Henri Chenot, un dietista 'de lujo', ha fallecido. Considerado inventor de la "biontología", o lo que es lo mismo, un método de cuidado antienvejecimiento, y espacios que llevan su nombre, en particular el del Palacio Merano, en el norte de Italia, donde proporcionó su know-how a una clientela 'luxury'. Ha muerto a la edad de 77 años.

La revolución del Spa

Chenot había hecho del "envejecimiento bien" una marca registrada. El también conocido como "Papa de desintoxicación", cuya madre dirigía una peluquería y estética en Banyuls (Francia), se hizo un nombre en el mundo del bienestar de alta gama. En la ciudad balneario de Merano, al norte de la llanura del Po, sus invitados VIP seguían sus reglas y tratamientos de fitness. Su esposa, Dominique, ofreció una cocina ligera, un suplemento esencial para la desintoxicación de los clientes.

De origen catalán, a Henri Chenot le apasionó desde siempre la biología marina y la psicología bioenergética.

A principios de los años setenta, Henri comenzó la producción de fitocosméticos y fitoterapia. Posteriormente abrió una clínica en Cannes, cuya especialización principal era la medicina preventiva. Para él, y dada su propia experiencia, la atención médica preventiva es el objetivo principal de la vida y ésta debería comenzar por la nutrición. Así es como apareció la clínica Palace Merano y el programa de salud Espace Henri Chenot.

A principios de los años setenta, Henri comenzó la producción de fitocosméticos y fitoterapia. Posteriormente abrió una clínica en Cannes, cuya especialización principal era la medicina preventiva.

Sus objetivos en lo referido a tratamientos y estancias en su templo de bienestar eran:
1) Recargar sus baterías.
2) Optimizar sus habilidades físicas, mentales y emocionales.
3) Aprender a manejar su estrés para reequilibrar.

Hoy en día existen "espacios Chenot" en nueve países.

2020 marca el final de su asociación histórica con el Palacio Merano. Después de anunciar su retiro, Henri Chenot eligió el pasado mes de octubre para entregar la batuta a su director científico, George Gaitanos, que había estado trabajando con él desde 2013.









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