A medida que desaparece el deseo de conservar el cabello afro, también aumenta el negocio en torno al pelo negro. China y la India son los principales importadores de esta industria que ya recauda millones de euros. El primero exporta 2,5 millones de kilos en pelucas, trenzas y extensiones en forma de trenzados, de pelo natural y sintético, por un valor de 4.442 millones de euros anuales. Por su parte, el segundo vende 197.000 kilos de pelo valorados en 335 millones de euros al año.

Según la consultora Euromonitor International, existe la necesidad de cambiar de peinado con mayor frecuencia, sin destinar un gran dispendio económico en ello.

Se calcula que el 90% de las africanas ya no luce su cabello original. La última moda son las pelucas y las extensiones, ya fueren trenzas o melenas lisas. Estos artículos se adquieren en peluquerías y tiendas especializadas pero también en otros puntos de venta, como supermercados o tenderetes a pie de calle. Por supuesto, las pelucas sintéticas varían entre siete y 20 euros, en función de su longitud. Las confeccionadas con cabello humano, de mayor calidad, pueden alcanzar los 300 euros.

Símbolo de estatus

Por un lado, cada vez se emiten más anuncios y contenidos televisivos que difunden la imagen de la mujer africana de cabello largo y liso. Por el otro, las mujeres de Kenia quieren cambiar de imagen, lo que les aporta cierto estatus social. Es preciso disponer de cierto poder adquisitivo para hacerse con varias pelucas y extensiones. Existe la necesidad de cambiar de peinado con mayor frecuencia sin destinar un gran dispendio económico en ello, según la consultora Euromonitor International.

Mayor interés desde el Mundial de Sudáfrica en el año 2005

En general, las pelucas, aceites y extensiones provenientes de China e India se destinan a la comunidad africana residente en Estados Unidos y Reino Unido. En ambos países, las mujeres gastan una media de 800 euros mensuales en concepto de productos capilares. Sin embargo, el mercado femenino africano, con un presupuesto mensual menor, se empieza a adelantar a los dos países ya mencionados.

La obsesión por los cabellos lacios se ha incrementado desde el Mundial de Sudáfrica celebrado en el año 2005. El continente africano cuenta con una población superior a los 1.000 millones de personas. En consecuencia, las cifras derivadas de este negocio no son nada despreciables. Únicamente en Nigeria, la industria de la belleza alcanzará los 552,6 millones de euros en los próximos meses. De esta facturación, una presumible cuarta parte correspondería a la industria del cabello.









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