Su trayectoria la avala como una de las coach más apreciadas por los profesionales peluqueros. Isabel Arroyo vive por y para la peluquería. Desde su Ávila natal se desplazó a Madrid, donde desarrolló su profesión en un salón que la vio crecer y dio alas a su creatividad. Pero pronto sintió la necesidad de ir más allá. Cuando se abrió la posibilidad de convertirse en educadora de I.C.O.N., su sueño se hizo realidad. Alicante se convirtió en su siguiente destino, el lugar donde desde hace veinte años desempeña su labor de coach para la provincia y también para la vecina Murcia. Y hay que decir que, afortunadamente, adora el ambiente, las costumbres y las tendencias de una región que le ha conquistado. No en vano está al frente de la educación de 80 salones I.C.O.N., que confían plenamente en su buen hacer y en su capacidad de superación.
Porque Arroyo no entiende de derrotas. Conoce bien el camino hacia el triunfo de un salón de peluquería. Por ello se muestra siempre perseverante, activa, dialogante y constante. Porque el triunfo de un negocio de belleza lo siente como propio. I.C.O.N. es su sino, su referente y su familia. Y se siente plenamente orgullosa y segura perteneciendo al universo de la firma.
Cuando disfrutas lo que haces, tu entusiasmo se transmite naturalmente. Es un orgullo ver cómo un salón de dos personas puede convertirse en un negocio de éxito, llegando a ser un equipo de siete.
BEAUTY MARKET: Llevas aproximadamente 20 años dedicada a tu labor de coach en I.C.O.N., ¿qué te resulta más apasionante?
ISABEL ARROYO: Abrir un salón nuevo, desarrollarlo, ver cómo empieza y cómo vamos evolucionando y mejorando cada día. En unos meses, el cambio es visible no solo a nivel de negocio, sino también a nivel de imagen. Es muy gratificante ver esa evolución.
B.M.: Te gusta mucho poner en valor tu experiencia como peluquera en tu trabajo diario, ¿qué crees que es lo más valioso de tu aportación?
I.A.: Mi experiencia como peluquera es fundamental. Me permite conectar con los profesionales de manera real y hacer demostraciones de producto que realmente funcionan. También me ayuda a elegir los ingredientes adecuados para cada necesidad, ofreciendo soluciones personalizadas en el momento justo; lo que en I.C.O.N. llamamos Regimedy.
B.M.: ¿Con qué tipo de profesionales sueles trabajar? ¿Hay muchos puntos en común o cada salón es distinto?, ¿es un nuevo reto cada vez?
I.A.: Trabajamos con todo tipo de salones, todos con un denominador común: tienen muchas ganas de crecer. Cada salón es diferente, pero todos comparten la ambición de mejorar. Nuestro objetivo es guiarlos para que conviertan su pasión en un negocio rentable. Cada salón es un nuevo reto y eso nos motiva a seguir innovando, enseñando lo mejor de nosotros.
Mi experiencia como peluquera es fundamental. Me permite conectar con los profesionales de manera real y hacer demostraciones de producto que realmente funcionan.
B.M.: ¿Cómo consigues contagiar constantemente tu pasión como coach?
I.A.: Me encanta mi trabajo y eso se nota. Cuando disfrutas lo que haces, tu entusiasmo se transmite naturalmente. Es un orgullo ver cómo un salón de dos personas puede convertirse en un negocio de éxito, llegando a ser un equipo de siete.
B.M.: ¿Qué piensas que es lo mejor de I.C.O.N.?, ¿por qué tienes esa confianza ciega en la compañía?
I.A.: Lo mejor de I.C.O.N. es la combinación de productos de máxima calidad con formación constante, tanto creativa como de negocio. Chiara, nuestra fundadora y creadora de productos, entrena personalmente a nuestro equipo, que luego forma a otros peluqueros en todo el mundo, trabajando junto a Jorge Rubin, fundador y C.E.O. de la compañía, que se encarga del desarrollo del negocio. Esto asegura que cada salón tenga las herramientas necesarias para triunfar. Por eso mi confianza en la compañía es total: sé que nadie ofrece lo que nosotros podemos dar.
En este sector estar al día con la última tecnología y con productos de máxima calidad es esencial. Estoy muy orgullosa de pertenecer a una compañía que apuesta por ello.
B.M.: ¿Qué resaltarías del equipo que te acompaña?
I.A.: La calidad humana. Ante todo somos personas, y cada cliente tiene nombre y apellido; no es solo un número. Ese enfoque cercano hace que nuestro trabajo sea más real y auténtico.
B.M.: ¿Qué le dirías a los profesionales que quieren dar un salto de calidad en sus salones pero no acaban de decidir cuál es el camino?
I.A.: Trabajar con I.C.O.N. es una garantía de calidad y resultados. Hoy no basta con trabajar bien: hay que estar respaldado por una marca que te dé confianza y resultados tangibles. El consumidor es cada vez más exigente y quiere ver resultados al momento, y eso es precisamente lo que ofrecemos con nuestros Regimedies.
B.M.: ¿Cómo ves el futuro de la peluquería a largo plazo?
I.A.: El futuro es prometedor, pero exige adaptarse. Los clientes visitan menos el salón, pero se cuidan mucho más el cabello en casa. Ahí es donde I.C.O.N. marca la diferencia: nuestros Regimedies generan resultados visibles, fortaleciendo la relación con el peluquero y ayudando a que la belleza sea también un negocio rentable.
Hoy no basta con trabajar bien: hay que estar respaldado por una marca que te dé confianza y resultados tangibles. El consumidor es cada vez más exigente y quiere ver resultados al momento, y eso es precisamente lo que ofrecemos con nuestros 'Regimedies'.
B.M.: La filosofía de la firma, ¿con qué punto te identificas más o te sientes más realizada?
I.A.: Me siento especialmente identificada con la mejora constante e interminable y con la formación. Creo que son la base para crecer tanto a nivel profesional como personal. En este sector estar al día con la última tecnología y con productos de máxima calidad es esencial. Estoy muy orgullosa de pertenecer a una compañía que apuesta por ello.
B.M.: ¿En el futuro te gustaría seguir en Alicante o quieres explorar otras metas?
I.A.: Me encanta trabajar en Alicante; es un lugar que me inspira mucho, por el tipo de salones que hay aquí y la cultura de cuidado del cabello. Sin embargo, ya viví la experiencia de mudarme de Madrid aquí y no tendría problema en volver a hacerlo si la compañía lo requiere. ¡Estoy abierta al cambio y a nuevas oportunidades que me permitan seguir creciendo!