En el último número de Ocu Salud, de agosto de 2011, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia la aparición de productos como champús, lociones, ampollas y técnicas como ozonoterapia, láser, etc. que son vendidas como fórmulas eficaces para frenar la caída del cabello y que, en sus estudios, han demostrado que no lo consiguen.

El estudio, presentado bajo el título "Los cosméticos no sirven", destaca que el 40% de los españoles de 40 años sufre alopecia androgénica y que este problema tiene difícil solución. Sin embargo, la OCU denuncia que en el mercado existen varios productos cosméticos, suplementos vitamínicos y nuevas técnicas cuya publicidad promete frenar la caída del cabello. Las evidencias científicas disponibles por la OCU concluyen que la fiabilidad de estos productos es escasa, cuando no inexistente. También denuncian que las últimas innovaciones anunciadas por clínicas estéticas o centros capilares (como pueden ser las sesiones de ozonoterapia, estimulación por masajes o por láser) alcanzan precios muy elevados sin que ningún efecto compense la inversión.

Según la OCU, sólo la finasterida y el minoxidil han conseguido resultados demostrables contra la alopecia, aunque incide en los problemas que estos tratamientos traen consigo, como son que sus efectos desaparecen al abandonar su uso. La finasterida tarda seis meses en conseguir efectos, su coste es de unos 650 euros al año y tiene efectos adversos como disfunción eréctil y disminución de la líbido. Por su parte, el minoxidil, menos efectivo según la OCU, tarda dos meses en producir efectos y su precio alcanza los 50 euros para un tratamiento de cuatro meses.

Para la OCU, la principal alternativa contra la alopecia es el trasplante capilar, aunque advierte que es una intervención lenta, costosa (casi 6.000 euros) y que puede tener riesgos como foliculitis, infecciones y hemorragias postoperatorias.

El estudio

La OCU ha realizado para este estudio una encuesta a 13.500 hombres de entre 20 y 64 años de edad de España, Bélgica, Italia y Portugal. El principal resultado es que el grado de satisfacción con los tratamientos anticaída es muy baja. El 40% de los encuestados consideran la herencia genética la responsable de su situación. Le siguen los que culpan al estrés como origen de su calvicie.

El 54% de los entrevistados han seguido un tratamiento para superar esta situación. El 64% de los encuestados que presentaban una calvicie antes de los 20 inician un tratamiento, pero el porcentaje se reduce al 27% cuando la pérdida empieza a manifestarse en la cincuentena. Un 25% de los hombres con problemas de calvicie inician el tratamiento por su cuenta. De los que buscan consejo profesional, suelen acudir al peluquero como primera opción (un 20%), seguido del dermatólogo y el farmacéutico.

Expectativas de los tratamientos anticalvicie

La mayoría de los que inician un tratamiento lo hace con muchas esperanzas en lo referente a frenar la caída del cabello. Sin embargo, las ilusiones sobre la posibilidad de recuperarlo son casi inexistentes. El 74% de los usuarios confían en obtener buenos o muy buenos resultados con la finasterida y con tratamientos a base de minoxidil.

Para la OCU, las altas expectativas y las posteriores frustraciones están ligadas a las promesas efectuadas por los anunciantes. Un 33% de los usuarios aseguran que les dieron garantías de éxito respecto a la disminución de la caída y otro 20% declararon que les prometieron el nacimiento de nuevos cabellos.
Según la encuesta, los centros de belleza y estética son los que más promesas realizan, ofreciendo garantías de éxito a sus clientes. También los dermatólogos, farmacéuticos y médicos hacen concebir esperanzas a casi un 30% de sus clientes.

Decepciones con los tratamientos anticaída

El minoxidil es el tratamiento que más decepcionó a los que iniciaron su tratamiento. En cambio, los usuarios más satisfechos son los que utilizaron finasterida. El 40% desiste antes de acabar el tratamiento al no conseguir resultados óptimos. Otros motivos para abandonar el tratamiento antes de tiempo son el elevado coste, la duración del tratamiento o complicaciones y efectos secundarios (el 6% de los que habían seguido un tratamiento anticaída dicen haber sufrido algún efecto secundario, sobre todo en implantes y trasplantes capilares).









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