Las investigadoras Eva Alarcón García y Auxilio Moreno Onorato, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, encabezan las excavaciones que se realizan en la cueva de Biniadrís en el término municipal de Alaior (Menorca). Los trabajos se llevan a cabo con la colaboración de científicos de las universidades de Tübingen (Alemania) y Cambridge (Reino Unido), por citar algunas.

Hasta la fecha se han descubierto 100 cadáveres de la Edad de Bronce con el cabello coloreado de rojo y con motivos funerarios. Para ello, se empleaba ocre a modo de tintura. Se desconoce el motivo de estas prácticas aunque suponen todo un hallazgo. Se trata del primer precedente del uso de tintes capilares en rituales funerarios en la Península Ibérica. Las excavaciones facilitan información sobre estas ceremonias fúnebres, el uso de objetos cerámicos en estas celebraciones, así como la distribución de los restos humanos dentro de la cueva y la presencia de orificios en el cráneo de algunos cadáveres a modo de trepanación, tal y como explican desde la Universidad de Granada. Durante el Neolítico se realizaban estas intervenciones médicas para calmar la presión de las meninges y los dolores de cabeza que pudieran ocasionar.

Cabello conservado en recipientes

Durante los rituales funerarios se cortaban mechones de cabellos rojizos, logrados con minerales terrosos, se cortaban y conservaban en recipientes de metal, cuero o incluso madera que se ocultaban en diferentes rincones de la cueva. Las tapas de los receptáculos mostraban círculos concéntricos cuyo significado se desconoce. Las expertas sitúan estos restos entre el 2.600 y 3.300 en la Edad de Bronce.

A partir de estas excavaciones, se sabe, con toda seguridad, que los primeros tintes se aplicaban en la prehistoria y en la Península Ibérica. Sin duda, todo un descubrimiento.









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