El cerebro, principal responsable de la sensación de piel tirante tras la ducha

Esta desagradable sensación de tirantez en la piel suele ocurrir tras limpiarla, como después de una ducha, y se podría deber al envío de señales específicas al cerebro. Los científicos que han descubierto esto piensan que podría contribuir a la mejora de la formulación de numerosos cosméticos, aunque todavía hay mecanismos que necesitan ser comprendidos.

¿Quién no ha notado que su piel se siente tirante después de una ducha o simplemente después de la limpieza?

Incluso cuando se utilizan productos especialmente formulados para satisfacer las necesidades de nuestra piel, esta sensación puede persistir de forma regular, un fenómeno que los investigadores de la Universidad de Stanford en EE UU decidieron investigar: "Este trabajo proporciona una nueva comprensión de cómo los productos afectan las propiedades físicas de nuestra piel, que incluye no solo la salud de la piel, sino también la percepción sensorial de la piel. Es un avance significativo. Proporciona una comprensión completamente nueva de cómo diseñar esas formulaciones", ha declarado el coautor del estudio, el profesor Reinhold Dauskardt.

Contracción del estrato córneo

Como base para su investigación, los científicos partieron de una simple observación: la piel no solo es el órgano más grande del cuerpo, en términos de peso y superficie, sino también el que está más expuesto a fuentes de agresión externa. Y por una buena razón: la capa más externa y superficial de la piel, el estrato córneo, es la principal barrera natural del cuerpo. Una de sus funciones es mantener alejados a posibles agresores externos, como la contaminación, las bacterias o los productos químicos, así como mantener la humedad. Los investigadores explican que ciertas acciones, como el uso de un producto limpiador, hacen que el estrato córneo se contraiga, mientras que otras, como aplicar un producto hidratante, hacen que se hinche.

Con esto en mente, los investigadores imaginaron que las fuerzas mecánicas generadas por estas distorsiones de la piel podrían llegar a receptores sensoriales específicos, llamados mecanorreceptores, y convertirse en señales neurológicas. Estos alertarían al cerebro, lo que provocaría una sensación de opresión. El objetivo de los investigadores era verificar esta teoría a través de pruebas biomecánicas in vitro, modelos numéricos y, posteriormente, un estudio de autoevaluación in vivo..

Más concretamente, el objetivo era examinar los efectos de nueve fórmulas hidratantes y seis limpiadores en muestras de piel tomadas de la mejilla, la frente y el abdomen, y luego determinar los cambios en el estrato córneo en el laboratorio, antes de integrar esta información en un modelo de piel humana en un intento de predecir las señales que podrían enviar los mecanorreceptores. El paso final fue comparar estas predicciones con la sensación de tirantez experimentada, o no, por las 2.000 mujeres reclutadas en Francia para probar los humectantes, y las 700 mujeres reclutadas en China para evaluar los limpiadores.

Comunicación intradérmica

"Pudimos clasificar las diferentes formulaciones en términos de lo que los sujetos deberían decir sobre la percepción sensorial de su piel", comenta Reinhold Dauskardt. "Trazamos lo que estábamos prediciendo contra lo que los sujetos humanos nos decían, y todo cayó en línea recta. En otras palabras, estábamos prediciendo exactamente lo que nos estaban diciendo. Fue una correlación absolutamente notable con una significación estadística muy alta", agrega.

Esta investigación, financiada por una subvención de L'Oréal Research & Innovation, podría permitir a los laboratorios y marcas de cosméticos mejorar sus fórmulas y desarrollar productos que se adapten (incluso) mejor a las necesidades individuales.

"Esta comprensión proporciona un marco para el desarrollo de nuevos productos. Si le estás haciendo algo a la capa externa de la piel que está causando que cambie su estado de tensión y su estado de estrés, entonces podemos decirte cómo se transmite esa información y cómo será entendida y reportada por los consumidores", dijo el profesor de la Universidad de Stanford.

Sin embargo, no se ha establecido el mecanismo por el cual se activan los mecanorreceptores cutáneos y las neuronas sensoriales correspondientes.

A pesar de lo cual, los investigadores ya miran mucho más allá, con vistas a desarrollar, por ejemplo, dispositivos portátiles que podrían enviar señales intencionales al cerebro actuando sobre el estrato córneo.

"Lo que hemos hecho es revelar cómo la información mecánica llega desde la capa externa del estrato córneo hasta las neuronas mucho más abajo en las capas de la piel", asegura el profesor Dauskardt. "Entonces, ¿podemos comunicarnos a través de la piel humana? ¿Podemos construir un dispositivo para proporcionar información a alguien de forma no verbal, no visual, utilizando nuestra comprensión de estos mecanismos? Esa es una de las áreas que nos interesan mucho".