Las micropartículas de plástico, presentes en geles, jabones, pastas dentífricas cremas solares o champús, se han convertido en uno de los enemigos principales del ecosistema de los océanos. Si tenemos en cuenta que un bote de gel puede contener hasta 330.000 micropartículas de plástico, imposibles de filtrar por su reducido tamaño y que van directas al mar, podemos darnos cuenta de la magnitud del problema. Pero por fin hay una alternativa a su uso.

Un concienciado equipo de investigadores de la Universidad de Bath (Reino Unido), ha elaborado unas nuevas microperlas biodegradables, que frenarían este tipo de contaminación.

Las nuevas micropartículas no están creadas a partir de polietileno o propileno, elementos que se extraen del petróleo y que tardan cientos de años en desaparecer, sino que están compuestas por elementos derivados de la celulosa de origen vegetal, que pueden disolverse después con facilidad en azúcares inofensivos una vez expuestos en el agua.

El estudio ha sido recogido por la revista ACS Química Sostenible e Ingeniería y señala que el proceso de producción de micropartículas biodegradables podría ser fácilmente ampliado para apoyar su producción comercial, principalmente en los cosméticos. Aún así, la investigación sigue su curso y también se estudia la posibilidad de ajustar las propiedades físicas de los granos con el fin de incorporarlas en un futuro a los medicamentos.









Recomendamos