Emprendedor nato, reconocido y aplaudido nacional e internacionalmente, Mikel Luzea, dinámico e incansable, con tan sólo 42 años, ha abierto tres salones de peluquería, ha lanzado su propia línea de productos y recoge las mieles del éxito con gran naturalidad y algunos premios como el Global Salon Bussines Awards (Londres), el AIPP Awards de París, el Premio al Proyecto Empresarial, otorgado por la Asociación Jóvenes Empresarios de Navarra o, ente otros, el Premio al Diseño en el Comercio de la Cámara Navarra de Comercio.

Confiesa que su relación con la peluquería surge “como un flechazo” cuando tan sólo tenía 19 años. Jamás se lo había planteado, pero surgió, “y aquí estoy”. Antes, su paso por Londres, “la ciudad –asegura– en la que maduré profesionalmente y que, sin ninguna duda, marcó mi camino.” Este navarro comprometido, declara ser un apasionado del escenario y de las tijeras, “el primero, te sube la autoestima y te ayuda a seguir creando y a salir adelante. En cuanto al salón, es fundamental para mantenerte activo y con energía”. ¿La clave del éxito? “Un 32% de constancia, un 32% de trabajo duro, un 32% de seguridad en lo que haces y en ti mismo, y un 4% de suerte.” Aunque, confiesa que otro de sus lemas es no dejar nunca para mañana lo que puedas hacer hoy. Sin olvidarnos de una actitud vital, la del reciclaje y la puesta al día constante. “Soy de los que piensan que hay que estar siempre a la última en todo.”

Beauty Market: Un día normal en su vida...
Mikel Luzea: Si estoy en Pamplona, trabajo y trabajo de 9 de la mañana a 7 de la tarde en mis salones. Si estoy fuera, muchas cosas... Grabar un vídeo, realizar una sesión fotográfica, peinar en un desfile, hacer una gala...

B.M.: Si volviera a nacer, ¿repetiría?
M.L.: Sin ninguna duda, esta profesión me ha dado momentos muy buenos y me siento realizado.

B.M.: Un sueño...
M.L.: Que la peluquería, algún día, se valore como debiera en nuestro país.

B.M.: Su principal virtud...
M.L.: La constancia.

B.M.: Y su mayor defecto...
M.L.: Tengo muchos, tal vez la impaciencia.

B.M.: Una afición de la que no pueda prescindir...
M.L.: El deporte.

B.M.: ¿Algo aún por hacer?
M.L.: Casi todo.

B.M.: Una máxima...
M.L.: Sin duda, ser capaz de crear las circunstancias capaces de posibilitar que ocurra lo que quieres.

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