No son demasiadas las veces que los profesionales peluqueros se prodigan a la hora de opinar y analizar en profundidad su actitud y papel real, el que debería ser frente al cliente.

No se trata del manido "¿qué se va a hacer?", con el que se abre y cierra el capítulo de escucha activa con el cliente y que parece perseguir eternamente a esta profesión, lo cual le resta y limita el prestigio que merece. Hay mucho más tras el paso del cliente por nuestra puerta.

Hoy Raquel Mata, profesional malagueña con las ideas muy claras, de las cuales y su práctica nace su innegable prestigio y clientela final fiel y satisfecha, analiza en este interesante artículo, cuáles deben ser los fundamentos que sostengan el desarrollo y día a día del salón de peluquería. Eso, si queremos tener éxito y, entre todos, darle una nueva oportunidad a una profesión que, de hecho, se la merece. Más teniendo en cuenta que hay un ejército expectante y a la defensiva de nuevas generaciones, jóvenes, pero sobradamente preparadas, que lo merecen.

El peluquero reivindica su rol de prescriptor

"Durante mucho tiempo, una parte de la sociedad había confiado el cuidado del cabello, cuero cabelludo y consumo de productos capilares a distintos profesionales que no pertenecían al sector de la peluquería.
Tenemos que asumir que hasta ahora las estilistas, no habíamos sabido dar valor o comunicar nuestro trabajo y servicios, nuestra profesión y lo más importante a nosotras mismos, donde ser peluquera o estilista parecía que era una profesión de aquellas personas que no querían estudiar o no tenían un trabajo, nada más lejos de la realidad", dice Raquel.

"A diferencia por ejemplo, de los cocineros que han pasado a llamarse Chefs, quienes han sabido dar un valor, un estatus, cambiando su imagen de aquella apariencia menos profesional, a Chef con un atuendo impoluto, pulcro, y la proyección de una imagen acorde con su excelente formación".

Raquel, esta peluquera que lo tiene todo tan claro, con salón en Málaga, pone el dedo en la yaga.

La sempiterna discusión acerca del auge de los cocineros frente a peluqueros, le incita a seguir analizando el panorama y situación actual de la profesión que ejerce con dominio y soltura.

"Hoy el sector de la belleza y la peluquería en particular ha cambiado, la clienta es exigente, por esto hay que apostar por la formación continua, por rodearte de los mejores profesionales, por establecer unos protocolos de atención, servicio y asesoramiento para ser competitiva, para ofrecer más de lo que quien te visita tiene como expectativa , en definitiva, ser profesional y transmitirlo", piensa Raquel.

Queda patente y es una realidad que el salón actual ya no es un lugar donde ir solo a aplicarse color o peinarse. Hoy se ha convertido en un espacio donde se cuidan los detalles de la decoración, la diferenciación de espacios, de la conversión hacia un salón conceptual, donde se cuida el cabello y el cuero cabelludo, "además de embellecerlos, también los sanamos", declara la estilista.

El salón de hoy tiene personas en sus equipos que diagnostican, tratan y mejoran y solucionan cada día toda clase de problemas capilares', declara Raquel Mata.

"Gran parte de las personas tienen problemas capilares como la descamación, la caída, la grasa, la caspa, la falta de hidratación, el encrespamiento etc.", enumera Raquel Mata. "El salón actual está preparado, asesorando y resolviendo estos problemas que antes se confiaba en otros sectores que no eran las peluqueras o estilistas"-

Ésta es la principal baza y hacia donde ha de dirigir su esfuerzo el gremio. El futuro apunta al diagnóstico y el tratamiento, y hasta que no lo tengamos claro al 99,9%, la peluquería no será capaz de prestigiarse y lucir de dicho modo, con brillo, con dominio, personalidad propia y acorde a una demanda con necesidades particulares a las que dar respuesta y responder desde ningún otro espacio que no sea la peluquería.

"El salón de hoy tiene personas en sus equipos que diagnostican, tratan y mejoran y solucionan cada día toda clase de problemas capilares. Y esto es debido al cambio de la sociedad y de nuestros negocios, nos profesionalizamos y eso genera confianza para que sea la estilista quien resuelva el problema. Estamos formados, preparados y el cambio de tendencia ha llegado", declara convencida Raquel.

'Tenemos que asumir que hasta ahora las estilistas no habíamos sabido dar valor o comunicar nuestro trabajo y servicios, nuestra profesión, y lo más importante, a nosotras mismas', afirma Raquel.

"Cada día son más las que consumen productos profesionales e innovadores que comercializamos en los salones", opina la profesional. La corriente que debe imponerse gracias a nuestra propia labor y compromiso, "frente a la industria tradicional de venta en el canal hiper y súper, con una gran inversión en publicidad y presencia en los lineales y donde resulta cómodo y rápido comprar, sin darle mas importancia a la composición de los productos, en este caso cosmética capilar o idoneidad para cada persona".

Por último, puntualiza Raquel, "si necesitamos un medicamento vamos a la farmacia, si queremos un alimento al supermercado, una operación estética, a una clínica, por tanto, si tenemos un problema capilar deberemos acudir al es la estilista".

"Hemos sabido dar valor a nuestro profesión, comunicar nuestros conocimientos, formarnos, asesorar, recomendar productos de calidad, específicos y la sociedad ha confiado en la estilista, con excelentes resultados". Raquel Mata es el ejemplo vivo de esta nueva generación de peluqueros convertidos en prescriptores y asesores de belleza. El resto es cuestión de suma de fuerzas y esfuerzos, en esta línea, el prestigio y destacado análisis y ejercicios de los valores de una profesión que posee sus propias estrellas y un plantel de hombres y mujeres dispuestos a hacer las cosas bien para conseguir de una vez por todas colocar al salón y al estilista donde debiera estar y que cada vez más se merece.









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