Carmen Cazcarra, fundadora y directora de Cazcarra Image Group, es una mujer decidida, emprendedora y vital, con un carisma indiscutible. Desde que creara su propia empresa con tan sólo 17 años, la constancia y dedicación por su trabajo le han situado en lo más alto en el sector de la peluquería, maquillaje, estética y en la asesoría de imagen. En la actualidad, Cazcarra Image Group dispone de tres centros donde se imparte formación de asesoría de imagen personal, estética, peluquería, protocolo, enología, estilismo & shopping, personal shoppers, etc. También dispone de una línea de productos cosméticos propia que se distribuyen por todo el mundo.

Además de directora del Grupo Cazcarra, Carmen es asesora personal, articulista profesional, ponente en congresos nacionales e internacionales y autora de diversos libros. También colabora con diversos organismos públicos como la Generalitat de Catalunya o el Ministerio de Educación y Cultura, entre otros. Comprometida con fines sociales, colabora activamente con diferentes asociaciones y organizaciones, y ha sido distinguida con varios reconocimientos personales tanto en España como internacionalmente.

Beauty Market: Carmen Cazcarra posee una dilatada carrera en el mundo de la peluquería, la estética y la asesoría de imagen. ¿Cómo se inició en este mundo?
Carmen Cazcarra: Yo empecé de muy joven. A los 17 años monté en Binéfar un salón de peluquería y estética, pero no pude ejercer ni tener el salón a mi nombre hasta un año más tarde, ya que me retuvieron el carné hasta que fui mayor de edad. Posteriormente monté dos salones más en Binéfar y un centro de formación en Lleida.

B.M.: ¿Y cuando se trasladó a Barcelona?
C.C.: Me llamaron para el musical de la obra Evita como maquilladora de Paloma San Basilio. Entonces, entre otras cosas, conocí a mi marido y decidí trasladarme definitivamente a Barcelona. Siempre me he sentido deslumbrada con Barcelona. La familia de mis padres era de allí, y cuando iba, siempre pensaba en vivir ene sa ciudad. Mis primeros salones en Binéfar se llamaron Salón Niza, por los Cines Niza, de Barcelona, porque cuando iba al cine soñaba con montar un salón de peluquería y así nacieron los nombres de mis salones.

B.M.: Y entonces abre su primera escuela.
C.C.: Sí. Cuando tomé la decisión de trasladarme a Barcelona, alquilé los salones de Binéfar y monté mi primera escuela en la Gran Vía barcelonesa. Era una escuela, pequeñita, de 40 m², y al cabo de poco tiempo monté la segunda, de 200 metros... y al cabo de un año la amplié a 400 m². Era la primera escuela de maquillaje de España, porque aunque existían escuelas de peluquería, no había ninguna de maquillaje. Más tarde ya montamos el local donde estamos ahora.

El proyecto más inmediato es la promoción de la escuela que acabamos de abrir, ya que puede tener una proyección muy importante. No van a ser cursos muy largos sino que van a ser cursos de corta duración, pensando en las personas que trabajan y que puedan, de esta forma, abrir nuevos nichos de negocio en sus salones de peluquería.

B.M.: Y luego se amplió el abanico de cursos.
C.C.: Ya hacíamos cursos de peluquería, maquillaje y efectos especiales. Cuando decidí también dar cursos de asesoría de imagen y ciclos formativos de grado superior compramos la planta superior del local, aunque pronto nos quedamos de nuevo pequeños y fue cuando trasladamos la escuela de estética a la calle Rosellón.

B.M.: Y ahora habéis montado otra escuela.
C.C.: Es un local situado al lado de este y allí impartimos cursos para aquellos que han acabado sus estudios y quieren ampliar sus conocimientos.

B.M.: ¿Cómo empezaste con la asesoría de imagen?
C.C.: Empecé a hacer asesoría de imagen cuando aquí no se conocía para nada. A mi me parecía que solamente saber de maquillaje quedaba como un poco cojo, que nuestra profesión debía de tener otros componentes, que una cara no puede ser solo una cara bonita sino que debía ir con un buen marco, como es el cabello y que, además, tenía que llevar un vestuario apropiado, unos zapatos y unos complementos. Y así fue, empezando con cursillos cortos de asesoramiento de imagen y después, cuando se hizo la reforma de la Formación Profesional, ya se hizo de una manera más seria. Fuimos la primera escuela que impartimos asesoría de imagen. Empezamos con 7 alumnos y ahora tenemos 400.

