El marketing sensorial hizo entrada hace unos años con gran fuerza en los mercados y negocios, incluso en productos cosméticos y textiles, y continúa reivindicando una posición ganadora en lo que toca a la hora de sumar clientes y aumentar ventas.

Pero, ¿qué es el marketing sensorial? Se trata de apelar a los sentidos con el objetivo de crear experiencias de dicho tipo, sensoriales, a través de la vista, el sonido, el tacto, el gusto y el olfato. Una forma que se impone cada vez más en el modo cómo se vinculan las marcas con sus clientes.

El poder de los aromas

Una vez enumeradas sus clases, es el marketing olfativo uno de los que destaca por su sofisticación y actuación directa en el consciente y subconsciente. En concreto se trata de un 'arma' de estimulación capaz de originar sentimientos y actitudes aprovechando las capacidades de nuestro sentido del olfato, uno de los que genera mayor impacto en el recuerdo.
Y es que, según estudios de la Universidad de Rockefeller, una vez medida la 'potencia' evocadora de cada uno de nuestros sentidos, el olfato (35%) gana por goleada, siendo los porcentajes del resto: gusto (15%), vista (5%), oído (2%) y tacto (1%).

El olfato es el más antiguo de los sentidos que tiene el ser humano. Y permite y logra que todas las conexiones queden grabadas en la corteza prefrontal del cerebro.

El marketing de los sentidos supone así que con su ejecución, sobre todo en lo referido al olfato, traerá al cliente recuerdos, emociones e imágenes que estimularán al consumo. A este respecto, y centrándonos de nuevo en los aromas, indicar que numerosos estudios afirman que el hombre recuerda el 1% de lo que palpa, el 2% de lo que oye, el 5% de lo que ve, el 15% de lo que degusta y el 35% de lo que huele. El olfato, además, afirman los científicos, es el más antiguo de los sentidos que tiene el ser humano. Y permite y logra que todas las conexiones queden grabadas en la corteza prefrontal del cerebro.

Un simple aroma es capaz de transportarnos a lugares recónditos de nuestra memoria. Y ahí radica la magia de utilizar el olfato como un nuevo canal de comunicación, mucho más potente que la vista y el oído, para despertar emociones y sentimientos a través de las técnicas del marketing olfativo. El mercado ha reconocido esta fórmula y ha hecho uso de ella a través del marketing de los aromas.

El marketing de aromas es una herramienta bastante nueva del marketing. Su pionero fue el mítico y adelantado a su tiempo, Disney, que utilizó el aroma típico de las palomitas para que los visitantes del parque compraran bolsas de las mismas en las máquinas dispensadoras, al no existir puestos al aire libre para su venta.
¿Cuántas veces has comentado... '¡ohh, huele a coche nuevo!', y ¡te ecanta! Pues si no lo sabías, éste es uno de los más recurridos aromas en el marketing olfativo, que nos incita y empuja a decidirnos por fin por la adquisición de nuestro nuevo modelo.

Compromiso emocional

El objetivo que persigue el marketing de los aromas es lograr un compromiso emocional con el consumidor para que recuerde la marca y su recuerdo y percepción de la misma sea grato, lo que le hará volver y comprar satisfecho. El aroma también puede estar impreso en la ropa, por ejemplo, del uniforme de los dependientes una cadena y de todas las que la marca posea en cualquier parte del mundo, lo cual la identificará siempre. Es más, al volver a oler ese aroma, la persona volverá a recordar el negocio, local o tienda con agrado y ganas de rememorar sensaciones. Por todo ello estamos hablando de una estrategia 100% comercial.

El aroma impreso en la ropa

Muy interesante en este sentido es el del aroma impreso en las prendas textiles. Recientemente dábamos la notica de la bata para quirófano que evita las bacterias. Esta bata responde a la técnica de la microencapsulación para dejar impresa en ella los activos que repelen a las mismas. De igual modo, la microencapsulación, también conocida como microembalaje, crea envolturas poliméricas, ya sean naturales o sintéticas, dentro de las cuales se depositan partículas de principios activos y esencias que quedan protegidos del entorno.

El 'marketing' olfativo es un 'arma' de estimulación capaz de originar sentimientos y actitudes aprovechando las capacidades de nuestro sentido del olfato, uno de los que genera mayor impacto en el recuerdo.

Por eso, en nuestro negocio también podemos impregnar al vestuario de nuestro personal del aroma que deseemos que desprendan, lo cual relajará al cliente y le incitará a volver cada vez que huela nuestro aroma corporativo en cualquier otro lugar u ocasión. Es más, dependiendo de las notas olfativas que elijamos, podremos identificarnos con el lujo o la exclusividad, por ejemplo, lo cual aún nos hará más atractivos como objeto de deseo por parte de cualquier consumidor.

Hoy en día existen diversas empresas que realizan este tipo de impresión en el textil, a demanda a su vez de sus propios clientes. Las microcápsulas de aromas adheridas resisten agentes físicos o químicos, conservando sus características por mucho tiempo. La forma de ser liberado el aroma es por fricción gradual, es decir con el roce y el movimiento.

Así que una vez llegados hasta aquí, sólo nos queda preguntarnos, y el tuyo... ¿qué aroma es?









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