El entrenamiento de las personas en la empresa del siglo XXI ha dejado de ser una excepción para convertirse en una necesidad. La creciente popularidad del coaching dentro de las empresas es sólo una cara visible de la respuesta a necesidades apremiantes tales como el reconocimiento, la cohesión del equipo humano, la gestión del estrés, la obtención de estrategias claras, el conocimiento y comprensión de las diferencias que nos unen y nos separan, y cantidad de necesidades de las propias empresas. Durante siglos, éstas prosperaron mientras trataban a sus empleados como “peones”, cosa que nos hizo ver y comprender que vivíamos en una sociedad deshumanizada. Visto desde una perspectiva histórica, no podemos decir que esto fuera bueno o malo, sino sencillamente que era la forma que tomaba, en ese momento, nuestra evolución como sociedad.

Desarrollo y evolución

En los años 70 comenzaron a soplar nuevos vientos aportando cambios; las empresas se fueron transformando y creando nuevas estructuras y procesos de trabajo que permitían adaptarse a los nuevos tiempos. Todo esto nos fue haciendo despertar y descubrir lo que actualmente llamamos la humanización de la empresa. Los empleados dejaron de ser “peones” para convertirse en los activos más importantes de las empresas; se comenzó a hablar del capital humano y de cómo éste constituye un recurso esencial en la empresa.

Cuando se practica el 'coaching' en una empresa podemos trabajar más motivados, más integrados con la visión de la empresa y, lógicamente, con más espíritu de equipo, siendo más eficientes y productivos.

Es entonces cuando el coaching pasa a ser un elemento clave para el desarrollo de las personas que constituyen ese capital humano y permitirles, mediante preguntas de calidad, que ellas mismas encuentren sus respuestas.

Sabido es que el concepto del coaching tiene varios miles de años. En sentido puro, es el arte de la mayéutica, que ya empleaba Sócrates en la antigua Grecia. Sócrates ayudaba a sus discípulos haciéndoles preguntas y permitiéndoles que encontraran la respuesta por sí mismos. Así sentaba Sócrates las primeras bases del coaching.

Beneficios asegurados

Los beneficios del coaching para una empresa, sus directivos o las personas que trabajan en ella, son múltiples, dependiendo básicamente de los objetivos que deseamos alcanzar, se basan primordialmente en el descubrimiento del talento y habilidades que todos poseemos para hacer realidad nuestros más preciados sueños.

En una empresa en la que se practica el coaching podemos trabajar más motivados, más integrados con la visión de la empresa y, lógicamente, con más espíritu de equipo, lo que nos hace, automáticamente, más eficientes y productivos.
En cuanto a los equipos humanos, el coaching permite establecer relaciones de confianza y una comunicación eficaz, cuya consecuencia lógica desemboca en la comprensión de las diferencias, que utilizaremos para crear la sinergia del grupo.

El coaching surge como respuesta a las necesidades de un entorno cambiante y en evolución constante. Aplicando esta técnica podemos abandonar la incertidumbre y reemplazarla por la certeza de que somos capaces de liderar no solamente nuestras empresas sino también nuestra vida personal. Un avance "sin precio" en ventajas y resultados.

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