A pesar de no ser los instrumentos más recomendados para el cuidado del cabello, planchas y secadores son imprescindibles para obtener los mejores acabados en cualquier peinado que se precie. Sin embargo, los estilistas procuran anteponer la salud del cabello a cualquier resultado efímero, si a largo plazo una melena lo acaba pagando.

En la buena praxis, se trata de fidelizar a una clientela cada vez más preocupada por minimizar los daños producidos por tintes, permanentes y el calor de planchas o secadores, que sensibilizan la fibra capilar y hacen que el cabello se vuelva frágil y quebradizo. La consecuencia inmediata se traduce en puntas abiertas, pelo opaco, electricidad y resecamiento. Y aquí entran en juego los termoprotectores.

Se trata de tratamientos capilares que protegen la melena actuando como una barrera de protección, además de contar con otros beneficios añadidos, como facilitar el alisado y acabar con los rizos rebeldes.

Los termoprotectores se presentan en distintos formatos: spray, mousse o crema. Se pueden utilizar con el pelo húmedo, antes del secador o con el cabello seco, antes del uso de la plancha o el moldeador. Es muy importante utilizar una cantidad moderada de producto para evitar el apelmazamiento. Llevan en su composición siliconas que reducen la porosidad del pelo y es interesante resaltar que algunas marcas incorporan ingredientes termoactivos, -que se activan con el calor-, tales como la keratina, el aloe vera o las provitaminas, para ofrecer mayor nutrición, brillo o suavidad y que el resultado final se aún más satisfactorio.

En cualquier caso, una regla de oro para evitar el excesivo calor en el pelo es utilizar planchas a una temperatura nunca superior a los 200 grados, y si el cabello es fino, a unos 150. Teniendo en cuenta estos consejos y utilizando siempre los termoprotectores, se consigue el cabello sobreviva por más tiempo a cualquier agresión externa.

Termoprotectores y productos relacionados









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