Desde principios del pasado mes de agosto, Fosun inició conversaciones para adquirir un porcentaje considerable de Ahava, coincidiendo con un movimiento global de boicot a la compañía israelí, sobre todo en las redes sociales. La planta de Ahava se halla en el litoral oeste del mar Muerto, hecho que ha molestado a la opinión pública. En un principio, se valoró la compañía en 60 millones de dólares. Aun así, parece que la israelí se adquirirá, finalmente, por 300 millones de NIS. Es decir, 76 millones de dólares.

Gaon Holdings, propietario del 35% de Ahava, fundada en el año 1988, ha confirmado que existe un acuerdo para que los accionistas vendan toda, o una parte, de su participación en la compañía. Además de Gaon Holdings, entre los accionistas principales figuran la fundación Shamrock Israel Growth Fund, afiliada con Shamrock Holdings of California (vehículo inversor de parte de la familia Disney) y la familia Livnat. Entre los tres ostentan el 53% de las acciones del fabricante de cosméticos a base de barro y minerales del mar Muerto. Otros accionistas son el asentamiento judío Kibbutz Mitzpe Shalem, con el 35% del total, un grupo de asentamientos locales, con el 6,7%, y Kalia, otro asentamiento, con el 5,8%. La comunidad internacional considera ilegales los asentamientos judíos en dicha zona del mar Muerto.

Ahava soporta, desde hace tiempo, un fuerte acoso público de boicots, sanciones y movimientos sociales que critican la planta con la que se explotan recursos naturales en la costa oeste del mar Muerto.

Ahava soporta, desde hace tiempo, un fuerte acoso público de boicots, sanciones y movimientos sociales que critican la planta con la que se explotan recursos naturales en la costa oeste del mar Muerto. La compañía da empleo a 225 personas y el año pasado facturó 184 millones de shekels (48,3 millones de dólares). Además, en breve, Ahava deberá hacer frente a un nuevo reto de la Unión Europea. Desde Bruselas estudian una regulación que obligue a las compañías israelíes a etiquetar correctamente sus productos. De aprobarse esta normativa, se facilitaría el trabajo a las organizaciones y movimientos sociales que boicotean a fabricantes poco responsables.

Por su parte, Fosun, dirigida por los multimillonarios Guo Guangchang, han adquirido empresas de ocio, aseguradoras, suministradoras de energía y diversas propiedades en Australia, Italia y Nueva York.









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