La Comisión Europea (CE) restringió con carácter general el uso en los cosméticos del propil paraben, del butil paraben y el MCI/MI, tres conservantes antimicrobianos utilizados para preservar las propiedades de los productos. Además, ha acordado prohibir su uso en las toallitas para bebés.

Por otra parte, el Ejecutivo comunitario ha prohibido la mezcla de metil-cloro-isotiazolinona y Metilisotiazolinona en productos destinados a permanecer en la piel, como las cremas corporales. El Ejecutivo comunitario ha tenido en cuenta la evaluación de un comité científico independiente sobre Seguridad del Consumidor, que ha llevado a cabo un profundo análisis de riesgo antes de recomendar la respectiva restricción o veto. "Los conservantes en cosmética desarrollan una importante función al asegurar que los productos que usamos de manera diaria están libres de patógenos", dijo el comisario europeo de Consumo, Neven Mimica. "No obstante, necesitamos asegurarnos de que esas sustancias garantizan el máximo grado de protección. Con estas medidas los consumidores pueden estar tranquilos de que sus cosméticos son seguros", agregó.

En relación a los dos parabenos, Bruselas ha acordado reducir al 0,14 % la concentración máxima de ambas sustancias, tanto si se utilizan solas como combinadas con otros compuestos. Ahora su límite se sitúa en 0,4 % cuando se usan de manera individual y en el 0,8 % cuando se mezclan con otros compuestos. Las nuevas normas se aplicarán a los productos que se comercialicen a partir del 16 de abril de 2015.

Stanpa, satisfecha con la restricción

La Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA) se ha mostrado "satisfecha" con la decisión de la Comisión Europea de restringir el uso de tres conservantes en los cosméticos, por lo que espera que se acabe la "enorme confusión" creada con los parabenos.

"Los cosméticos forman parte de la vida cotidiana de las personas; por esta razón, desde STANPA quieren transmitir tranquilidad al consumidor sobre el uso seguro de los cosméticos que contienen parabenos, independientemente de que cada compañía opte libremente por hacer formulaciones con estos u otros conservantes distintos. La industria cosmética está totalmente comprometida en ofrecer y garantizar la seguridad de los consumidores", ha señalado la organización.

Y es que la Comisión ha asegurado que el grupo de productos químicos conocidos como parabenos representa una parte importante de los conservantes que pueden utilizarse en los cosméticos. Además, tal y como ha determinado, el propilparabeno, el butilparabeno y otros parabenos como el metilparabeno y el etilparabeno, son seguros y forman parte de los conservantes más eficientes.

"A día de hoy todos los datos científicos corroboran que no hay un riesgo para la salud derivado del uso de los parabenos de cadena corta en cosméticos", ha apostillado la comunidad científica investigadora en Oncología.

El origen de la polémica, según ha recordado STANPA, viene tras la publicación en 2004 de un estudio de "escasa base científica" en el que se alertaba sobre la posible relación entre el cáncer en mujeres y los parabenos. A partir de ese momento, la industria cosmética, la comunidad científica y la Asociación Americana del Cáncer trabajaron en este supuesto "sin encontrar" relación alguna entre la enfermedad y los conservantes.

Aunque la comunidad científica investigadora en Oncología a nivel mundial hace tiempo que ha descartado ninguna relación, la rumorología y la falta de información ha causado a veces "desconcierto y malos entendidos" en la sociedad, que a su vez han estimulado campañas que han acrecentado la confusión. "A día de hoy todos los datos científicos corroboran que no hay un riesgo para la salud derivado del uso de los parabenos de cadena corta en cosméticos", ha apostillado.

Finalmente, la organización ha insistido en que en cosmética no se usa cualquier parabeno y que sólo están autorizados para su uso los conservantes que disponen de un dosier de seguridad completo aprobado por el Comité Científico de Seguridad de los Consumidores de la Unión Europea (SCCS, por sus siglas en inglés) que está compuesto por toxicólogos y expertos europeos en seguridad.

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