La calvicie y la caída del cabello, aunque sea ocasional, son un problema estético que genera mucha ansiedad a quién lo sufre, llegando incluso a provocar depresión, así que no es de extrañar que se estén realizando grandes esfuerzos para encontrar soluciones efectivas y permanentes.

Sin embargo, el último ingrediente que puede suponer un antes y un después en las formulaciones contra la alopecia, parece que ha sido descubierto casi por casualidad, ya que se utilizaba para un tratamiento completamente diferente: el Bimatoprost.

¿Qué es el Bimatoprost?

El Bimatoprost es un medicamento que se utiliza en tratamientos oftalmológicos, especialmente para evitar el glaucoma y la hipertensión ocular. Se aplica en forma de gotas directamente sobre el ojo, ayudándole así a expulsar mayor cantidad de humor acuoso (el líquido que forma el interior del ojo) para disminuir la presión intraocular, algo que si aumenta sin control puede provocar ceguera.

Su composición química es muy similar a la de las prostaglandinas, un conjunto de sustancias que ejercen diversas funciones en el organismo, como controlar la circulación sanguínea mediante la vasodilatación o la inflamación de las terminaciones nerviosas.

Efectos secundarios beneficiosos

Los pacientes que usaban Bimatoprost para tratar sus problemas oculares detectaron algunos efectos secundarios curiosos y muy positivos.

En primer lugar, se redujo la grasa alrededor del ojo, algo especialmente visible si se trataban solo uno de ellos, aunque la grasa volvía al poco de dejar de utilizar las gotas. Esto se debe seguramente a la similitud del Bimatoprost con las prostaglandinas, que pueden controlar la inflamación e inhibir el proceso de vida de los adipocitos.

El segundo efecto secundario, mucho más interesante, fue el aumento del número, longitud y densidad de las pestañas. Tras diversas pruebas y estudios, el Comité Asesor para Sustancias Oftalmológicas y Dermatológicas de la FDA (el órgano oficial que aprueba la viabilidad de consumo de alimentos, medicamentos y cosméticos en Estados Unidos) aprobó en 2008 el uso de Bimatoprost en la creación de un cosmético específico para fomentar el crecimiento de las pestañas. Este efecto es posible gracias a que el Bimatoprost activa los receptores de prostamida alfa F2 de los folículos, estimulando así el crecimiento del pelo.

Una nueva esperanza frente a la calvicie

Por supuesto, los científicos y el sector cosmético no han tardado en empezar a probar la viabilidad de utilizar el Bimatoprost para tratar la alopecia y el cabello débil.

Un equipo de científicos de la Universidad de Bradford en el Reino Unido, liderado por la profesora Valerie Randall publicó ya en 2012 un estudio que demostraba la efectividad del Bimatoprost para hacer crecer el cabello más allá de las pestañas.

Para ello realizaron tres tandas de experimentos:

  1. Sobre células humanas de folículos pilosos cultivadas in-vitro en el laboratorio, aplicaron el fármaco. Los resultados demostraron una activación de los mecanismos encargados del crecimiento del cabello.
  2. Sobre células humanas de folículos pilosos extraídas directamente del cuero cabelludo de voluntarios, se aplicó también el fármaco. Los resultados demostraron de nuevo una activación de los mecanismos encargados del crecimiento del cabello.
  3. Sobre ratas de laboratorio que exhibían calvas en su pelaje, se aplicó el fármaco. Les resultados mostraron cómo a las ratas tratadas les volvía a crecer el pelo.

Las conclusiones del estudio, pues, eran claras: el Bimatoprost puede ser el más innovador activo para el tratamiento terapéutico y sin riesgos de la alopecia.

Si bien todavía no ha habido una aprobación oficial de su uso por los organismos habituales como la FDA, algunos dermatólogos y especialistas han empezado ya a utilizar el Bimatoprost en el tratamiento del cabello débil y cueros cabelludos con caída. Uno de ellos es el Dr. Alan Bauman, de Bauman Medical Group, que ha proporcionado el fármaco a modo de prueba a un selecto grupo de sus pacientes, logrando resultados positivos en hasta un 70% de ellos. El doctor asegura que el cabello de estos pacientes creció más fuerte, sano y grueso en las zonas donde existían mayores claros, así como donde el cabello era más fino y sin pigmentación.

Habrá que esperar aún para que el Bimatoprost pase por todos los canales oficiales necesarios para que pueda convertirse en un tratamiento habitual para la alopecia. Los especialistas son optimistas y apuestan por ello, por lo que se encuentra ya en el buen camino.

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