B.M.: Creo que participó en aquella reforma de la Formación Profesional.
C.C.: Sí. Colaboré como consejera del Ministerio de Educación y Ciencia.

B.M.: También ofrecéis servicios de mentoring.
C.C.: Ofrecemos este producto para todas aquellas personas que han estudiado con nosotros estudios de postgrado. El mentoring es algo que en Inglaterra son pioneros, pero aquí es algo nuevo y lo que haces es orientar a personas que quieren hacer un cambio en su vida o proyectarse en una empresa o negocio, etc. Yo soy mentora de la Generalitat de Catalunya. Me llamaron de la Conselleria de Treball y estoy impartiendo mentoring en los programas para nuevas emprendedoras.

Yo siempre he escogido como profesores a alumnos que hayan salido de la escuela, porque siempre he querido que haya ese espíritu, esa filosofía Cazcarra que es muy importante para nosotros.

B.M.: ¿Y cómo es que le llamaron?
C.C.: O bien te eligen porque te conocen o bien porque admiran tu trayectoria; o te admiran como mujer, como empresaria, etc. El mentoring que desarrollo está enfocado para todas aquellas personas que quieren iniciarse en un negocio o en una empresa y necesitan un asesoramiento específico. Hay que conocer cuales son sus inquietudes, en qué punto se encuentra, donde quiere llegar, etc. Los mentorados, además, te preguntan mucho por tu vida, por cómo has llegado donde has llegado, cómo han sido tus inicios, cómo ha sido tu trayectoria. Buscan un espejo donde mirarse, aunque siempre les digo que eso no les sirve de mucho, porque cada uno ha de marcar su trayectoria. También se hacen unos trabajos de campo muy interesantes. Con el mentoring me siento muy satisfecha porque he visto cambios muy positivos en muchas personas.

B.M.: ¿Dónde realiza el mentoring?
C.C.: Los hago en mi despacho, a través de la Conselleria de Treball y por el Fidem, que es una asociación de mujeres empresarias a la cual pertenezco. Y todo esto lo he hecho siempre sin ánimo de lucro, no cobro nada por el mentoring y por eso también lo he implantado en mi empresa, como un servicio gratuito de asesoramiento personal.

B.M.: ¿Y ya tiene tiempo para usted?
C.C.: Siempre estoy ocupada porque soy así. Soy una persona muy abierta, me gusta darme a los demás. Yo no tengo un no para nadie y me gusta, además, hacer mucha obra humanitaria. Al final, lo que queda de ti en la vida es eso. Todo empieza y después es algo progresivo. Yo empecé en Gran Vía haciendo maquillaje, luego pasé a hacer efectos especiales y luego más y más... Yo soy una persona muy inquieta, y ahora, que tendría que estar pensando en la jubilación, estoy con proyectos nuevos como por ejemplo los nuevos cursos de postgrado y otros muchos más que tengo…

B.M.: ¿Cuál es la filosofía Cazcarra?
C.C.: Yo siempre he escogido como profesores a alumnos que hayan salido de la escuela, porque siempre he querido que haya ese espíritu, esa filosofía Cazcarra que es muy importante para nosotros. Somos un equipo. De los alumnos elegía a los mejores, y así ha sido como he formado mi equipo de 50 personas.

B.M.: ¿Y cuál es el secreto de su éxito?
C.C.: El secreto del éxito empieza por ser una persona soñadora, muy inquieta y con muchas ganas de trabajar. Y en esto pongo mucho énfasis, ya que puedes tener muchas inquietudes, soñar mucho, pero si a la hora de ponerlo a la práctica te gusta la vida cómoda, no sirve de nada. Me hace mucha gracia cuando me dicen "que suerte has tenido en la vida"... De lo que tengo suerte es de haber escogido una profesión que me gusta, que disfruto con ella. Cuando sólo trabajas para ganar dinero es muy triste.

Empecé a hacer asesoría de imagen cuando aquí no se conocía para nada. A mi me parecía que solamente saber de maquillaje quedaba como un poco cojo, que nuestra profesión debía de tener otros componentes, que una cara no puede ser solo una cara bonita sino que debía ir con un buen marco, como es el cabello y que, además, tenía que llevar un vestuario apropiado, unos zapatos y unos complementos.

