Un grupo de cien expertos procedentes de 27 países, participaron el pasado agosto en la XII reunión bienal del grupo ICAW, celebrada en Pamplona, que reúne a los especialistas mundiales para debatir sobre en el llamado Ensayo del cometa, la revolucionaria técnica que se utiliza para analizar daños en el ADN.

La investigadora navarra Ramón y Cajal, Amaya Azqueta, aseguraba que este método podría ser utilizado en el futuro por empresas cosméticas para comprobar si un cosmético puede afectar o no al ADN.

El ensayo se encuentra en una situación de regulatoria desde noviembre de 2014 en el ámbito de los químicos, es decir, es válido para demostrar que un compuesto es seguro antes de salir al mercado.

La experta, que también es profesora en la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra, señaló en una entrevista que el Ensayo del cometa servirá para la evaluación de cosméticos, ya que la última directiva europea, de 2013, no autoriza a que se testen en animales.

"La empresa cosmética ha creado una especie de tejidos 3D que asemejan la piel humana y el ensayo del cometa es uno de los que se van a utilizar", incide. Precisa que la técnica también mide si la célula se está reparando y que, en el momento actual, los expertos están centrados en el desarrollo de la misma. Y es que en el campo de la investigación, afirma, serviría para comprobar si a personas expuestas a compuestos químicos determinados, que se "intuyen" que pueden dañar el ADN, se está "dañando o no".

Azqueta explica que en sus inicios la técnica servía para medir roturas en el ADN, una lesión "muy común, pero muy inespecífica" y, a partir de ahí, se ha modificado "poco a poco para poder medir otros tipos de lesiones".

En la actualidad se puede medir una oxidación del ADN, la capacidad de reparación del mismo y se está trabajando en un ensayo que "sea fácil de hacer y en desarrollarlo de forma que se puedan medir muchas muestras a la vez". Asegura del ensayo que tiene de "especial" su aplicación a muchos campos, ya que lo que se necesita es "una suspensión de células".

Por ello, asevera que se utiliza mucho en la evaluación de químicos, para comprobar si afectan o no al ADN, y también en biomonotorización humana para, valiéndose como muestra de células de la nariz o la boca, "ver cómo está el ADN en esa persona, si está intacto o tiene lesiones".

Amaya Azqueta aseguraba que este método podría ser utilizado en el futuro por empresas cosméticas para comprobar si un cosmético puede afectar o no al ADN.

Asimismo, explica que el ensayo, que antes estaba en un periodo de investigación, ahora se encuentra en una situación de regulatoria desde noviembre de 2014 en el ámbito de los químicos, es decir, es válido para demostrar que un compuesto es seguro antes de salir al mercado.

Azqueta indica que las lesiones en el ADN que el ensayo detecta, en realidad, "son lesiones que la célula tiene capacidad de reparar, no son lesiones finales" y advierte que estamos expuestos a un montón de compuestos químicos.

En cualquier caso, asevera que al Ensayo del cometa le queda mucho recorrido y que la idea es que sea capaz de detectar un montón de lesiones que se conocen que existen y ocurren. De esta forma, se podría conocer el mecanismo de acción de un compuesto.









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