Las siliconas son unos polímeros inorgánicos formulados a base de silicio y oxígeno, pero no están considerados como tóxicos en sí. Encontramos varios tipos, como las solubles, que se van con los lavados y las encontramos con el prefijo PEG; y las no solubles, como el Cyclomethicone, el Dimenthicone o el Siloxane, entre otras. El efecto de la silicona no es duradero y no permiten que la dermis respire, ya que crean una capa que se fija y tapona los poros. De ahí que desde 2015 esté teniendo tantísimos detractores que afirman que los productos que las contienen pueden llegar a ahogar la piel.

El efecto de la silicona no es duradero y no permiten que la dermis respire, ya que crean una capa que se fija y tapona los poros.

Además, los tricólogos afirman que los casos de alopecia femenina son numerosos en estos tiempos debido al uso de los productos que llevan este tipo de compuestos en su formulación y alertan de la posibilidad de que aumenten si seguimos usándolos y no dejando al cuero cabelludo respirar. Aplicado al cabello, los productos con siliconas son perjudiciales incluso si se aplican exclusivamente de medios a puntas, ya que la silicona camina hacia el cuero cabelludo y se almacena sobre la piel, como destino final.

Existen algunas firmas que ofrecen los mismos acabados de suavidad y elasticidad en sus productos sin contener siliconas. De este modo, consigues la misma experiencia y textura sin maltratar tu piel. Para saber si un producto lleva siliconas es tan sencillo como echarle un vistazo a la miniletra que encontrarás en la etiqueta, mientras que una buena alternativa es buscar productos con las etiquetas que indiquen que están libres de siliconas.

Fuente: Claudia di Paolo.









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