B.M.: Cazcarra también es famosa por su línea de productos cosméticos. ¿Cómo comenzó todo?
C.C.: Empezamos a crear líneas de productos por necesidad. Los necesitábamos para consumir en la escuela, y poco a poco se fue haciendo más grande y así nació la línea de Cazcarra. Partimos de cero, pero yo ya tenía un bagaje porque me llamaban empresas de maquillaje para que les desarrollara sus líneas de maquillaje. Conocía a las empresas del sector, conocía a los fabricantes y conocía a los laboratorios. Muchas veces en el salón de mi casa se hacían las pruebas de productos. Y como conocíamos todo esto, nos aventuramos. Primero con una línea cortita, pensando en el profesional del maquillaje. Más tarde, el negocio se amplió gracias a mi marido, que se fue involucrando, y se tomó la firme decisión de comercializar los productos. Mi marido se encarga de la creación de productos y la distribución, tanto de maquillaje como de estética. Tenemos también una línea de tratamientos de crema y vendemos en toda España. Tenemos distribuidores a nivel internacional. El mundo de la cosmética es un reto. Cuando abrimos en un país, ver que tu producto está allí me ilusiona mucho. Hay países donde Cazcarra se interrelaciona directamente con el mismo país, como Inglaterra, donde nuestro producto está implantado como Cazcarra London, o Bolivia, donde estamos como Cazcarra Bolivia. Todo ello me llena de gran satisfacción, y no por el dinero, sino porque Cazcarra es mi apellido. Es como un legado que dejo.

B.M.: Cazcarra presenta nuevas tendencias cada año. ¿Cómo las planificáis?
C.C.: Estudiamos el mercado y después las personalizamos. Las tendencias empiezan con las hilaturas, después vienen las tendencias de las telas, de los tejidos, y a partir de ahí bebemos de muchas fuentes para saber cuáles van a ser las tendencias de las próximas temporadas. Eso no quiere decir que no nos podamos equivocar, porque trabajamos con dos años de antelación. En colores, además de tener la línea permanente de maquillaje, que es una línea muy amplia, presentamos dos modas al año, una en primavera y otra en otoño. Hacemos lo mismo que hacen los grandes modistos y por lo tanto tenemos que estar muy en boga. Nosotros no solo vamos a ferias de cosmética sino también a ferias de tejidos, de mobiliario, de arquitectura, etc... porque tienes que estar muy atento a todo, porque todo engloba una misma tendencia.

B.M.: ¿Y en qué tendencias estáis trabajando actualmente?
C.C.: La tendencia va hacia líneas ecológicas, buscar mucho la naturaleza, observar las entrañas de la Tierra. Somos conscientes de la enfermedad que sufre nuestro planeta, que además la hemos provocado nosotros. La tendencia va por aquí: salvar la Tierra, salvar los océanos... salvarnos a nosotros mismos. Tratamos de conseguir unas tendencias más ecologistas, con más consistencia para nuestro medio ambiente.

El secreto del éxito empieza por ser una persona soñadora, muy inquieta y con muchas ganas de trabajar. Y en esto pongo mucho énfasis, ya que puedes tener muchas inquietudes, soñar mucho, pero si a la hora de ponerlo a la práctica te gusta la vida cómoda, no sirve de nada.

B.M.: ¿Qué proyectos de futuro tiene?
C.C.: El proyecto más inmediato es la promoción de la escuela que acabamos de abrir, ya que puede tener una proyección muy importante. No van a ser cursos muy largos sino que van a ser cursos de corta duración, pensando en las personas que trabajan y que puedan, de esta forma, abrir nuevos nichos de negocio en sus salones de peluquería. Estamos pensando mucho en las líneas de negocio que se pueden abrir dentro de los salones de peluquería y estética.

B.M.: ¿Aprovechar el espacio para afrontar la crisis?
C.C.: Las peluquerías están vacías y algo se tendrá que hacer. Se tiene que integrar en nuestro negocio la asesoría de imagen. Porque el peluquero ya está pensando en imagen por naturaleza, es algo inconsciente. Siempre hemos sido unas personas de confianza para nuestros clientes porque conocemos su imagen, y ellos saben que les vamos a asesorar bien porque no tenemos ningún interés económico en ello. Por eso creo que todos los salones tendrían que abrir una nueva línea de negocio de asesoramiento de imagen. Pero ojo, no como complemento de la misma peluquería, sino como una nueva línea de negocio. No puede ser que el mismo peluquero esté cortando el pelo, haciendo una depilación u otra cosa y también asesorando. Ha de ser una línea completamente diferente, aunque sea en el mismo centro. Es rentabilizar los metros cuadrados que tenemos en el salón haciendo una pequeña reforma.

