El uso habitual de productos de origen ecológico y biológico es cada vez más habitual, incluso en cosmética. Cada vez somos más conscientes de la importancia de proteger el medio ambiente, y de que no hay necesidad del sufrimiento animal para seguir con nuestras vidas. De ahí la popularización en los últimos tiempos del llamado maquillaje vegano.

Ser vegano es un paso más allá de ser vegetariano: además de no consumir carne, tampoco se consume nada que tenga origen animal (leche, huevos, miel), ni se utiliza para vestir o para el cuidado personal. En el caso del maquillaje y los cosméticos, no sólo se han fabricado sin pasar por experimentación en animales, sino que tampoco incluyen en su formulación ningún componente que tenga origen animal.

Si bien descartar estos ingredientes en la comida suele ser más simple, en cosméticos la tarea es más complicada, ya que hay que conocer el origen de cada componente. La miel de abeja es sencilla de detectar, y también la lanolina, extraída de la lana de las ovejas, pero otros activos son más desconocidos: la elastina, por ejemplo, suele extraerse de las vacas, el própolis se origina en las abejas, el ácido hialurónico suele extraerse de los tejidos de varios animales, y también se descartan los pinceles y brochas de pelo natural.

Para facilitar esta tarea a las clientas veganas, han surgido ya marcas de cosméticos que sólo distribuyen cosméticos veganos, o que especifican claramente cuáles de ellos son 100% libres de ingredientes de origen animal. Es el caso de Sevi, marca exclusivamente vegana; Lush, que cuenta con líneas de productos veganos; o las conocidas Mac y Urban Decay, que aunque no son exclusivamente veganas sí marcan claramente aquellos productos que son adecuados para las que siguen este estilo de vida.

Recomendamos