Por José Rodríguez, fisioterapeuta,
miembro del equipo de Formación Saber Comprar.

¿Os habéis dado cuenta? Estamos en la era del culto al cuerpo, de la figura armoniosa, sin exceso de kilos, perfectamente equilibrada. Y para conseguirlo, llegó la locura: dietas, gimnasio, muchas verduras, carnes a la plancha, litros de agua, más litros de agua, nada de pan, nada de grasas, nada de alcohol, nada de nada...

¡Calma, tengamos calma! Es el momento de equilibrar nuestros impulsos y cambiar el chip. Afortunadamente, la estética nos ofrece armas para tratar la figura de forma cómoda y segura, sin tener que cometer locuras y atendiendo no sólo a su belleza sino también al bienestar y la salud.

Es evidente que para ello tendremos que cuidar la alimentación, que el ejercicio físico debe estar presente en nuestra vida diaria, pero tan importante como todo esto es eliminar las toxinas y otra enorme cantidad de sustancias nocivas que a duras penas nuestro organismo va filtrando lentamente, por ejemplo, a través del sistema linfático.

Vamos a activarlo, aliviemos las molestas retenciones de líquidos, vamos a reconducir esos líquidos que se han extravasado del camino que deberían haber seguido, depositándose en esos lugares que tanto nos preocupan, llevándolos de nuevo al torrente linfático y más tarde al sistema venoso para su depuración. En definitiva, apliquemos un buen drenaje linfático manual.

DLM (Drenaje Linfático Manual)

Saber trabajar el drenaje se puede convertir en uno de nuestros mejores aliados a la hora de aumentar los ingresos en el centro de belleza, principalmente porque no sólo cuidará el aspecto estético de nuestros clientes, sino que se convertirá en un fantástico auxiliar de su salud y bienestar.

Así, uno de sus principales efectos es la acción sobre el volumen corporal y la celulitis. Pero, por supuesto, no es el único; la aplicación de drenaje linfático produce también un efecto de tonificación y relax en todo el cuerpo, por lo que se convierte en una terapia antiestrés fundamental. También está indicado para aliviar el edema premenstrual, los trastornos de origen reumático, las varices…, y en tratamientos faciales para el acné, las migrañas, las cefaleas, etc.

DLM como terapia complementaria

Además de como tratamiento por sí sólo, el drenaje linfático se presenta como complemento ideal a otras muchas terapias. Por ejemplo, hay muchos clientes que ven los protocolos con aparatología un poco fríos e impersonales. Utilizar el drenaje linfático como paso preparatorio al empleo de equipos te ayudará a ganar muchos adeptos. Bastarán 5-10 minutos de masaje para que el cliente perciba los placeres del contacto manual y para potenciar los efectos de cualquier tratamiento con ultrasonidos, infrarrojos, electroestimulación, dermosucción, etc.

Uno de los principales efectos del DLM es la acción sobre el volumen corporal y la celulitis, aunque no es el único. Su aplicación produce también un efecto de tonificación y relax en todo el cuerpo, por lo que se convierte en una terapia antiestrés fundamental.

También te habrás encontrado casos de personas que, tras someterse a una liposucción, lipoescultura o cualquier otra intervención quirúrgica, vienen a tu centro en busca de sesiones de drenaje linfático específico. Y es que no debes olvidar que, en un momento en el que cada vez más cirugía plástica y estética se complementan, los cirujanos saben que necesitan de tu ayuda para que los resultados sean los esperados, por eso te redirigirán a muchos de sus pacientes. No pierdas esta ocasión.

No obstante, ¡atención!: todos sabemos la existencia del drenaje linfático manual, pero, ¿conocemos la técnica lo suficientemente bien para aplicarlo con garantías? ¿Sabemos qué otras aplicaciones o qué contraindicaciones tiene? ¿Conocemos la importancia que tiene la aplicación de un drenaje linfático manual zonal previo a cualquier tratamiento tanto facial como corporal? Es imprescindible en todo profesional de la estética que se precie, conocer la especialidad a la perfección y os aseguro que es sencillo.









Recomendamos