La terapia de sal, de origen milenario, comenzó en la antigua Grecia y se popularizó en los pueblos eslavos, cuando constataron que los mineros que trabajaban en las minas de sal no sufrían problemas respiratorios como el resto de la población, a la vez que conservaban su piel más sana y menos envejecida.

Numerosos estudios clínicos han demostrado la eficacia de la haloterapia en problemas respiratorios (asma, rinitis, bronquitis, alergias) y en problemas dermatológicos (urticaria, psoriasis, acné, etc.). La terapia de sal es una efectiva terapia antiestrés, ya que los iones de la sal neutralizan las energías densas y negativas que vamos acumulando, realizando una potente limpieza energética.

Durante una sesión, de aproximadamente 45 minutos, respiramos yodo, calcio, magnesio, potasio, sodio, cloruro, hierro, cobre... Todos ellos elementos fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.

  1. Yodo: que influye en el funcionamiento de la tiroides.
  2. Calcio: ayuda a crear la resistencia del organismo y regula la función del aparato circulatorio.
  3. Magnesio: tiene influencia en el sistema vascular.
  4. Potasio y sodio: son muy beneficiosos para la piel.
  5. Selenio: influye en los procesos relacionados con el envejecimiento de la piel.

Haloterapia, tratamiento efectivo

El tratamiento de haloterapia es lo mismo que unas vacaciones junto al mar: las partículas de sal provocan una limpieza continua de las vías respiratorias así como de las bacterias. Y efectivo para aquellos que sufren de alergias estacionales de las vías respiratorias.

En la actualidad es posible disfrutar de todos estos beneficios sin necesidad de ir al mar, ya que podemos utilizar las llamadas cámaras de sal ósea, la Haloterapia como una terapia natural complementaria. Se trata de una sala donde podemos respirar un ambiento salino de pureza máxima. Al introducirnos en este ambiente, el estrés se reduce, resulta beneficioso para las enfermedades del aparato respiratorio y alergias, mejorando el aspecto de nuestra piel y previniendo el envejecimiento cutáneo.
Este tipo de ambiente, que recrea la atmósfera salina por una combinación de temperatura, humedad y concentración de aerosoles, genera una purificación de la piel y de las vías respiratorias, reforzando también el sistema inmunológico y favoreciendo un relax absoluto.

El tratamiento de haloterapia se realiza en sesiones que duran 1 hora y es aconsejable hacer 10 sesiones como mínimo para lograr óptimos resultados y beneficios, aunque desde la primera sesión podemos notar ya sus efectos beneficiosos.

Así, las primeras cámaras de sal tuvieron su origen en el tratamiento de enfermedades alérgicas y respiratorias, pero recientemente se ha descubierto que los beneficios del ambiente salino producen excelentes resultados para la salud y la belleza de la piel.

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