convierten en oradores de débil credibilidad puesto que pueden tener interés comercial en lo que puedan aportar. El interés de los profesionales por un evento de este tipo ya no se mide tanto por poder contactar con empresas y ver novedades puesto que éstas cada vez tienen éstas mayor acceso y contacto con sus clientes finales y potenciales. Es por eso que el programa de las actividades, que debiera ser el verdadero corazón del evento no lo es. Ni mucho menos, es realmente poco alentador.
Los distribuidores, los grandes ausentes
No es nada nuevo que una mayoría de los distribuidores han ido perdiendo interés en visitar la feria de Salón Look, visto la reducción de marcas y de oferta expositiva. Si bien lo que más les molesta es ver cómo en un evento que debía ser un escaparate de novedades y contactos de negocio, hay cada vez más expositores de venta directa desapareciendo los estands de imagen, sobre todo en el sector peluquería, donde ven los mismos productos que ellos venden en sus respectivas zonas de trabajo a precios más bajos. Ante tal situación no se molestan en venir ni en promocionar la visita a sus clientes.
Algunas empresas consultadas por Beauty Market, que exponen para exclusivamente negociar con distribuidores, han manifestado replantearse su presencia en Salón Look ante la falta de contactos en este segmento del sector, debido, como hemos comentado, a un viernes perdido por falta de visitas y a tan solo un sábado aprovechable de los tres días para tal fin.
Una organización incapaz de dar la vuelta a la situación
La organización de Ifema debería tener en cuenta una serie de hechos que se repiten año tras año y que parece ser no alcanza a poner las medidas para solventarlas. En el fondo parece que no hay una vocación real por el servicio al expositor ni al visitante, en definitiva al sector.
Los detalles hacen que un evento satisfaga a un expositor o visitante. Y muchas veces son los más pequeños los que ayudan a que la experiencia sea fluida y positiva.
Los servicios de restauración en esta edición sí que parece ha sido más variado, ágiles y con más opciones para visitantes y empresas que el año anterior.
Varias veces hemos manifestado, recogiendo opiniones de las empresas, que tres días se han convertido en un espacio de tiempo demasiado largo y que resultaría más eficaz con tan solo dos días. Sería más focalizado e intenso en cuanto a visitas.
Por otra parte la feria que ha ido mermando en tamaño se presenta cada vez de menor interés para Ifema. Creemos que es por este motivo que para el año 2026 han presentado verbalmente a algunas empresas unas fechas que no interesan absolutamente a las empresas expositoras. Ya lo intentaron hace dos años cambiando las fechas del 2023 en pleno puente del Pilar y se vieron obligados por el sector a retrotraerse y volver a la fecha original.
Otra cuestión es que visto el tamaño actual del evento, que es menor, sería conveniente cambiar a pabellones o a un pabellón de menor tamaño para acoger a Salón Look como se merece. Menos no significa peor.
Conclusiones
La 27º edición de Salón Look ni ha contado con más de 500 empresas, han sido 164, ni por asomo con la visita de 42.000 visitantes como anunciaban en sus mensajes. Bastantes menos visitantes, esperaremos a ver las cifras oficiales. Pero lo importante verdaderamente no es la cantidad sino el negocio generado que ha sido visiblemente mucho menor, o como mínimo no es el que se espera de una feria de ámbito nacional donde las inversiones de las marcas son muy altas.
Las empresas están desalentadas en una mayoría de los casos por los resultados cosechados y muy posiblemente ya es demasiado tarde para un cambio de timón para un Salón Look que, lo tuvo casi todo a su favor pero que no ha sabido evolucionar para velar en la actualidad por los intereses de expositores y visitantes.
Si una feria no es útil para el expositor ni para el visitante, acaba por desaparecer.