"La integridad es hacer lo correcto,
incluso cuando nadie está mirando".
Anónimo.
Recientemente leía una entrevista a la presidenta de Zara, Marta Ortega, en la que anunciaba que trabajaban en la dirección de vender bien, no de vender más. Lógicamente ese perfil de negocio poco tiene que ver con los centros de belleza, pero personalmente creo que se ajusta aún mejor a lo que debiera ser.
Más no siempre es mejor. El crecimiento rápido en ventas puede ser tentador. Más tratamientos, más pacientes, más ingresos. Pero este enfoque, cuando se prioriza sin un criterio ético ni científico, conlleva un riesgo profundo: la pérdida de confianza y convertirnos en una máquina de triturar clientes en lugar de fidelizarlos.
En estética, la fidelidad del paciente no se construye con ofertas agresivas o con promesas vacías, sino con resultados reales, asesoramiento honesto y un compromiso auténtico con el bienestar del paciente. Se trata de la salud, bienestar y el realce de la belleza de nuestros clientes. Sinceramente, vale la pena apostar por este camino. ¿Qué opinas?
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