Descifrando la belleza en 2026: Mintel predice la salud preventiva, el fin de la perfección de la IA…

El último informe de la agencia de inteligencia de mercado Mintel arroja luz sobre las principales tendencias que marcarán el rumbo de la belleza en el próximo año. El informe Global Predictions 2026: Beauty & Personal Care analiza la salud metabólica, la sensorialidad y el impacto de la inteligencia artificial.

"De las señales de hoy a las tendencias del mañana" es la premisa del informe de predicciones de Mintel, la consultora de tendencias con sede en Londres, que ofrece una visión de lo que podemos esperar en cuanto al comportamiento del consumidor.

Belleza metabólica

Los consumidores esperan ahora que los productos de belleza ofrezcan beneficios tanto internos como externos, respaldados por investigación científica. El crecimiento y la convergencia de estas tendencias han dado lugar a lo que Mintel denomina el movimiento de Belleza Metabólica, que concibe la piel como el “panel de control” del cuerpo y sitúa la belleza dentro del ámbito de la salud preventiva.

Los consumidores participan cada vez más en el seguimiento de biomarcadores, las suscripciones personalizadas y los ecosistemas de salud de la piel. Al mismo tiempo, productos como los polvos de colágeno y la cosmética probiótica se están normalizando.

El informe señala que los consumidores buscan productos como IDEO Skin Memory Daily Moisturizer, formulado con resveratrol, maleato y antioxidantes para aportar un impulso metabólico mediante la aceleración de la función mitocondrial y la reparación del daño cutáneo; o Lancôme Cell BioPrint, un dispositivo portátil tipo lab-on-a-chip que analiza el envejecimiento biológico de la piel mediante una muestra de la mejilla, imágenes faciales y un cuestionario, con el fin de ofrecer información sobre la salud celular.

Sinergia sensorial

Como extensión de la tendencia de la belleza metabólica, el movimiento sensorial está impulsado por el desarrollo de fragancias funcionales, la neurociencia, el ASMR y tecnologías inmersivas como la realidad virtual, con el objetivo de transformar las rutinas diarias en experiencias multisensoriales.

El consumidor de 2026 utilizará cada vez más el aroma, el tacto y el sonido como herramientas de regulación emocional para reducir el estrés o aumentar la energía. Para conectar con esta demanda, las marcas están utilizando la estimulación sensorial como principal motor de compra. Con estos nuevos códigos, los espacios físicos se reinventan como entornos inmersivos pensados para conectar emocionalmente con el consumidor.

Se espera que este movimiento se extienda a categorías de estilo de vida, con aerolíneas que integran rutinas sensoriales en los viajes, hoteles que ofrecen fragancias de descanso de marca y espejos inteligentes que adaptan la iluminación a distintos rituales.

Entre los productos a seguir se encuentran Poupon Pure Eau de Parfum, considerado el primer perfume del mundo que recrea el aroma de un recién nacido y que busca reducir la ansiedad y el estrés asociados al embarazo y al parto; y The Scent Mag de Natura, un catálogo con una prueba olfativa para la detección temprana de enfermedades neurodegenerativas, que a menudo comienzan con una disminución del sentido del olfato.

Más allá del algoritmo: la revolución del toque humano

En respuesta a una cierta saturación de la inteligencia artificial, este movimiento se apoya en el deseo del consumidor de recuperar la creatividad de una expresión humana imperfecta, cruda y auténtica, que promete redefinir la belleza como un relato artístico liderado por las personas.

Mintel prevé que la perfección algorítmica, los filtros y el marketing excesivamente pulido quedarán atrás, a medida que los consumidores reclaman mayor autenticidad en el sector de la belleza. El auge de las pequeñas marcas artesanales e independientes es una prueba de la popularidad de esta tendencia, de forma similar a cómo el concepto farm to table transformó la industria alimentaria.

No se trata de un movimiento “antitecnología”, sino de un regreso a la valoración de la imperfección a través de productos hechos a mano y narrativas que muestran el proceso creativo tras bambalinas. El consumidor de 2026, según Mintel, quiere que la tecnología potencie la creatividad humana, no que la eclipse.

Ejemplos de esta tendencia son el lanzamiento LXP Craftsmanship de SK-II, en el que la marca colaboró con museos y artistas para destacar la técnica japonesa del kintsugi, celebrando la reparación, la artesanía y el arte del cuidado de la piel; y Huda Beauty, que se asoció con el artista palestino Saint Levant para lanzar una edición limitada del Faux Filler Lip Oil.