La urea es un componente que el cuerpo humano fabrica de forma natural, formando parte importante de muchos procesos que el organismo lleva a cabo para funcionar, como regular el sistema de retención de líquidos, mantener la presión sanguínea adecuada o eliminar los excesos de toxinas. Es con este último proceso con el que mucha gente la relaciona, ya que la urea forma parte también de los "deshechos" del cuerpo, la orina, las heces y el sudor, aunque no tiene olor ni es tóxica.

Muchísimos productos cosméticos contienen hoy en día urea, pero no es la misma que fabrica el cuerpo humano. Ésta es una urea limpia, creada de manera sintética en un laboratorio con la concentración adecuada para el uso al que vaya a ir destinada. La importancia de la urea surge de otra de sus funciones más importantes en el cuerpo: se trata de un factor natural de hidratación (FNH), por lo que es necesaria para que la piel retenga el agua que la nutre y la mantiene con un aspecto saludable.

Usos y beneficios de la urea

La urea se ha convertido en uno de los ingredientes más comunes en los cosméticos hidratantes, especialmente en cremas. La razón para ello es que la aplicación de la urea sobre la piel genera un efecto de barrera, impidiendo que la valiosa agua que debe nutrir la dermis se escape y manteniendo los niveles de hidratación adecuados. Por esta razón lleva siglos utilizándose para tratar las pieles más secas e incluso enfermedades dermatológicas como la hiperqueratosis, la psoriasis o la dermatitis, entre otras.

Sin embargo, cada producto suele acompañar la presencia de la urea con un porcentaje, señalando la concentración del ingrediente que se incluye en su composición. Este número es muy importante, ya que según la cantidad de urea que se aplique sobre la piel, los efectos serán distintos.

  • 5-10%: una baja concentración de urea es la más indicada para las cremas hidratantes de uso cosmético diario, pensadas para aliviar pieles secas o que sufren una falta de hidratación ocasional (por ejemplo, a causa del frío invernal).
  • 20%: en mayores concentraciones, la urea tiene también un efecto descamativo, creando un suave efecto de peeling que elimina las células muertas superficiales. Estas cremas son adecuadas para aquellas zonas de piel más difíciles, como codos, rodillas o talones.
  • 30-40%: al subir la concentración, el efecto descamativo aumenta, y se genera ya un efecto queratolítico. La eliminación de la piel seca y muerta empieza a ser algo más agresiva, por lo que se utiliza en casos de engrosamiento de la piel, por ejemplo sobre las durezas de los pies.
  • 50% y superior: estos productos solo deben ir recomendados de la mano de un profesional, ya que están destinados a fuertes tratamientos muy concretos. Por ejemplo, se suele utilizar para eliminar los hongos de uñas infectadas.

Riesgos e inconvenientes de la urea

Bien utilizadas, las cremas con urea son una solución fácil y rápida a la piel seca. Se ha demostrado que tras tres semanas de aplicación diaria, el nivel de hidratación de la dermis puede aumentar entre un 14 y un 26%, convirtiéndola en una gran aliada.

Sin embargo, hay que tener cuidado en caso de tener la piel muy sensible, ya que la urea puede llegar a ser un componente irritante según su concentración. Ante la duda, siempre es conveniente consultar con un profesional.









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