El viaje Barcelona-Dubái, a bordo del Emirates A380, el avión comercial con mayor capacidad del mundo, cambia el concepto que tenemos del vuelo tradicional. Esta línea regular se cubre con un Airbus provisto de bar privado, en el que se descorcha Dom Pérignon; perfumes de Bvlgari y ducha con hidromasaje que relaja y revitaliza los sentidos.

La línea de los Emiratos Árabes, en colaboración con Airbus, ha personalizado este coloso aéreo de dos plantas, del que la aerolínea tiene la mayor flota actual (44 aeronaves a las que se añadirán 96 más valoradas en más de 43.000 millones de dólares). A partir de este mes, Barcelona-Dubái es la primera línea regular de un A380 en nuestro país. Un trayecto en el que, durante unas horas, se sentirá como el protagonista de Las mil y una noches.

Un spa de lujo en el aire

Para los privilegiados con billete first o business, esta experiencia placentera comienza en la puerta de embarque. A través de ella, el pasajero accederá a la zona Premium, situada en la planta de arriba del avión. Como inquilino de alguna de las 14 suites individuales de primera clase, el vuelo se le hará más placentero y llevadero. Cada cabina privada, a base de madera de nogal y mármol, cuenta con embellecedores dorados.

Cualquier momento es bueno para reservar media hora en uno de los dos Onboard Shower Spa, solo para los usuarios de first class. No se trata de un circuito hidrotermal al uso (no sería posible en un Airbus) pero sí de una ducha de hidromasaje, acompañada de un juego de productos de belleza y una imagen del skyline de Dubái. Al término de esos treinta minutos de relax, se puede esperar en un área de estilo zen, donde se sirve té japonés y zumos de aloe vera. Una vez relajado, se puede visitar la barra de bar semicircular, en la parte trasera del avión, donde se sirven delicatessen y bebidas superselectas como Dom Pérignon o coñac Hennessy.

Butacas con zonas de masaje, donde descansar con ayuda de la cromoterapia

Durante el vuelo, el pasajero dispone de conexión wi-fi y se permite el uso de teléfono móvil. Si ello no fuera suficiente, cada asiento ofrece teléfono vía satélite y servicio de email y sms en pantalla. Pero ahí no acaban las comodidades. Cuando desee descansar, puede convertir la butaca, provista de cinco zonas de masaje, en cama. Conciliar el sueño no resulta difícil si además se añaden servicios adicionales como la cromoterapia. La luz pasa de rosa a azul, en diferentes momentos del trayecto, eligiéndose la opción de cielo estrellado si así se desea. Sin duda una experiencia inolvidable para aterrizar en perfectas condiciones, aunque todo tiene un precio. El billete de ida y vuelta en esta línea regular es de 4.011 euros en first class y 2.276 en business.

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