Durante los últimos 12 meses se han producido trabajos innovadores en el desarrollo de piel sintética. Aun así, uno de los objetivos prácticamente imposibles era desarrollar un tejido cutáneo que copiara las mismas funciones que la piel real, como la transpiración o la producción de pelo, por citar algunas. Sin embargo, una investigación reciente echa por tierra estos límites.

Un equipo de científicos japoneses del centro Riken, encabezados por el investigador Takashi Tsuji, ha creado un tejido cutáneo artificial que integra glándulas sudoríparas y folículos que contribuyen a la formación de cabello. Este trabajo da pie a una gama amplia de innovaciones en el mundo de la ciencia. Por ejemplo, se pondría punto y final a las pruebas, test y ensayos cosméticos en animales. O incluso elaborar un tratamiento de trasplante anticalvicie.

Un grupo de científicos del centro Riken ha desarrollado un tejido cutáneo artificial que copia las mismas funciones que tiene la piel real, como el crecimiento del pelo.

Esta función fue posible tras la toma de células de encías provenientes de roedores sanos. Posteriormente, estas se transformaron, asemejándose a las células madre responsables de la producción de piel. Por último, se implantaron en ratones con deficiencias del sistema inmunológico, de forma que la nueva piel empezó a crecer sin impedimentos.

Si bien es cierto que la metodología se halla en un estado inicial, esta podría ser la antesala de avances importantes, tal y como hemos mencionado. Los expertos prevén que los resultados obtenidos hasta ahora se podrían aplicar en seres humanos dentro de 10 años, como máximo.









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