La neurodermatología y la neurocosmética constituyen en este momento el avance más novedoso del campo de la farmacia en el ámbito de la estética. El uso de agonistas o antagonistas de los neurotransmisores sobre las células cutáneas aportará efectos beneficiosos para prevenir o tratar las alteraciones de la piel. A través de los nuevos avances se podrá hacer frente de una manera nueva al envejecimiento cutáneo acelerado, a los efectos de la radiación solar o la caída del cabello. El bienestar que provocan los neurocosméticos se relaciona con una mejora de la actividad cutánea a nivel molecular, celular y tisular, lo que se traduce en una mejora estética.

En el marco del primer Congreso Médico Internacional de Estética Integral (Fibell 2008), celebrado los pasados 20-23 de junio en Bilbao, se abordaron temas tales como el de la Neurocosmética. Según el investigador Francisco Balaguer, ponente de Fibell 2008, "el sistema nervioso es el director de orquestra de la piel", que añadió: “precisamente esta relación tan estrecha es la que ha posibilitado el surgimiento de la neurodermatología y de la neurocosmética”, como las dos nuevas disciplinas del ámbito farmacéutico capaces de encontrar beneficios de tipo psiconeuroinmunológico derivados del uso de determinados cosméticos.

El bienestar que provocan los neurocosméticos se relaciona con una mejora de la actividad cutánea a nivel molecular, celular y tisular, lo que se traduce en una mejora estética.

En este sentido, “los productos cosméticos sobre los que se está trabajando ahora mismo, a través de sus acciones fisiológicas y psicológicas, son capaces de activar el sistema inmune e incrementar la concentración de anticuerpos”, comenta Balaguer.

Consecuentemente “la neurocosmética no es ni más ni menos que la aplicación de agonistas y de antagonistas para favorecer los procesos positivos de la piel, como la generación de endorfinas -una sustancia del propio organismo para aliviar el dolor y que produce sensación de bienestar-, y reducir los procesos negativos, como los generados por el cortisol (la hormona del estrés)”.

Beneficios para el usuario

Además del ya citado refuerzo de las defensas a través de la estimulación del sistema inmune, el experto afirma que “el bienestar se relaciona con una mejora de la actividad cutánea a nivel molecular, celular y tisular” (de los tejidos), lo que se traduce en una mejora estética.

Asimismo, Balaguer recalca que en cuanto al aspecto la piel, “ésta se muestra más bella y confortable”, poniendo de relieve que “las buenas sensaciones y emociones de nuestro sistema nervioso cutáneo se traducen en una mejora de la funcionalidad orgánica de nuestra piel y anejos cutáneos”.









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