La estética considera que está compuesta por "proveedores de servicios individuales esenciales que ofrecen un servicio que aporta valor, cubren las necesidades básicas de higiene, salud o cuidado de la piel, y repercute en el bienestar de los ciudadanos".

En comunicado oficial, han reprochado que a las peluquerías sí se las considera actividad esencial, mientras que los centros de estética han tenido que pausar su actividad. Solo en la Comunidad de Andalucía, el cierre de los centros de estética profesional afecta a más de 2.800 centros.

Pérdidas de casi nueve millones de euros

Según sus datos, cada semana de cierre supone unas pérdidas en torno a 8,8 millones de euros y de 35 millones de euros por cada mes de suspensión de la actividad. El sector se compone en su mayoría de pequeños negocios y genera un empleo directo a 9.000 trabajadores y en torno a 2.300 autónomos, donde el 95% son mujeres, muchas de ellas en pequeños municipios.

Sus representantes y componentes se consideran una actividad cuya protocolización está próxima a la instaurada en el sistema sanitario. "Lleva en los genes el concepto de personalización, que se traduce en operar bajo la regla 1-1-1 (1 puesto - 1 cliente - 1 asesor/profesional), que cuenta con el uso obligatorios de EPI, muy arraigado a la cultura de la desinfección, además de la utilización de productos de un solo uso. Similar al servicio ofrecido en el sector salud (Servicio de atención primaria, dentistas, etc.)".

A pesar de contar con todas estas medidas e higiene, cada uno de los negocios, además, ha realizado una inversión extra con la responsabilidad de extremar toda precaución y cumplir con todas las medidas de seguridad.









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