B.M.: ¿Y desde cuando lleva pensando esta idea?
C.C.: Es algo que desde hace tiempo lo llevo pensando, al igual que como hace muchos años pensé que la peluquería y la estética estaban un poco reñidas cuando en realidad tenían que estar unidas. Entonces se pensaba que una peluquería no podía ofrecer estética, y si ofrecía estética es que no era una buena peluquería. La historia nos ha enseñado que es posible ser bueno en todo sabiéndolo llevar bien.

B.M.: ¿Qué otros proyectos tenéis en marcha?
C.C.: Lo que acabamos de hablar es el proyecto más inmediato que tenemos. Pero no solo hablamos de asesoramiento de imagen como imagen externa, sino que también trabajándolo desde el interior, trabajando sobre el protocolo y los usos sociales, como por ejemplo el perfume: qué perfume se ha de utilizar según el momento del día, qué perfume va bien según la transpiración de la piel de cada uno, según sus gustos personales, según sus características, su mentalidad, etc. Y quien habla de perfume habla de vino, chocolate, aceites... Hace tiempo que hacemos cursos de cata de vinos, pero son de larga duración. Ahora implantaremos también cursos cortos. En este marco también hacemos maridaje, cata de chocolate, cata de queso, cata de aceite, etc.

Ya tenemos un curso 'on-line' de maquillaje y otro que sale en septiembre de asesoría de imagen. Con las nuevas tecnologías no te puedes parar. Yo me resistía al inicio, pero al final he entrado al trapo, qué remedio. Me ha costado más, pero considero que es algo muy interesante, muy práctico.

B.M.: ¿De dónde vienen todas estas ideas para nuevos proyectos?
C.C.: Esas ideas son ideas mías, soy un poco revolucionaria, pero creo que si yo lo hago, ha de haber otros profesionales que lo puedan hacer como yo. Y que tengan constancia de que el asesoramiento es una modalidad muy joven y con pocas referencias. A la gente joven, cuando no tiene referencias, le cuesta mucho abrirse camino, pero que piensen que todo se puede hacer. Esto es un sueño mío de hace 10 años y ahora es el momento de hacerlo realidad.

B.M.: ¿Tenéis proyectos enfocados hacia las nuevas tecnologías?
C.C.: Ya tenemos un curso on-line de maquillaje y otro que sale en septiembre de asesoría de imagen. Con las nuevas tecnologías no te puedes parar. Yo me resistía al inicio, pero al final he entrado al trapo, qué remedio. Me ha costado más, pero considero que es algo muy interesante, muy práctico, que te permite estar conectado con todo le mundo en un instante, y esto es muy importante. Lo que nosotros estamos haciendo es que los cursos sean on-line y semipresenciales, ya que damos la posibilidad al alumnado de poder desplazarse a la casa madre por unos días para tener contacto directo con los profesores, con el material, las técnicas, etc.

B.M.: ¿Cómo está viviendo este momento de crisis económica?
C.C.: Esta crisis es diferente a otras que yo he pasado en mi vida, porque es una crisis global, a nivel mundial. Creo que es el final de una etapa, y cuando ésta se acaba tiene que nacer otra. Por lo tanto, sólo aquellas personas más optimistas saldrán airosas de esta crisis, y sabremos desarrollar más nuestra imaginación. En estos últimos tiempos teníamos la imaginación adormecida porque vivíamos en un mundo cómodo, casi de opulencia. Vivíamos con demasiada comodidad. A nuestros hijos no les hemos sabido transmitir las inquietudes que nosotros tuvimos en su día, sino que les hemos procurado darles una vida más cómoda. Pienso que lo que está pasando es eso, el final de algo para que renazca algo mejor.

B.M.: Para finalizar, ¿nos puede contar algún proyecto que tengan entre manos ahora mismo?
C.C.: Como sabéis, hacemos asesoramiento a diferentes empresas de muchos sectores, desde el ámbito público al privado. Ahora mismo acabamos de realizar la nueva imagen de la cantante Mónica Naranjo, una imagen tipo Hollywood años cincuenta, que no tiene nada que ver con la imagen que llevaba antes. También, hoy mismo, hemos maquillado al cantante Manu Castellano para una sesión de fotos que va a realizar para la presentación de su nuevo disco. Y más tarde tenemos sesión con la Terremoto de Alcorcón, que viene a Barcelona para promocionar el espectáculo Burlesque de El Molino. Además, estamos colaborando con la teleserie que Telecinco rueda sobre la vida de Tita Cervera.

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