Diagnóstico del cáncer de estómago a través de un análisis de aliento
Esta nueva prueba no invasiva evitaría las endoscopias y biopsias, aportando más comodidad para los pacientes
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Una evolución con un amplio futuro
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De las múltiples carreras que en paralelo afrontan los investigadores médicos, la del diagnóstico precoz y sencillo es de las más activas. Casi ninguna patología se libra, pero en oncología es donde parece que el beneficio puede ser mayor. Y pocas cosas pueden ser más sencillas y rápidas que medir compuestos en el aliento de una persona para saber si tiene un problema de estómago. Es lo que han ensayado investigadores israelíes y chinos en un trabajo que publica British Journal of Cancer.
En el estudio participaron 130 personas, 37 con cáncer de estómago, 32 con úlceras y 61 con otros problemas gástricos. La prueba es muy sencilla: se les hacía soplar y su aliento era analizado por tres sensores. Si estos detectaban indicadores de cáncer u otros problemas, los registraban. En concreto, se medían cinco sustancias: 2-propenonitrilo, 2-butoxietanol, furfural, 6-metil-5-hepten-2-ona e isopreno.
Los resultados, a confirmar en futuros análisis a mayor escala, fueron muy buenos. Para los casos de cáncer gástrico, la sensibilidad de la prueba (capacidad de detectar el problema) era del 89%. Su especificidad (no se confundía el resultado con otros casos) era del 94%. Para las úlceras eran algo peores: 84% de sensibilidad y 87% de especificidad.
En el ensayo se comprobó que otros factores, como el tabaquismo (un proceso por el que el aliento de los pulmones se llena de sustancias fruto de la combustión del pitillo), no interferían en los resultados. Tampoco se daban falsos positivos por consumo de alcohol o por la presencia de Helicobacter pylori, la bacteria que se sabe es causa de las úlceras (este hallazgo proporcionó el Nobel en 2005 a sus descubridores, Barry Marshall y Robin Warren).
El estudio, si se comprueba y se generaliza, tiene una aplicación inmediata: diagnosticar el cáncer de estómago lo antes posible y de una manera fácil. Con ello se evitarían procedimientos como las endoscopias y las biopsias. Esto sería muy útil en países con peores estructuras sanitarias, aparte de que resulta mucho más cómodo para el paciente.
La idea sería crear una especie de alcoholímetro con los nanosensores y prepararlos para que un indicador cambiara de color al registrar el cáncer o la úlcera. La posibilidad de diagnosticar de una manera temprana sería muy útil. Lo engorroso de las pruebas hace que muchas veces este no se identifique hasta tarde, lo que empeora su pronóstico. Se trata de un tumor en el que la cirugía es la mejor opción, por lo que mientras menos haya que extirpar, es mejor para el paciente.
El ensayo tiene también otra aplicación futura: mostrar que hay métodos de diagnóstico no invasivos que merece la pena estudiar. Hace dos años, un estudio mostró que se podía entrenar a perros para identificar el cáncer de colon en las heces o el aliento de los enfermos, y ha habido otros ensayos similares para otros tumores (en 2004 se publicó que unos perros detectaban el cáncer de vejiga oliendo la orina de los afectados), pero con una ventaja: se podría prescindir del perro.
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