En el confinamiento y durante la pandemia de la Covid-19, el teletrabajo está cada vez más presente en las empresas y los hogares, una tendencia que cotiza al alza, y que suma puestos de trabajo con cada rebrote. La recomendación del teletrabajo ante cada nueva ola de coronavirus ha cambiado las costumbres y ha impuesto una nueva realidad, para la inmensa mayoría, hasta ahora desconocida.

Teletrabajo, ¿tan bueno como dicen?

El teletrabajo parece ser la panacea, pero ¿es tan bueno como lo pintan? Mucho se ha hablado desde el principio de la pandemia de los beneficios que este modelo laboral genera, sin embargo no debemos dejar de lado algunos de sus más significativos inconvenientes, en concreto, el incremento del estrés entre quienes lo practican.

Según un reciente estudio, llevado a cabo por un equipo interdisciplinario de la ETH Zürich (Escuela Politécnica Federal de Zúrich), el cuerpo produce más cortisol, la hormona del estrés, cuando las personas son interrumpidas repetidamente en el trabajo. Una situación que podría verse incentivada, precisamente, con el teletrabajo.

El estrés, consecuencia directa de las interrupciones durante el teletrabajo

"La cuestión del estrés en nuestro entorno laboral ahora se ha vuelto más significativa todavía, ya que los espacios laborales, en muchos casos, se han trasladado a nuestras viviendas en este mal llamado teletrabajo. Aún sin ser así, todos los desempeños laborales se han visto afectados aunque los espacios no se hayan modificado", explica Antonio Ruiz, experto en Neurociencia Aplicada e Integración Biotecnológica.

La gestión del estrés es una habilidad que cada vez se valora más en los entornos laborales y que, precisamente, la situación del Covid no ha venido a favorecer. El clima de incertidumbre y de incremento de estrés está haciendo que los niveles de cortisol aumenten y nuestra esfera emocional se vea afectada, repercutiendo en muchos casos en una toma de decisiones erróneas y demasiado emocionales ya que no podemos analizar todas las variables posibles.

Mucho se ha hablado desde el principio de la pandemia de los beneficios que este modelo laboral genera, sin embargo no debemos dejar de lado algunos de sus más significativos inconvenientes, en concreto, el incremento del estrés entre quienes lo practican.

Antonio Ruiz, un 'científico empresarial', tal como él mismo se define, recomienda en una situación como la actual intentar controlar el aumento del nivel de estrés tan pronto como se detecte, ya que "si llegase a convertirse en una afección crónica podría conducir a estados de agotamiento que derivarían en un impacto negativo en la salud pública y traerían un considerado costo económico", argumenta.

Ruiz, que es también asesor en marketing experiencial y que en la actualidad forma parte del equipo de ARK Architects donde ejerce como director de Experiencia de cliente y Neurociencia Aplicada, comenta: "Hacer uso de herramientas propias de la neurociencia, como aprender a respirar para reducir la frecuencia cardiaca o caminar sin móvil durante algunos minutos por un espacio abierto, podría actuar de una forma muy efectiva para reducir el exceso de cortisol en sangre", concluye Ruiz.

Lo que está claro es que el Covid-19 traza un nuevo panorama a todos los niveles, y que sus efectos, en este caso referidos al área laboral y de los trabajadores, pueden concluir en una situación de estrés que hemos de ser capaces de gestionar en beneficio de la salud general de la población y en particular de cada uno de los hombres y mujeres que se enfrentan a este nuevo escenario, el teletrabajo durante la pandemia.









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