Los profesionales de la salud consideran al maquillaje terapéutico o corrector como una medida que ayuda a aquellos pacientes que necesitan camuflar o disimular lesiones, imperfecciones o enfermedades en la piel en tratamientos largos, siendo una perfecta alternativa cuando el maquillaje convencional no funciona. A la vez, se busca resaltar las cualidades estéticas del rostro o cuerpo y mejorar la calidad de vida de estas personas.

La baja autoestima suele ser un problema frecuente de aquellos que tienen problemas o lesiones cutáneas. El maquillaje corrector es, pues, una herramienta para aumentar su cura y hacer que tales pacientes ganen confianza en sí mismos. Los productos cosméticos de este tipo de maquillaje suelen aplicarse y quitarse cada día cuando es de manera transitoria, pero depende del problema cutáneo en particular. El maquillaje terapéutico tiene el objetivo de dar un aspecto más natural con una homogeneización del tono y textura de la superficie cutánea.

¿Cómo aplicarlo?

Cuando hablamos de lesiones faciales suele necesitarse un maquillaje con algo más de color al tono de la piel, estudiando previamente qué disimular y qué realzar de la cara para que la lesión pase desapercibida. Bases correctoras y fondo de maquillaje son suficientes para lesiones algo fáciles de disimular con colores amarillos. En imperfecciones más acusadas, casi todas se disimulan con la aplicación de colores beige claros y oscuros, dependiendo del tipo de piel de cada persona.

El maquillaje corrector compacto corrige las imperfecciones con una finalidad muy natural, mientras que el maquillaje fotorregulador ofrece un resultado natural y de larga duración, alisando y difuminando las imperfecciones del rostro.

Cuando hay manchas rojas o angiomas planos, siempre es mejor pequeñas cantidades de correctores. Respecto a las corporales, lo que se busca sobre todo es camuflar, de manera que los pacientes deberán aprender a automaquillarse tras un curso realizado por médicos y especialistas en este tipo de correcciones.

Tipos de maquillaje corrector

Este maquillaje debe agrupar, en gran medida, ingredientes naturales. El maquillaje corrector compacto corrige las imperfecciones con una finalidad muy natural, mientras que el maquillaje fotorregulador ofrece un resultado natural y de larga duración, alisando y difuminando las imperfecciones del rostro.

Aunque hay pacientes que prueban todo tipo de productos para disimular cicatrices y otros, los profesionales recomiendan utilizar productos dermocosméticos (sin perfume) y antialérgicos. Además son resistentes al agua, con una seguridad y eficacia comprobada, de fácil aplicación y se ofrecen en diversos colores. Según Gedet, Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica, a un maquillaje dermocorrector se le debe exigir eficacia, que tenga un elevado poder cubriente, que ofrezca un acabado natural y modulable, y que sea ligero y no denso, ni pastoso, ya que terminaría dejando una incómoda sensación de pesadez facial. Y, por supuesto, tiene que haberse testado sobre pieles sensibles e incluir fórmulas que sean lo más purificadas y sencillas posibles y que permitan una aplicación sin fricción sobre la piel.

La función de psicólogos y hospitales

El maquillaje es una terapia en sí. Todos nos vemos siempre mejores, más guapos y hasta sexys con un labio más rojo o una máscara de pestañas definida en los ojos. Para las personas con distintos tipos de lesiones, la ayuda psicológica a través del maquillaje es realmente importante.

Un proyecto pionero en España es el que se realiza en la Unidad de Maquillaje Corrector para pacientes de Dermatología, de Cirugía Plástica y de Oncología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. En sus talleres y consultas se mejora la calidad de vida en aquellas lesiones que son irreversibles y pueden suponer complejos para los enfermos.

Para las personas con distintos tipos de lesiones, la ayuda psicológica a través del maquillaje es realmente importante.

A esta unidad acuden personas con diversas patologías, como el lupus eritematoso, quemaduras, cicatrices, discromías, manchas irreparables, vitíligo o despigmentación, dermatitis atópica, etc. Ofrecen talleres donde, en sólo tres sesiones, los pacientes aprenden a disimular sus imperfecciones, pudiendo ganar en estética y, sobre todo, en calidad de vida. Esta unidad se creó en 2008 en colaboración con la multinacional francesa L'Oreal, propietaria de la marca La Roche Posay, especializada en maquillaje corrector. La idea surge de una experiencia anterior en Francia, en la que el maquillador profesional Alain Barthélémy y la Asociación de Grandes Quemados de Francia decidieron tratar a pacientes con secuelas de quemaduras con maquillaje.









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