Padre de 4 hijos, 3 niñas y un niño, Alberto Cerdán nació en Navarra pero fue criado en Barcelona, donde sus padres abrieron un salón de peluquería y en el que él desde los 12 años ya aprendía la profesión. Su punto de inflexión fue el maestro Alberto Cebado, al que sigue admirando y no cesa de citarlo constantemente durante toda la entrevista. Celebró el año pasado por todo lo alto los 40 años de profesión entre sus amigos y seres más queridos, y acaba de ser noticia en todos los medios por sorprender con la primera peluquería de lujo que abre en España 365 días al año.

Beauty Market: ¿Cómo fueron sus inicios?
Alberto Cerdán: Empecé a trabajar con mi madre en un salón que abría todos los días de la semana y que estaba situado dentro de casa, hasta que entré a trabajar en una cadena fantástica que fue Cebado. A partir de aquí estuve trabajando con Alberto Cebado más de treinta años y después llevando la dirección artística de Cebado durante cuatro años más junto con Enrique Cerrato, que era la parte gerencial de la empresa. El último salón en el que estuve fue con Jordi Ripoll en Borí Fontestá, donde Alberto Cebado tenía una parte del mismo.

B.M.: ¿Cuéntenos cómo fue esa etapa?
A.C.: Han habido cosas muy importantes en esta trayectoria. Primero conocer a Alberto Cebado, que fue un personaje muy singular y avanzado en su tiempo en cuanto a técnicas de peluquería y capacidad para desarrollar negocios nuevos. Alberto Cebado supo rodearse de un equipo de personas que fueron el futuro de la empresa. Dieron pie a crear sus primeros salones asociados y más tarde las grandes franquicias. Hubo personajes muy importantes que aún están en Cebado, trabajando en sus salones o en salones asociados, como son Emilia Martí, Manolo, Toni Palomino, Jordi, etc. Fueron la primera siembra de Cebado y tuve la suerte de estar ahí. Las franquicias vinieron más tarde en torno a esos salones asociados, no ya quizás con la misma visión de los salones asociados, pero sí que fueron muy importantes para el desarrollo de la empresa Cebado.
Cebado me trasmitió muchísimos valores, primero por parte de Alberto Cebado, y después por todos los compañeros que hubo, el saber hacer de Emilia, de Manolo, de Mayte, etc...
Cómo no citar a su socio Rafael Contijoch, una persona increíble, excepcional, que ayudó a Alberto Cebado en su trayectoria. Nos ayudó a todos con su carácter muy particular. Él era peluquero, sabía de la peluquería familiar y se unió al equipo en sus primeras andaduras. Sigue con las hijas de Cebado dirigiendo la marca. Aparte de trabajar con mi madre, trabajar con Cebado sí que era dar servicio 365 días al año. Aprendí de ella el servicio y el cariño a la cliente, y de Alberto Cebado absolutamente la profesionalidad. Es una etapa de mi vida muy importante.

B.M.: Entendemos que entonces empieza su propio camino.
A.C.: A partir de aquí se inició una etapa personal en la que monté mi primer salón en Madrid, luego en Barcelona, más tarde en Canarias, teniendo una red de salones con tres filosofías muy diferentes. La filosofía de la peluquería en Cataluña, cómo se ve la perspectiva angular de la moda en Madrid y cómo se ve en las Canarias. Trabajo los mismos cortes pero siempre hay un toque diferente.

B.M.: ¿Qué diferencias hay entre tus clientes y la peluquería de cada uno de los salones?
A.C.: Trato de ser fiel a lo que yo siento, tanto en la parte esencial de la técnica como a desarrollar un poco la parte artística o lo que a cada uno le quede bien, sea en Madrid, Barcelona o en Las Canarias. Pero evidentemente hay unas diferencias muy singulares. En Barcelona mis clientes quieren más corte, más línea, más actualidad, un corte más natural, no tan arreglada. Puede sonar a tópico, pero estamos muy cerca de Europa. Se decía hace 30 años, pero sigue funcionando así.
En Madrid quieren que por supuesto se les corte bien el cabello, que sea actual pero que les dure. Esto requiere un trabajo más sofisticado y trabajado con más volumen. No es fácil conseguir esto, sobre todo para los profesionales más jóvenes.
En Canarias es una mezcla de todo. Hay quien quiere un corte rabiosamente actual y otra muy peinada.
Comparándolo a nivel estético, Barcelona es sobria, colores oscuros, faldas largas, un poco aspecto "teenager", más "hippie". Madrid es de señora más puesta, más femenina. Muy positivo porque lleva más tacón y de falda. Por lo tanto eso me gusta bastante. La mujer canaria es muy cambiante. Llevan ese plus de tacón de zapato, de falda y de escote. La mujer Canaria me gusta también mucho.

B.M.: ¿Cómo distribuyes tu tiempo entre tus salones?
A.C.: Lunes, martes y miércoles estoy en Barcelona. Jueves y viernes en Madrid. Muchos fines de semana estoy en Canarias. Y ahora hemos abierto el salón de Barcelona de la calle Johan Sebastian Bach hasta las 20 h de la tarde, con lo que también vengo a trabajar muchos sábados por la tarde. Acabamos de abrir en Madrid los 365 días del año. Intentaré ir más de un fin de semana a Madrid, porque es absolutamente necesario, es muy importante.

B.M.: ¿Cómo surge la idea de abrir con ese nuevo concepto y por qué en Madrid?
A.C.: Bien, es que no hay otra opción. En Barcelona no hay otra opción política que nos permita eso. Muy bien en este caso por Madrid.
Llevamos un año haciendo un estudio de mercado visitando salones, no sólo en centros comerciales sino en la calle, que abren durante todo el año. Hemos constatado cosas increíbles con una percepción de trabajo muy importante. Hay clientes ejecutivas que acuden a esos salones los sábados, domingos, los lunes. Vamos a abrir a las 8 de la mañana a partir de enero. Tenemos problemas todos los salones, y es que hay unas necesidades de servicios actualmente que requieren una amplitud de horarios muy importante. En estos momentos hemos tenido que bajarnos todos nuestras pretensiones económicas y además hemos de pedir a nuestros equipos un plus de servicio. Esta es la situación con la que se encuentran el cien por cien de los salones en España. Yo no pido nunca trabajar más horas, pero si retocar horarios.









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