Javier Gomar aterriza, por primera vez, en la vorágine de la Golden Chair International. A sus espaldas, Gomar atesora un currículo impresionante. No en vano, forma parte del equipo Team Rebel, subcampeón mundial de barbería en la OMC Hairworld Cup 2019. Dos años antes, el valenciano fue galardonado con el premio al trabajo más visto en todo el mundo en dicho certamen, celebrado en París. Perfeccionista y muy seguro de sí mismo, Gomar tiene un papel difícil ante sí: el de jurado de pista encargado de quitar puntos a los participantes en esta convocatoria. ¿Bajo qué criterios penaliza a unos u otros? Él mismo nos lo ha aclarado.

Puedes hacer mucho diseño, pero si no los sabes cuadrar ni pulir, no te sirve de nada. Nuestra enseñanza se basa en métodos de corte, color y secado, llevados al máximo nivel.

Beauty Market: Como delegado general de la OMC Spain, ¿qué ofrecéis a los peluqueros?
Javier Gomar: Además de coordinar todo lo que tiene que ver con la competición, ofrecemos formación que facilite el trabajo a los profesionales. Cuando se lleva al extremo cualquier técnica, sale un trabajo mucho más pulido en el salón.
Todo el mundo sabe que hay un límite de tiempo sobre el escenario de competiciones como la OMC. Nosotros formamos a los profesionales para hacer frente a ese hándicap. Intentamos descubrir sus fallos y corregirlos para que rindan más ante el cliente y el público. Soy de la opinión que la gente cambia de peluquería por culpa de los fallos y los pequeños detalles. Al final, todos sabemos cortar, pero esos detalles te dan alas y ayudan a crecer.

B.M.: Estamos hablando de competiciones donde se debe trabajar en directo en muy poco tiempo. Mientras, te observa un montón de gente, además del jurado. Esto puede llegar a intimidar, así que nos gustaría saber cómo puede dar el salto aquel barbero que quiera participar.
J.G.: Básicamente, debe tener muchas ganas de mejorar. Que abra la mente porque vamos a romper sus expectativas. Sacaremos a relucir sus errores y le obligaremos a salir de la zona de confort. Solo así podrá dar el máximo de sí mismo.
A veces, algunos participantes acuden a la OMC como si fuera un juego. Se equivocan: esto es mucho más serio. No se dan cuenta que deben competir con más de un millar de concursantes de 50 países. Tienes que ser el mejor: un pequeño detalle te puede hacer ganar o perder.

En España sucede una cosa muy curiosa: tenemos gente muy distinta y por eso podemos trabajar cualquier estilo y textura de cabello.

B.M.: Cuando hablas de salir de la zona de confort, entiendo que uno se debe arriesgar. Pero, ¿hasta qué punto?
J.G.: Mira, esto es muy sencillo. Los trabajos más creativos, pueden llegar a ser los mejores. No obstante, cuanto más arriesgues, más errores puedes cometer. El corte debe cumplir con los siguientes requisitos: cuadratura, limpieza y diseño. Puedes hacer mucho diseño, pero si no los sabes cuadrar ni pulir, no te sirve de nada. Nuestra enseñanza se basa en métodos de corte, color y secado, llevados al máximo nivel.

B.M.: Hoy te estrenas como jurado de pista de la Golden Chair International. ¿Qué vas a valorar más?
J.G.: A menudo, se comete el error de contar con jurados que puntúan, pero no con aquellos que quitan puntos. Esta es mi tarea en la Golden Chair.
Te voy a poner un ejemplo. Imagínate que acabas un trabajo y te has dejado un pelo por cortar encima de la oreja. La pregunta sería: ¿Ese pelo lo has dejado a propósito? No, simplemente lo has olvidado. Por lo tanto, el trabajo está mal hecho.
A veces, cuando un peinado llama mucho la atención, los jueces no se fijan en los pequeños fallos: un pelo que no se ha quitado o un pequeño corte desapercibido porque les fascina la parte de delante. Puede ser muy bonito, aunque yo me voy a fijar en si está mal acabado.

B.M.: Entonces, ¿quién es el mejor competidor?
J.G.:El más completo. Aquel que sea rápido y sepa arriesgar dentro de los límites.
Los ganadores de esta Golden Chair habrán superado todos los requisitos para ser los mejores, pero también habrán cumplido con todo el temario. No habrán cortado a nadie, ni se habrán dejado pelos, ni utilizado herramientas no reglamentarias. Antes, si no era por el juez de pista, ¿quién controlaba todo eso?

Se va a pasar de cabellos muy cortos a otros más largos que dan más juego durante el peinado.

B.M.: ¿Cuál es tu categoría favorita de todas las de la Golden Chair?
J.G.: Me gustan todas: cada una tiene su magia y grado de dificultad. Como peluquero, lo que más me fascina es valorar el trabajo de una persona. Pero si tuviera que elegir alguna, sería la de Peine y Tijera. Creo que mucha gente del sector, sobre todo la más joven, la ha dejado algo apartada tras la moda de los fades. Y, sin embargo, esta técnica es la base de nuestra barbería.
Toda la vida se han utilizado la navaja, el peine y la tijera, aunque pocos profesionales las dominan. Ahí se ve a un peluquero completo. No tiene ningún sentido perder estas técnicas originales.
Si el uso de peine y tijera fuera tendencia, ¿cuántos barberos las sabrían usar? Muy pocos. Creo que debemos prepararnos para el futuro, siendo diferentes a los demás. Si soy el único que corta con peine y tijera en mi zona de influencia, estoy proporcionando un servicio exclusivo.

B.M.: En general, ¿cómo valoras a la barbería española?
J.G.: Creo que estamos entre los mejores. Prácticamente, somos un referente mundial. En certámenes internacionales siempre hay una representación española y, a menudo, logra buena parte de sus objetivos. En España, sucede una cosa muy curiosa: tenemos gente muy distinta y por eso podemos trabajar cualquier estilo y textura de cabello. En otros países, los cortes están más limitados porque los cabellos son más uniformes.
Aquí también nos gusta mucho salir a la calle y lucir imagen. Yo siempre les digo a mis clientes que su carta de presentación es su cabello.

B.M.: Y ya para acabar, ¿qué se va a llevar en barbería en los próximos meses?
J.G.:Para mí, los cambios van a ser radicales. Se va a pasar de cabellos muy cortos a otros más largos que dan más juego durante el peinado (hacia detrás, los lados, etc.). Veremos degradados más pequeños -pueden ser en patillas y cuello- y también algunos detalles en color.
Los fades van a perder protagonismo, porque ya empiezan a cansar. Sucede lo mismo con los cortes: todos queremos ser diferentes, únicos.









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