Muchos son los estudios que en estos momentos se están llevando a cabo sobre la efectividad y cualidades de los ingredientes cosméticos. Existe una razón de máxima importancia y crucial para ello.

La pandemia del coronavirus ha causado cambios drásticos en el comportamiento del cliente, las prioridades y el compromiso de la marca.
Ahora más que nunca, los clientes buscan una belleza eficaz, preventiva, segura y confiable y las marcas necesitan responder a esta demanda, asumiendo el reto y desafío para crear productos duraderos y estables que potencien su eficacia en cuanto a resultados y permanencia en el tiempo.

El aceite de jojoba puede ofrecer soluciones perfectas para diversos productos cosméticos y para el cuidado de la piel.

Aceite de jojoba, excepcional estabilidad que aporta en la mezcla con otros aceites y activos naturales

El aceite de jojoba ha sido conocido desde siempre por la industria cosmética, y utilizado de modo prioritario dados sus excepcionales niveles de estabilidad. Ahora, se ha demostrado que el aceite de jojoba no sólo cuenta con altos niveles de estabilidad oxidativa, sino que, además, mediante la adición a otros aceites puede aumentar los niveles de estabilidad de los cosméticos.

Debido a su estructura química única y contenido antioxidante, el aceite de jojoba tiene una estabilidad oxidativa sin competidores, con una larga vida útil y resistencia hacia los radicales libres.
Esta propiedad exclusiva de la jojoba como aceite portador puede ser capitalizada por las marcas para la potenciación de la estabilización de formulaciones con vitaminas oxidativamente sensibles, aceites esenciales y otros materiales activos naturales.

El aceite de jojoba no sólo cuenta con altos niveles de estabilidad oxidativa, sino que, además, mediante la adición a otros aceites puede aumentar los niveles de estabilidad de los cosméticos.

Recientemente la estabilidad oxidativa de diferentes aceites vegetales ha sido probada por el método Rancimat comúnmente utilizado. En este experimento, el aceite de jojoba mostró la mayor estabilidad de oxidación entre los aceites probados.

Su excepcional estabilidad se atribuye a una estructura química única: ésteres de cadena recta en comparación con otros aceites vegetales que tienen una estructura de triglicéridos ramificada que tiende a la degradación oxidativa.









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