Reino Unido fue un país pionero en todo lo referente al desarrollo de productos cosméticos cruelty free. Es decir, hace 25 años, fue uno de los primeros países que prohibieron que se testasen en animales tanto los productos como los ingredientes que contienen. Sin embargo, ahora se prepara para dar un paso atrás y volver a permitir este tipo de técnicas en algunos contextos.

En realidad no son los únicos, pues la reciente decisión de su Tribunal Superior va en consonancia con la normativa de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA). Esta enunció en 2020 una serie de regulaciones de registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas (REACH) sobre los ingredientes de maquillaje en 2020, con las que se obligaba a las empresas a probarlos en animales para garantizar la salud de los trabajadores.

No obstante y ante el revuelo general, la propia ECHA ya ha buscado alternativas para no volver a testar en animales. Han demostrado que no es necesario, pero Reino Unido sigue adelante con su nueva decisión.

Se calcula que existen 15.000 ingredientes que ya han sido probados y se conoce que son seguros para su uso en cosméticos. Puede que en su día se probaran con métodos crueles, pero lo importante es que ya no es necesario seguir testándolos.

La ECHA ha insistido en todo momento que las pruebas con animales deben ser un último recurso. Ya existen alternativas muy eficaces para el análisis de efectos agudos y a corto plazo, como la irritación ocular o la sensibilización de la piel. No obstante, inciden en que aún pueden ser necesarias estas pruebas para el análisis de efectos a medio o largo plazo, como los reproductivos.

La medida de Reino Unido ya ha llevado a Cruelty Free International a publicar una carta en la que más de 80 marcas de maquillaje condenan la decisión de volver a testar en animales.

Ahora, también se está trabajando en la búsqueda de alternativas 'in silico'. Este es un término que se usa para hacer referencia a las simulaciones informáticas de moléculas químicas o entornos vivos. Se han desarrollado problemas para buscar los efectos farmacológicos de algunas sustancias, así como para ver cómo interaccionan con otras o qué posibles efectos adversos podrían tener sobre la salud humana. Incluso se está empezando a imprimir piel artificial para probar los efectos de nuevos ingredientes.

De momento, la medida de Reino Unido ya ha llevado a Cruelty Free International a publicar una carta en la que más de 80 marcas de maquillaje condenan la decisión de volver a testar en animales.

Sin embargo, y a pesar de las medidas que ya se estudian en Europa, el gobierno inglés planea seguir adelante con la medida que, insisten, es absolutamente legal.









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